05.

27K 973 19
                                    

Quería preguntarle sobre lo que había escuchado, pero no me atrevía ni siquiera a sostenerle la mirada por más de unos pocos segundos. Quizá se enfadaría conmigo si lo hacía, o quizá pensaría que era una entrometida. Por esas y otras más razones preferí mantenerme en silencio. Si él quería explicarme algo, que lo hiciera por gusto.

Eché la cabeza hacia atrás apoyándola sobre los materiales de mimbre del asiento, pudiendo así observar las estrellas con detenimiento en el firmamento. Mientras, tomé una profunda respiración y me quedé embelasada escuchando los ruidos de los insectos de la noche a lo lejos. Es lo que tenía estar en medio del campo. Se estaba muy a gusto en aquella pequeña terracita al aire libre, con una suave brisa corriendo entre nosotros.

—Supongo que te extrañó lo que oíste... —él rompió el silencio de pronto—, y querrás saber por qué lo dijo Katy.

—Liam, no es necesario —volví la cabeza para mirarlo—. Es tu vida, no me tienes que dar explicaciones de nada.

—Pero, es como si... —hizo una pausa para respirar profundamente—, es como si tuviera la necesidad de hacerlo.

—Haz lo que sientas —intenté sonreír para aliviar la tensión que había flotando en el ambiente—. Si decides contármelo, quiero que sepas que no se lo diré a nadie si se trata de un secreto. Y si lo único que necesitas es desahogarte, he de decirte que escuchar es una de mis virtudes.

Tratando de destensar su rostro pero sin lograrlo, suspiró lentamente y se giró hacia mí para mirarme fijo a los ojos.

—Yo no vine a este sitio sin ningún motivo, vine para olvidarme de algo —torció la boca con desagrado—, o más bien de alguien.

Mi cabeza entonces comenzó a funcionar por sí sola a mil por hora. Seguramente hablaba de una chica, puesto que solamente alguien que acababa de sufrir un desengaño amoroso podría pasar por alto las furtivas miradas de las azafatas del avión la pasada tarde.

—Me hicieron mucho daño, y ahora tan sólo pretendo olvidar, o por lo menos intentarlo —una ráfaga inesperada de viento meció sus cabellos castaños dejándole la frente descubierta—. La canción que mi hermana mencionó fue la única que escuché después de que una persona muy importante para mí me traicionara. Lo pasé bastante mal, y cuando la escucho me ayuda a descargar toda mi frustración y a ordenar mi mente. Al parecer a Katy le gustó mucho la canción —se encogió de hombros dejando entrever una pequeña sonrisa.

El silencio a nuestro alrededor permaneció, pero nuestras miradas conectadas por unos breves segundos no, ya que bajé la vista intimidada por él. No me gustaba que me miraran tanto, siempre me daba por pensar que posiblemente al hacerlo estaban analizando todos y cada uno de mis defectos físicos.

—Y como toda buena madre que se preocupa por su hijo —continuó él mientras yo volvía a prestarle toda mi atención—, la mía decidió que, tras un mes sin hacer nada más que llorar y pensar en lo imbécil que era, lo mejor que podía hacer era trasladarme con mi familia aquí para poder comenzar de nuevo, en una ciudad distinta y con gente distinta.

Lo escuché tomar una respiración profunda nuevamente. Se echó hacia adelante en el asiento para apoyarse sobre sus antebrazos. Escondió la cara entre sus manos por unos segundos y, a continuación, las deslizo hasta su pelo para alborotarlo ligeramente. Hablar sobre esto le agobiaba.

Tuve la gran necesidad de abrazarlo por la espalda, de decirle que a partir de ahora podría empezar de cero, de convencerlo de que todo iría mejor... pero aún era demasiado pronto para mí. Mi maldita timidez me frenó. Lo único que atiné a hacer fue, incorporándome también, apoyar mi mano en su mejilla y deslizar de forma suave el pulgar. Él respondió rápido inclinando más la cabeza y cerrando los ojos disfrutando de las caricias. 

Te NecesitoWhere stories live. Discover now