Capítulo 2: Nuevo día, nuevas oportunidades.

11.7K 379 28
                                    

¿Cómo dice ese dicho..? Nuevo día, nuevas oportunidades. Claro. Llevo medio curso repitiéndome lo mismo y las dichosas nuevas oportunidades no aparecen por ningún sitio... Y ya me estoy cansando de ser tan optimista. La verdad es que no parece que sea muy optimista, pero lo soy. Y demasiado. Ya me canso a mi misma. Cada vez que estoy de bajón, que suele ser muy a menudo, me repito a mi misma: «Venga, Viny, ánimo, pronto todo irá bien. Pronto tendrás amigos y tendrás a la tía mas imponente de toda la ciudad a tus pies. No te desesperes». Sí, ya... JÁ. Menudo chiste, eh.

- ¡Sabri! -Mi madre. Me llama así aún que sabe que odio ese nombre- ¡Ven a desayunar o llegarás tarde al instituto.

- Ya voy, pesada.

Como siempre, tengo unas ganas increibles de ir al instituto. Eso de que no tener amigos ni nadie con quien hablar en clase hace que te centres mas... JÁ, JÁ. Yo solo puedo pensar en que no tengo amigos ni nadie con quien hablar. Mis días son todos iguales. Entra el profesor de una asignatura. Saco el libro de esa asignatura. Se va ese profesor. Guardo el libro. Entra otro profesor. Saco otro libro. Se va. Lo guardo. Y así. Todo el día. Y en el recreo lo único que hago es comerme un bocadillo de queso y leer o escuchar música.

Me como la tostada que me ha preparado mi madre y salgo de casa a toda prisa. Cojo mi moto, que está aparcada fuera del garaje. Es rojo metalizado. Preciosa. Me la regalaron por mi cumpleaños. 

En clase, cuando aún no ha llegado el profesor, están todos hablando y montando jaleo. Todos... Todos menos yo. Yo leo. De repente entra el profesor de lengua, y le sigue un chico. Es bastante guapo. ¿Qué? A ver, que sea lesbiana no quiere decir que no me fije en esas cosas. 

- Por favor, chicos, silencio -Dice el profesor, sin alzar la voz-. Tenemos un alumno nuevo. Se llama Rubén.

Rubén, sin echar un vistazo a la clase y ver si había mas sitios libres, se sienta directamente conmigo. Eso me sorprende bastante. El profesor empieza a hablar.

- Hola -Me dice sonriéndome-, ¿qué tal estás?

- Emm... Hola... Bien, bien, ¿y tú que tal?

- Bien... Oye, pareces sorprendida por que te haya hablado -Se ríe.

- Bueno... Es que resulta que no soy lo llamado 'popular'.

- Oh. Entiendo. Yo tampoco -Esboza una gran sonrisa y saca su cuaderno de apuntes.

Parece simpático. No sé... Su manera de relacionarse me agrada bastante. Me recuerda un poco a mi.

La hora del recreo. Me dispongo a ir a la esquina donde me pongo siempre. Alguien me agarra el brazo. Es Rubén. Es muy guapo, eh.

- Oye, no me has dicho tu nombre -Y me sonríe.

- Sabrina. Pero llámame Viny -Le sonrío. 

Y vamos caminando y hablando. Hasta el lugar donde suelo pasar yo los recreos. 

- Me han dicho unas chicas muy "simpáticas" que tenga cuidado contigo. Que eres lesbiana y me puedes contagiar -Se ríe-, ¿eso es verdad?

- No... Y aún que lo fuera, no te preocupes que no es contagioso -Me río.

- También me han dicho que lo negarías -Me guiña un ojo.

Nos reímos. Es súper simpático. Al acabar las clases lo llevo a su casa en la moto. 

- Hemos llegado.

- Muchas gracias por traerme, Viny.

- No hay porqué darlas -Le sonrío-, te puedo llevar al instituto y traer de vuelta a casa siempre que quieras. Me pillas de camino.

- Oye, ¿te apetece que mañana vayamos a algún sitio? ¿A la bolera, por ejemplo?

- Oh. Sí. Me encantaría. ¿A qué hora te paso a buscar? -Me río.

- A las cinco estaría bien.

- Pues hasta mañana a las cinco -Me da un beso en la mejilla y entra al portal.

Muy simpático, sí. Me da a mi que vamos a ser grandes amigos... Aún que mejor no pensar así... No quiero gafarlo. 

Sólo los tontos se enamoranWhere stories live. Discover now