Capítulo 20

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Ethan
El invierno nos ataca con todo lo que tiene. Los copos de nieve parecen no estar a nuestro favor. A Brooke le habría encantado verlo, después de todo, es su clima favorito.

Luther, Amett, Frech, Gina y Derek caminan por delante con las miradas bajas. Sean ha desaparecido. En cuanto Henton la vea, no puedo ni imaginar cómo reaccionará. Y su padre, ha estado desaparecido. Pero en cuanto sepa la noticia, seguro se sentirá peor. Apenas siento latir mi corazón. Apenas puedo caminar.

El rojo vivo de la ropa de Brooke, cubre mi ropa. Su cabello vuela con el viento, se ve preciosa con los ojos cerrados. Tan inocente, linda. Pero no la quiero así. Quiero que abra sus ojos y me vea, que me maldiga, que me sonría.

Mis piernas temblaron y perdí el equilibrio. Con Brooke aún en mis brazos, caí rendido a la nieve.
-perdón- dije, mis mejillas se sentían cada vez más frías por las lágrimas que luchaban contra el viento.

-¿Ethan?- me llamó Luther.
-quiero que se vayan- respondí de una manera tan dura que todos me veían confundidos.
-no te dejaremos aquí- dijo Amett.

-no les pregunto, ¡largo de aquí!- Gina dio un respingo, los demás, bajaron las miradas. Sabían que no era el momento para una pelea. Asintieron, dieron la vuelta y comenzaron a alejarse.

-lo siento, sé cuánto odias que les hable en ese tono- acaricie su mejilla, madre santa, que piel tan suave. Delicada y fría. Uno que otro copo cubría su cabello al igual que sus largas pestañas.

-¿recuerdas cuando lanzaste una ardilla al cabello de Ashley?- reí al recordar aquella imagen -¿por qué no vuelves y haces lo mismo? Si quieres a mi, no habría problema, apuesto a que reirías sin parar.

No tenía fuerzas para levantarla. Mis piernas no respondían.
-Cordelia nos hizo mucho daño, a ti más que a nadie, le habías perdonado la vida, aquel día, algo despertó en mi, esperaba que la mataras sin piedad, en cambio, la dejaste ir... claro, hasta que llegó Nathan y paso lo que paso.

Quité la nieve que comenzaba a cubrir su rostro.
-¿sabes lo hermosa que estás? Vaya, hablo de una cosa y vuelvo a otra, soy todo un idiota...- apreté los puños -te dije una vez que mientras estuvieras bajo mi cuidado, nunca te harían daño, lamento haberlo dicho.

El impulso me ganó, sentí un nudo en mi garganta, la apreté contra mi cuerpo -quisiera haber muerto yo, daría lo que fuera por haber muerto yo, lo que fuera- besé su frente. Más lágrimas cayeron por mis ojos.

No llores Ethan. No la traerá de vuelta. Se ha ido. Se ha ido por siempre. No supiste cumplir tu promesa. Faltaste a ella. Y por ello, Brooke yace muerta en tus brazos.

-¡es tu culpa Ethan!- di un golpe a la nieve -¡mi culpa!- me puse de pie. Con todo el dolor, bajé la mirada a ver a Brooke. Muerta.
-¡NO!- grité una y otra vez. Nunca había sentido ese dolor. No sólo en el pecho, ni en mi cuerpo, sino dentro de mi. En mi mente, en mi estomago.

-¡por favor! ¡despierta!- dije de rodillas con la cara entre mis manos -no puedo vivir sin ti Nemo, no puedo.

El viento se detuvo, al igual que los copos que caían. Un escalofrío corrió por mi espina. Subí la mirada, un ligero brillo dentro de la blusa de Brooke llamó mi atención. -¿qué demonios?
El delicado brillo, duró unos segundos más.

Tomé su rostro con ambas manos
-¿Brooke?- el brillo provenía del medallon. Se intensificó poco a poco. El rostro de Brooke se iluminó. De pronto, una pequeña gota resbaló por uno se sus ojos. Una lágrima. Sus labios se abrieron y se levantó inhalando demasiado aire con los ojos bien abiertos. 

