maratón 2/2

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El frío viento me azotó por sorpresa. Me sentía aún más débil que cuando recibí los disparos. Sentía los labios secos y un hambre que hacía rugir a mi estómago como una manada de leones hambrientos.

El aroma del nuevo, o sea el Vrighlton, me llegó. Di la vuelta. Entonces lo vi. Me veía con una sonrisa divertida en sus labios.
-¿me he perdido la broma acaso?
-¿broma? No florecita, te has perdido de la diversión.

-¿te refieres a los golpes y tortura?
-justo eso.
-cierto, me he perdido la diversión.
Ahora no tenia aspecto de Sean. Supongo que era el suyo en realidad. Piel morena. Ojos verdes. Cabello poco mas arriba de los hombros y un cuerpo no delgado ni gordo.
-ciertamente no buscabas ayuda, tampoco pelea, tenías un arma en tu mano y el aspecto de mi hermano, ninguna fue casualidad.

-eres la primera en decir algo cierto y directo.
-¿por qué quieres matarme? No te conozco.
-¿matarte? No florecita, nunca erro un tiro, movieras o no a tu novio te iba a dar a ti.

-¿entonces fue un disparo por diversión? Con la apariencia de mi hermano- lo tome del cuello. Gimió.
-¡Brooke! Lo matas y no tendremos respuestas.
-¿matarlo? De quererlo muerto, lo estaría.

Lo solté y respiró con fuerza.
-¿por qué me has disparado? ¿quién te ha contado sobre mi?
-todo el mundo habla sobre ti, Brooke, una chica que mató a la gran cazadora Cordelia, que construyó una manada de la nada y que además, es híbrida, la ultima en su especie.

Sonreí con la rabia en la punta de mis dedos. No tuve control. Lo tomé del cuello de nuevo y me acerqué lo más que pude a su rostro.

-mi nombre, es Brooke Romanov- corté las cuerdas en sus manos y cayó al suelo. Estaba lo suficientemente herido como para no pelear.

Tomé de su camisa y le di un rodillazo en el pecho. Por el brusco movimiento, sentí mi herida abrirse de nuevo. Gemi pero seguí. Otro golpe en la mejilla.
-mi ahora muerto mejor amigo-hermano, la mató para salvar mi vida, esta manada no surgió de la nada ni tampoco fui yo quien la creó- otro golpe a su otra mejilla.

-esta manada surgió con el sudor de las frentes de cada uno de los presentes, todos aportaron, no puedes venir aquí a amenazar a uno sin esperar que el resto contraataque, ahora, ¿responderas o tendré que golpearte con cada palabra que diga?

-vaya, es cierto lo que he oído... eres fuerte- giré los ojos y vi que Ethan reía.
-quizá quieras cambiar tu respuesta- dijo éste recargandose en un árbol.

El Vrighlton me vio confundido. Torci su brazo hasta sentir en mis dedos y escuchar el sonido de sus huesos crujir.
-¡AAAHHHH!- gritó tan fuerte que llamó la atención de la mayoría de aquí.
-lo diré de nuevo, ¿por qué has venido aquí?

-se corría el rumor de que una híbrida caminaba por entre los lobos, la raza híbrida debería estar muerta, extinta, son un peligro.
-¿un peligro? Hay lobos, hombres y mujeres que cambian de caminar en dos pies a cuatro patas con colmillos, vampiros, super velocidad, beben sangre y en muchos casos, matan, ambos combinados en uno es prácticamente lo mismo.

-¿eso crees? Dime Brooke, ¿has matado por tu sed de sangre?
-eso no tiene nada que ver con lo que hablamos.
-responde la pregunta- repitió. Pude sentir miradas sobre mi.

-ah, ¿cuántos fueron Brooke?- sonrió.
-los suficientes como para aprender la forma más eficaz de matar a alguien lo suficientemente lento como para que escuche cada hueso de su cuerpo crujir, y el sonido de la sangre atorada en la garganta, ¿te gusta ese número?

Su piel palideció y su mirada divertida se tornó a una asustada y nerviosa.
-dijeron que no eras débil pero no pensé que fueras así.
-¿así como? ¿no débil? Lamento la desilusión- lo dejé caer a la nieve.

Trascendente Where stories live. Discover now