Capítulo 27

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La ceniza que volaba por el aire cubría mi vista. No podía encontrar a Ethan de nuevo. Aún así, sus gritos golpeaban cada rincón del lugar. Podía ver su manada destruirse mientras las flamas consumían todo a su alcance.
-¡Ethan!- grite de nuevo. Entonces una de las llamas lentamente disminuyó. Un par de ojos miel con lágrimas voltearon en mi dirección esperanzados. Pero quebrados.
-¿Nemo?- murmuró. Sonreí y quise gritarle cuanto lo amaba, pero una fuerte punzada en mi abdomen atrapo mi lengua.

Bajé la mirada. Una larga lanza se encontraba atravesando la piel de mi abdomen. En el mismo lugar en el que a Ethan lo habían herido.
-¿Eth..?- Cai de espaldas con la mirada perdida y sin aliento. Sus brazos fuertes me levantaron lentamente. Escuchaba el eco de su voz quebrada y sus lágrimas calientes acariciaron mi piel. No era capaz de abrir mis ojos. ¿Por qué si estaba en su cabeza se sentía tan real?
-Despierta princesa, anda, por favor, no te vayas, no así, no me dejes- decía una y otra vez.

Mis párpados pesaron y mi cabeza perdió su fuerza. Caí rendida. Lo siento Ethan.
Una brisa abrumadora y fresca acarició mis mejillas y mis ojos dieron suaves parpadeos. La luz de la ventana me cegó unos segundos. Hasta que las voces de los chicos me encontraron.
-Ya despertó, ¿Qué rayos paso Brooke?- Sean me ayudó a ponerme de pie.
-N.. no lo se, ¿Ethan?- seguía recostado con los ojos cerrados. Los chicos me hicieron muchas preguntas. Dijeron que había caído inconsiente. Igual que Gina. Entonces ella despertó igual. En el suelo.

Con una fuerte inhalación y ambos ojos como platos. Gina se levanto. Derek la ayudo a ponerse de pie mientras ella se quejaba del dolor de su herida. Sus ojos vieron los míos.
-Lo sabes- dijo. Aún seguía atónita por la imagen de Ethan en las llamas conmigo. Mi corazón no podía latir normal.
-Gina, ¿Qué fue eso?- los chicos me vieron confundidos. Luego a Gina.
-Es lo que le sucede, no está bajo ningún veneno, la herida ya no tiene nada que ver, es preso de su propia pesadilla- cerró los ojos.

-¿Qué dices cariño?- Derek movió un mechón que caía por la mejilla de Gina. Mis tripas se revolvieron. Ethan siempre hacia eso conmigo.
-Al parecer, el veneno en la daga fue una distracción, Kimo logro meterse en la mente de Ethan, fue inteligente, es un alfa, no fue nada sencillo, pero al tenerlo débil y sin fuerzas, lo hizo.

-¿Kimo se apoderó de su mente?- preguntó Amett. Frech cerró los ojos y maldijo.
-Lo está haciendo sufrir, Ethan está en su peor pesadilla y no tiene escape- termino de decir Gina.
-¿Y qué es esa terrible pesadilla que logra controlar a un alfa?- preguntó Sean. Todos los pares de ojos se voltearon hacia mi. Mordí mi labio. Mis ojos se humedecieron.

-La caída de su manada en llamas y su mate muerta en sus brazos- dije con un sollozo y un nudo en mi garganta. Amett se tapó la boca. Luther negó maldiciendo. El resto, quedó en silencio.
-¿La manada? ¿Tu?- repitió Frech. Sean lo tomo del hombro.
-El gritaba, demasiado, la manada entera estaba en llamas, y me tenía en brazos pero yo... No me movía y no respondía, como si estuviera...
-Muerta- dijo Sean abrazándome.

Contuve mis lágrimas. Gina me explico que fui capaz de ver todo por tocar su mano a la vez que ella se metía en su mente. Ambas estábamos ahí, solo que ella se encontraba omnisciente, solo veía todo.
Maldita sea Kimo. Pagarás como jamás lo habías echo en tu vida. Buscaste lastimar a un alfa pero terminaste con una híbrida de enemiga. Una híbrida sedienta de venganza y más que furiosa. Nadie, absolutamente nadie podía meterse con un mate de un lobo. Especialmente de una Luna. No saben de lo que una mujer es capaz por su amado.