Debo haber muerto. Debe haberme dado un infarto, solo por eso debo verla. Si, ha de ser eso.
-¿Ethan?- dijo con su delicada voz. Mi corazón latió fuerte, al ver sus ojos. Grandes y oscuros. Con lágrimas en sus ojos y una mano en su herida, me veía.

-mierda mujer, nunca hagas eso- la tomé de las mejillas acercandola a mi, hasta que sentí sus suaves labios rozar los míos. Sus manos subieron hasta mi nuca. Madre santa, sus caricias. Debo estar muerto. Insisto.

Se apartó de mi, viéndome confusa.
-yo... yo morí, lo sentí, ¿cómo puedo...?-la besé de nuevo. Si yo estoy vivo y ella también, entonces debe ser un milagro. El mayor de todos.

-te amo, te amo, te amo- dije. Podría decirlo todo el día, toda la eternidad sin cansarme.
-y yo a ti Bestia- ella se acercó y me dio un beso fugaz.

Brooke
Escuché el eco de una voz un poco lejos. Hacía el intento por abrir mis ojos una y otra vez, pero estos seguían cerrados. Como si desobedecieran mis órdenes.
-¿Ethan?- quise decir una y otra vez. Pero mi voz estaba atrapada por un nudo en mi garganta.

Sentí una pesadez en mis ojos, mis manos sentían la fría nieve. De pronto, la oscuridad desapareció y pude ver luz. Muy poca. Pero la suficiente para ver a Bestia. Quien me veía asombrado, su mirada expresaba más de mil palabras.

Besarlo me hizo darme cuenta de que no estaba muerta. Seguía viva.
Bajé la mirada y tomé el medallon con una mano.
-azul, revive- sonreí. Ethan me besó de nuevo. Y de nuevo.  Y de nuevo. Y una vez más. 

-pero, lo dejaste todo cuando te deshiciste de esos hombres.
-algo he de ver dejado- reí.
-creí que nunca más te vería.
-no te desharas de mi tan fácilmente Bestia- me tomó de la cintura y me hizo caer encima de él.

Me sostenía de la espalda con ambas manos.
-gracias al Cielo- me besó de nuevo.

(...)
-¡NI DE BROMA!- gritó Gina al verme. Ya se encontraba corriendo hacia mi apenas crucé las puertas.
-¡Brooke!- gritaron los chicos. Gina y yo caímos en la nieve abrazadas y riendo. Sentí las lágrimas brotar por mis mejillas.

-estas viva- dijo Henton casi sin aliento. Debieron haberle dicho mientras no estuve. Me puse de pie con Gina. Henton me dio un abrazo. Un fuerte abrazo.
-aún no he hecho a Cordelia sufrir, ¡clari que estoy viva! Esperen... ¿B?

-ha sido encerrado, le sacaremos tantas respuestas como nos sean posibles- dijo Ethan abrazandome por los hombros.
-ni la muerte misma puede contigo- dijo Amett riendo.

-¿Brooke?- di la vuelta. Sean me veía con ojos rojos y llenos de lágrimas. Sus nudillos se encontraban ensangrentados. Su ropa desgarrada.
-¡Sean!- corrí a él con los brazos abiertos. Di un brinco y me abrazó.

-¿Cómo es...
-...posible? Vamos Sean, sigo aquí, es lo que importa- dije en su oído. Apretó más de mi.
-creí que te había perdido.
-nunca hermano.

Me aparté sonriendo. Sus ojos lentamente volvían a la normalidad. Ethan tomó mi mano y me aparto de ellos.
-¿a dónde vamos si se puede saber señor Bestia?
-a mi habitación.

-¿para...?- dio la vuelta y se acerco a mi. Con una mano en mi espalda, apretó de mi cuerpo más al suyo.
-creo que lo imaginas- respondió con una sonrisa pícara.

Vi de reojo a Gina sonreír y guiñar un ojo. Pervertida de lo peor. Los demás sólo me sonreían y reían entre ellos. América corrió a los brazos de Sean y lo besó. ¡Puaj! Lo hubiera visto venir. A todo esto, ¿y papá?

¡A que no se la esperaban! O si.. meh, hasta creen que iba a matar a Brooke😉

Bueno, es hora de que sepan algo, chan chaan.... el final de esta historia se acerca, ¿cómo se imaginan que va a terminar esto?

Trascendente Where stories live. Discover now