19.

24K 807 81
                                    

—¡Qué! —solté incrédula.

—Lo que has oído —papá me miró impasible, parecía que sin importarle el hecho de que su hija se fuera a ir del país—, en una semana te irás a Berlín con tu madre.

—¡No, no y no! —exclamé horrorizada. Todavía no daba crédito a lo que estaba oyendo— ¡No me podéis hacer eso!

Me negaba a irme, simplemente no podía. ¿Qué pasaría con Liam? ¿Y con Alba? ¿Y Katy? Se me hacía tan raro pensar en mi día a día sin ellos.

—Hija... —mi madre se acercó de nuevo a mí e intentó abrazarme, pero fui yo más rápida y la esquivé para que mantuviera las distancias. Ella suspiró apenada—, nosotros creíamos que te parecería bien la idea. Tú siempre has dicho que odiabas esta isla, que querías salir de aquí cuanto antes...

—No mamá, te equivocas —respiré hondo e intenté tranquilizarme—. Siempre lo decía, eso es cierto, pero este año es diferente.

—Yo no tengo ningún problema en que te quedes, es tu madre la que no quiere —habló mi padre sentado, observándonos a nosotras.

—¿Por qué, mamá? —quise saber sin entender.

—Tu padre no está nunca en casa, te pasarás los días prácticamente sola y no quiero que eso pase. Además, si te vienes conmigo podrás conocer gente nueva... ¿no decías que no tenías amigos?

—Parece mentira que seas mi madre —dije negando con la cabeza y mirándola como una completa desconocida—. Lo primero de todo, ni tú ni papa habéis estado nunca ahí cuando yo os necesité, nunca —remarqué con énfasis—, así que ahora no te vengas a preocupar por que me pueda pasar los días sola porque eso es lo que he estado haciendo durante toda mi vida —las palabras salían de mi boca con la única misión de hacerles ver que me había criado prácticamente sin ellos—. Y segundo, si te hubieras molestado por hablar conmigo algún día de estos, ya sabrías que este año he conocido a varias personas muy importantes para mí y no quiero perder la amistad que tengo con ellos solo porque tú te quieras mudar a otro sitio con tu novio.

Mi madre se sentó al lado de mi padre y agachó la cabeza arrepentida y algo dolida por lo que acababa de decir. No quise ser tan brusca con ella, pero eso era lo que llevaba queriéndole decir durante años y nunca me había atrevido. Me sentía liberada al fin, como si me hubiera quitado un gran peso de encima.

—Tienes razón, en todo... —admitió ella con la voz apagada y triste—. Es cierto que no te presté mucha atención de pequeña, ni ahora tampoco —reconoció—, y lo siento mucho, de verdad que no me daba cuenta de ello. No sabía que te sentías así —pestañeaba a cada segundo para evitar que las lágrimas salieran de sus ojos—. Supongo que yo no soy nadie para obligarte a que vengas conmigo si no quieres.

—Entonces, ¿puedo quedarme?

Mi padre, que hasta ahora había estado exento de la conversación, ladeó la cabeza para mirar a mi madre y esperó por su respuesta al igual que yo.

—Sí hija, sí, puedes quedarte.

De golpe sentí la sangre de nuevo correr por mis venas. Me relajé por fin de pies a cabeza debido a lo tensa que estaba y respiré con tranquilidad. Ya estaba todo arreglado, sólo había sido un pequeño susto.

—Yo me tengo que marchar ya... —dijo mi padre después de que hubieramos hablado más calmados y hubieramos aclarado como serían las cosas a partir de ese momento. Él se levantó de su silla y se me acercó para darme un beso en la mejilla—. Te prometo que nuestra relación cambiará —me susurró para que sólo yo lo oyera. 

Sí, verdaderamente tenía la esperanza de que eso cambiara y fuera así. Yo siempre había necesitado unos padres, y todavía los seguía necesitando. Por muy mal que lo hubieran hecho ellos conmigo sentía que se merecían una segunda oportunidad. Aunque el perdonar a mi madre me iba a costar muchísimo más.

Te NecesitoWhere stories live. Discover now