Capítulo 28

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Exhausta. Pero aún con rabia en mi sangre luche como pude. Aún no encontraba la relación entre Kimo y Cordelia.
-¡Deja de luchar Brooke! Si supieras lo que yo, no estarías aquí peleando por él- dijo Kimo. Cordelia se limpio la sangre que caía por su brazo antes mordido por mi.
Gruñi. Kimo se puso de pie agotado, gritó. Después comenzó a reír. Leve, luego a carcajadas. No recuerdo haberle contado un chiste.

-Ethan miente y miente muy bien- negó riendo -mira nada más como tiene a su mate, arriesgando su pellejo por el.
-esta pelea entre nosotras Brooke pudo haber acabado hace mucho tiempo, pero sigues siendo una molestia- Cordelia puso los ojos en blanco.

-Vistete, anda, no te haremos nada, quiero escuchar que hables y respondas a lo que te digo- Cordelia me lanza la ropa que había traído y que de seguro se me cayó en algún lugar por aquí. Gruñi de nuevo.
-Hemos peleado, merecemos un descanso y hablar- respondió Kimo. de mala gana me escondo detrás de un arbusto y me transforme. Ya cambiada y agotada Vi mis heridas. Kimo logro herirme una que otra vez. Al igual que Cordelia. Pero estaría bien en unas horas. Accedo a escucharlos porque todo este asunto de Ethan me confunde mucho, necesito respuestas.

Kim sonrió al verme.
-Te preguntarás  como conozco a Cordelia, se podría decir que es una amiga- Cordelia gira los ojos.
-Sólo habla con ella Kimo.
-¿Qué tienes que decir me acerca de Ethan?

-Tu mate alfa es el peor traicionero  que jamás he conocido- dijo y callo. En aquella mirada juguetona y retorcida pude distinguir un extraño dolor y remordimiento.
-¿De qué  demonios hablas?
-Mi hermano, tenia tan solo 18 años,  no hacía  mucho de su primera transformación, recuerdo que yo solía cuidarlo más que a mi mismo, era todo para mi; Ethan me quito todo lo que tenia, destruyó a mi hermano como si fuera nada.

-Verás Brooke- dijo Cordelia -Ethan tuvo un pasado como todos, solo que e suyo es mas oscuro, era conocido como uno de los más fieros y despiadados lobos jamás conocidos, adoraba cazar con su bola de perros .
-Una de sus cazas lo llevaron a mi hermano, yo salí de caza y lo deje sólo , decidió seguirme aún sin saber a dónde me dirigía yo, Luther fue el primero en olfatear  su aroma, aviso a su alfa y tanto Amett  como Frech lo rodearon, para que Ethan terminará con su trabajo, pude escuchar sus gritos a lo lejos Brooke, pero no llegue a tiempo, no pude... viví mi peor pesadilla y es justo lo que está viviendo el en este momento.

El dolor que sentía por el hecho de que Ethan estuviera sufriendo se opaco por una extraña ola de remordimiento. ¿Podía ser verdad todo eso? Ethan de verdad asesino a sangre fría a un pobre bastardo?
-No es verdad, sácale de su pesadilla ahora mismo Kimo .
-¿Es esa una orden?- sonrio. Cordelia retrocedió y asomo la mirada detrás de mí confusa. Hice caso omiso.
-Kimo por favor , me tienes a mi, haré lo que sea, te lo pido- suplique ridículamente.

Kimo se acercó a mi. Sus enormes ojos vieron a los míos con  asombro.
-Lo que dije anteriormente sigue en pie, se mía Brooke, haz pagar a Cordelia por su pecados- ella exclamó y lo vio confundida -haz pagar conmigo a Ethan por mentirte, el no es quien te ha hecho creer.

Su mano acarició de una manera extraña mi piel del brazo. Sentí mi estomago revolverse de repulsion.
-Ethan es el amor de mi vida- murmure  y cerré mis ojos imaginando aquella atrocidad que me han dicho que el cometió .
-Y fue alguna vez alguien a quien admire, las perspectivas que nos hacemos acerca de las personas son un disfraz que nos muestran y nada mas.

Me costaba creerlo. Un simple muchacho, Ethan debe tener una buena razón para aquello.
-Kimo..- susurra Cordelia temerosa. Parecía tenerle miedo a el.
-Cordelia te ha herido Brooke, mató a tu mejor amigo, quiso asesinar a más personas de las que ya te ha quitado- mis ojos pararon en Cordelia quien retrocedía paso por paso con la mirada  temblorosa.
-Brooke yo...
-¡Silencio!- la interrumpió  Kimo.

Sus labios murmuraron detrás de mi oído .  Mientras su mano permanecía en mi hombro.
-¿Escuchas eso?- pregunto -es su corazón asustado ,  suplicando por su libertad; matala  Brooke, saca su corazón y hazlo pedazos.

Mi sangre hervia, aquello era algo que siempre había querido hacer. Matarla y destrozar su vida entera, hacerle pagar por sus acciones.
-Matala- dice de nuevo Kimo. La tentadora oferta me llamaba.
-Es tu aliada, ¿por que  quieres que la mate?
-No es más que un estorbo para mi, siempre lo ha sido- Cordelia negó

-Brooke no eres una asesina- murmuró ella negando.
-Matala.
-Ethqn, deja que despierte
-Matala e Ethan será libre.

-¿Cómo se que eso es verdad?- su índice acarició mi menton. Retrocedi.
-No lo sabes, pero no creo que estés dispuesta a que Ethan no vuelva nunca mas, la bella durmiente puede despertar Brooke...
Matala .

-Brooke por favor, no- jamás la había visto suplicar y esto se sentía como la gloria. Verla asustada, temerosa de pagar por sus errores. Anhelaba su sangre.
-¡Matala!-  aquel grito me saco de mis pensamientos y antes de un parpadeo mis colmillos se encontraban clavados en la nuca de Cordelia. Quiso separarme gritando que la soltara. Pero no accedi. Sentí un calor en mi estomago. Y esa era la rabia que tanto guardaba por fin siendo alimentada .
Las súplicas de Cordelia poco a poco se desvanecian. Sus manos  perdieron fuerza y por fin su cuerpo se cayo rendido. Ella había muerto.

Kimo sonrió y acto seguido comenzó a reír descontroladamente  con ambas manos en sus mejillas. Baje la mirada hacia una Cordelia fría y sin vida. Negué. ¿La mate ? ¿De verdad termine con la piedra en mi zapato?
-Ella ha pagado por fin, lo siento Brooke pero ahora es el turno de Ethan de oagar- al dar la vuelta pude ver la afilada daga que estaba apunto de ser clavada en mi espalda. Y en un respiro, una flecha atravesando el corazón de kimo. Sus ojos se abrieron como platos y sus labios temblaron. Su daga cayó al suelo. Inhale aire asustada al verlo caer rendido y muerto. 
Mi corazón se detuvo y vi una silueta de pie a pocos metros de mi. Se formó una sonrisa en mis labios.

-Por poco Manzanita- dijo el con una amplia sonrisa. Henton me tendió la mano. La tome y me puse de pie.
-Vamos a casa- dije yo.
-Vamos a casa.

PERDON  POR LA TARDANZA 
Ya aquí lo tieneeen
¿Que tal?
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