Capítulo 9

8.4K 554 93
                                    

Sangre. Pero no la mía. Gritos. Pero no los míos. Súplicas y gruñidos. Tampoco míos.
-¡AH!- gruñó Frech al recibir un golpe en la mejilla por parte de un guardia. Los chicos se encontraban encadenados a la pared. Apenas podían moverse.

A mi me amarraron de nuevo, pero ahora en una silla de madera gruesa con plata por doquier.
Aun no me creía lo que veía. Ethan y los chicos estaban frente a mi. Mi loba estallaba de alegría por haber visto a Ethan de nuevo. Suplicaba su nombre y ahora estaba aquí. Frente a mi.

-nos tienes, déjala ir- dice Ethan.
-¿dejarla ir? Eres ardiente, pero todo un incrédulo- la mujer se puso de rodillas frente a él y rozó sus labios con dos dedos. Me moví en la silla. Le está coqueteando.

Ha habido una duda desde el momento en que lo vi. No me recuerda, lo sé. Gracias a Gina.
Pero, si somos mates ¿por qué él no se ha dado cuenta? Algo ha cambiado, algo dentro de él.

Me estremecí por el ardor en mis brazos. Mi vientre ya no dolía tanto ya que la herida cicatrizaba, pero aun ardía y quemaba por dentro. Los cortes en mis brazos, piernas, pecho, todos ellos me ardían y punzaban.

-¿qué quieres de ella?- gruñe Sean.
-Sean, el hermano de mi ahora nueva enemiga... si que eres atractivo, vaya que está rodeada de chicos increíblemente ardientes.
-contesta la pregunta- dice B.
-ella mató a mi hermana, es mi deber vengarla.

-¿tu hermana?- pregunta Luther.
-Cordelia- murmure y todas las miradas posaron en mi.
-¿tu hermana era Cordelia?- pregunta Amett sorprendido.
-¿quién es Cordelia?- Ethan me ve.

-una cazadora- respondí bajando la mirada.
-si la vuelves a tocar juro que seré yo quien acabe por fin con el legado de tu familia- amenaza Sean. Sonreí y negué. Siempre será un exagerado protector.

La mujer ríe y se pone de pie, toma el cuchillo de una mesa y sin pensarlo traza un largo corte en mi brazo que me provoca gritar desde el fondo de mi alma. Ethan se estremeció.
-¡basta!- grita. La mujer lo ve sonriendo.
-oh vamos dulzura, es divertido.

-en cuanto nuestras cadenas toquen el suelo, te arrepentirás de tenernos aquí, lo juro- sonríe macabro.
-¿quién dice que saldrán de aquí?
-yo- respondió seguro.

-no me tientes guapo, serás atractivo pero puedo cortarte la cabeza si me place.
-de haberlo querido, lo habrías hecho desde el momento en que nos metiste aquí.
-cierto. En realidad, sólo quiero que disfruten del espectáculo.

-¿espectáculo?- dice B. La mujer sonríe y toma de nuevo el cuchillo. Me estremecí y comencé a moverme en la silla.
-no, ¡no!- grité. De nuevo comenzó a hacer cortes en mi piel. Mis gritos eran ahora más fuertes.

-¡te mataré!- grita Ethan.
B intentaba soltarse y Sean ni se diga. Los chicos gritaban como locos. De pronto un grave gruñido escapó de mi garganta y mis colmillos salieron en busca de sangre. La veía amenazante y por esos momentos el dolor había desaparecido.

Sentía una adrenalina correr por mi cuerpo, el aire me faltaba pero apenas y sentía la falta. Mis manos apretaban de la madera tanto que mis garras la rasguñaban.
-¡esa es mi chica! Justo lo que buscaba- ríe la mujer.
-¡AHHHH!- grité junto con mi loba. -¿ahora qué? Vamos, estás herida no hay nada que puedas hacer.

Me quejé de nuevo. Ethan me veía curioso. Podía sentir la furia en sus ojos y a la vez un claro y suave sentimiento. Pero no sé cuál.
"Yo te conozco".
Su voz sonó en mi mente.
"No lo creo lobo".
"Te sacaré de aquí, así tenga que comerme viva a esa mujer"
"Eso es un poco sádico ¿no crees?"

Trascendente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora