31. «1ª parte»

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-Liam -sentí como una mano sacudía mi hombro-. Liam despierta.

Abrí los ojos y sonreí en seguida al ver a _____ acurrucada en mi pecho, pero no era ella la que me llamaba. Giré sobre mi cuerpo aún sin soltarla y vi a su padre de pie a nuestro lado.

-Son las seis. Pensé que querrías levantarte para ir a tu casa y prepararte antes de ir al colegio -susurró en voz baja para no despertarla.

Con mucho cuidado, alejé los brazos de ella de mi cuerpo, la arropé con algunas mantas y le besé la mejilla.

-Sí, gracias -me levanté de la cama y lo miré-. Cuando despierte dígale que vendré a las siete y media para llevarla.

-De acuerdo -aceptó asintiendo con la cabeza.

Unos minutos después de haber salido de casa de _____, ya estaba entrando a la mía. Me tomé un tiempo para realizar mi típica rutina matinal, que incluía entre otras cosas una abundante ducha de agua fría, un buen afeitado y un desayuno lo suficientemente completo como para aguantar hasta la hora del almuerzo.

Recordé antes de salir de casa que hoy sería un día largo, puesto que a pesar de ser el último día antes de las vacaciones de Navidad, nos quedaríamos hasta tarde en el salón de actos preparando el musical. Iba a ser algo duro aguantar más de doce horas en pleno movimiento, pero al pensar en que lo único que haría sería ver a _____ cantar y bailar, me relajé y sonreí como un crío.

* * *

Narra _____.

-Marcel Styles -llamó el profesor.

Él se levantó de su sitio acomodando sus gafas nervioso y fue hasta el frente de la clase para recoger sus notas. Cogió el sobre en su mano y, en vez de abrirlo como todo el mundo, volvió a nuestro lado con la vista baja.

-Martín Santana... Carla Díez... -siguió llamando.

-Eh, ¿no las vas a abrir? -le pregunté.

Él se encogió de hombros y miró a Alba.

-Venga va, seguro que las aprobaste todas con sobresaliente, ábrelas -le habló Alba, pero él se volvió a negar-. Ugh, que niño más cabezota.

Ella le quitó el sobre de las manos y comenzó a correr por toda la clase llamando la atención de todos. El profesor le hubiera llamado la atención, pero debido a que era ya el último día antes de las vacaciones de Navidad dejó que continuara haciendo el tonto. Se notaba que estaba ya bastante harto de nosotros.

-¡Alba ven aquí! -le gritó Marcel sin poder ocultar la diversión que sentía- Está bien, las abriré, pero deja de llamar la atención. No quiero que nos miren más -se hundió en su silla avergonzado.

-Por esto eres mi mejor amigo -se acercó y le besó la mejilla-. Adoro que te sonrojes.

-Anda, trae eso.

Un instante después de apartar el sobre, abrió sus ojos satisfecho y nos miró con una sonrisa.

-Lo sabía, todo diez, ¿verdad? -pregunté incrédula y él asintió- Madre mía, eres increíble Marcel...

-Sí, sí que lo es -Alba se tiró a su cuello contenta mostrando su orgullo-. Me darás clases particulares estas vacaciones, ¿a qué sí? Esto de haber suspendido matemáticas no le va a gustar mucho a mi padre...

-Lo haré, claro que sí.

Mis notas tampoco estaban nada mal, sobre todo la de inglés, un nueve. Y todo gracias a las ocasionales clases particulares de Liam. Pero no sólo en esa asignatura, él siempre me había ayudado con los deberes de todo cuando veía que estaba demasiado agobiada. A parte de ser guapo, atractivo, y una lista interminable de buenos adjetivos más, era muy inteligente.

Te NecesitoWhere stories live. Discover now