Me aparte de Sean y tome un respiro. Di una última mirada a Gina. Quien negó con la cabeza.
-No- dijo. Murmuré un lo siento y salí de la habitación de prisa. Los chicos gritaron detrás de mí. Pero antes de que alguno pudiera alcanzarme, mis extremidades cambiaron de forma. Mis colmillos salieron más pronto y rápido de lo que imaginé. Mis garras salieron igual. Tomé con mis dientes lo que pude de ropa para no aparecer desnuda al momento.

—¡BROOKE!-  Luther grito tan fuerte que paralizó por un momento mis piernas. Por lo cual caí cómo saco de papas en el césped. Los habitantes de la manada me veían asustados. Me puse de pie tan rápido como pude antes de que Amett me alcanzara. Frech corría detrás de ellos gritándome por igual. Mi corazón estaba tan herido y enojado que no tolere el hecho de haber perdido está oportunidad . Kimo pagaría.
Mis patas corrieron de nuevo casi con vida propia. Las puertas se encontraban abiertas por unos lobos que entraban. Brinque por encima de todos ellos y seguí corriendo.
Los chicos sabían que no podrían alcanzarme, les llevaba la ventaja suficiente. A lo lejos seguí escuchando los gruñidoa de lobo de Luther y Amett. Frech pedía que volviera.

El aire aún tenía pizcas del aroma de Kimo. Un aroma muy débil, pero lo suficientemente útil para encontrarlo. Los chicos no tardarian mucho en encontrarme.
Debía darme prisa. Un rato después se correr mis patas se encontraban un poco cansadas. No había comido nada ni ayer ni hoy y me sentía débil. Suspire y disminuir mi paso.

Subí la mirada al cielo. No había notado que se encontraba ya más oscuro, cubierto de pequeñas estrellas y la luna brillaba. Luna llena. La luna más bella que hay.
Si tan solo Ethan estuviera aquí. Lo extraño tanto, quisiera llegar a besarle y sacarlo de esa terrible pesadilla.
Pero es justo por el que estoy aquí, es por el que le quitaré la cabeza a Kimo y se la daré a sus soldados. Hizo mal en meterse con mi Ethan.

Ethan. Ethan. Ethan. ¿Cimo estaria? El me odiaria si supiera que estoy haciendo esto. Solo necesito que despierte, su manada entera está asustada y lo necesitan justo ahorita. Su padre intenta hacerse cargo pero aún así el verdadero alfa es Ethan. Todos se cuestionan qué cosas secretas no les hemos dicho. Quienes han Sido los tantos invasores que buscan pelea. Y he escuchado el porque no nos hemos casado. Mi corazón se estrujó. Ya lo hemos hablado tantas veces que ya no sé si pasara.
Estamos en medio del caos y parece que no cambiará eso en un tiempo. Hasta entonces debo concentrarme en Kimo.

¿Por que justo ahora decidió atacar a Ethan? Tanto tiempo, tantas oportunidades y eligió hoy.
Mi olfato de pronto fallo. Una serie de gritos desesperados rompió el silencio y no pude reaccionar a tiempo. Gruñi en dirección a ellos. Mis patas rasguñaron la tierra debajo de mi y busque a Kimo. Todos tenían ese olor familiar que olí cuando llegaron a la manada de Ethan. Pero no veía a Kimo.
Me amenazaron y apuntaron con un sinfín de armas.

-Vaya, este ha Sido un tonto movimiento- dijo una voz femenina que me estrujó el estómago. Voltee en dirección a la dueña de dicha voz. La rabia hirvio en mi sangre. Circulando por mis venas. Debía ser, era tan obvio.
-Dejala Cordelia- dijo otra voz masculina con un tono delicado y de burla. Kimo.

-Bueno, es agradable que hayas venido, te estaba esperando, tardaste más de lo que creía- Cordelia jugaba con un rizo de su ahora larga cabellera. Gruñi y maldije en mi mente. Definitivamente Ethan me odiara cuando sepa. Pero se que esto es algo que en haría también en caso de estar yo tendida en una cama en medio de una terrible pesadilla.
-Que empiece la diversion- murmuró Kimo con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Gruñi.

Que empiece.

ESPERO LES GUSTE
Estaba leyendo comentarios de ustedes en capítulos anteriores, las reacciones ya sea a una muerte, una broma, un escándalo, corazón roto, todo.
Créanme que si los leo todos, cuando tengo tiempo me pongo a leer lo que llevo y veo sus reacciones. Para que no piensen que los ignoro.
Me dió tanta cosita y muchísima risa varios comentarios, de verdad muchas gracias por todo, no seguiría escribiendo ni me habría decidido por escribir esta historia oficialmente de no ser por ustedes, y cuando la escriba, les haré saber junto con mi nombre verdadero 😉

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