Capítulo 13

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Recuerdo una vez, cuando era pequeña que mi padre me enseñó a volar. Me alzaba en el aire y me decía: "¡Vuela, Cassie!" Y yo me sentía tan feliz. Claro, porque era niña; pero ahora, siento que el tiempo ha cambiado y se ha convertido en un mundo distinto al que tenía en los recuerdos de mi infancia. Ahora, todo es tan violento, ofensivo... ¿Qué hemos hecho para convertir este mundo bello, en uno tan cruel?

Después de dar tantos giros dentro de un auto, sentía casi por completo que mi cuerpo volaba, y no podía parar; hasta que claro me desmayé. Vi todo mi campo visual de color blanco, entré en pánico y pensé por un minuto que había muerto, y que lo que estaba viendo era la luz que había al final del túnel.

De pronto, sentí que alguien me zarandeaba para que reaccionara y exclamaba mi nombre. Luego, fui reaccionando poco a poco, hasta que me di cuenta que el que me hacía eso era Ben.

-¡Cassie! -Decía-. ¡Despierta, por favor!

Se le notaba muy angustiado, como si estuviera a punto de echarse a llorar por verme así.

-¡Cassie! -seguía diciendo.

Abrí los ojos lentamente, al principio me sentía mareada y suponía que era por todos los giros que dimos hasta parar en un costado de la carretera, porque me di cuenta en el sitio que estábamos cuando me incorporé en mi asiento.

-¿Estás bien? -me pregunta todavía angustiado.

-Sí, no te preocupes. -Miro alrededor. -¿Te ha pasado algo?, ¿le paso algo a tu auto?

-No, no felizmente. -Suspiró-. Fue un susto de muerte que nos dio ese camión, y por suerte estamos vivos, sanos y a salvo.

-Sí, te juro que el susto fue tan grande que me desmayé por ello.

-Me preocupé tanto..., pensé que te había pasado algo mayor.

-No, no me pasó nada. -Me señalé-. ¿Lo ves? Estoy completita, no me falta ni un brazo ni una pierna, estoy bien y todos felices y contentos. Ahora, ¿ya nos podemos ir?

-Aún nos falta kilómetros para llegar a la playa. -Me dice.

-No, Ben. -Miré mis manos-. Yo ya quiero irme a casa.

-Pero, Cassie...

-Sí, sí, lo sé; querías hablar conmigo pero, puede ser para otra oportunidad porque ahora tengo los pelos de punta por el susto y no creo que tenga tantas ganas de hablar.

-Okay, entonces sólo me escucharás. -Dicho esto puso el motor en marcha y empezó a manejar.

-¿Pero, qué haces?

-¿No lo ves?

-He dicho que quiero regresar a casa, Ben. -Le insistí, y al ver por la ventana me di cuenta que estaba anocheciendo.

-Y yo he dicho que tengo que hablar contigo, y si no quieres hablar, está bien. Entonces, sólo me escucharás.

-Uff, ¡en serio eres imposible!

-Lo soy. -Y sonrió de medio lado.

Me crucé de brazos mientras lo miraba con el ceño fruncido; igual ya no tendría una excusa para escaparme de él. Estaba muy asustada como para seguir en pie con este plan, pero en fin. Cumplir con tu trabajo, es arriesgar todo.

Pasaron dos horas más, y recién pude ver una lucecita en medio de esas colinas verdosas. Avanzamos más, y llegamos a un grifo en donde Ben aprovechó para llenar de gasolina a su auto y de paso, yo poder ir a servicios higiénicos. Bajamos del auto, y entré a la pequeña tienda; busqué servicios higiénicos e ingresé.

Bessie es realWhere stories live. Discover now