Bella Traición ••Roman Reigns••

18- Te quiero

Capítulo dedicado ha:
RojasNirvana

El jadeaba contra el cuello de la castaña, y eso la hacia sentir bien ya que eso significaba que le gustaba y le excitaba estar con ella, los gemidos del moreno cada vez eran más fuertes haciendo sus envestidas con más fuerza, provocando que el dolor en la intimidad de la delgada volviera, pero ella enseguida lo ignoro concentrándose en disfrutar el momento. La delgada le dedico una sonrisa mientras un gemido volvía escapar de sus labios provocando una sonrisa de satisfacción en los labios del moreno, sintió su cuerpo temblar mientras un placer desconocido invadía su cuerpo, cerro sus ojos disfrutando de aquel momento mientras el moreno mordisqueaba su cuello, ella había llegado a su primer orgasmo.

El moreno siguió moviéndose dentro de ella, buscando también él llegar a su orgasmo, sus labios chocaron de nuevo con los de la castaña y al instante gruño haciéndole saber a la delgada que él también había llegado. Una sonrisa se formaba en los labios de la chica al saber que había sido lo suficiente mente buena como para haber podido causar eso en alguien como él, Cuidadosamente salio de ella recostándose en la cama mientras la atraía a su pecho abrazándola.

- Eres mía Camila - Deposito un corto beso en su frente - Espero lo sepas después de lo que acaba de pasar.

- ¿A que te refieres? - Respondió la castaña, mientras besaba el pecho de este.

- No acostumbro hacer esto, así que me resulta difícil - Se levanto un poco recostando su espalda en la almohada y observando a Camila a los ojos - Tampoco se como pedirlo y sé que lo debo hacer - Bajo su mirada un poco confuso - No te rías de mi ¿esta bien?

Camila asintió sonriendo al mirar la cara del moreno, sabiendo a que se debía y sobre todo a que se refería, un hombre guapo y soltero a la edad de 30 años, sólo significaba una cosa, no era un tipo de relaciones serías, y por su forma de ser con ella, le indicaba que no era por que él fuera una porquería, que le agradaba jugar. Si no por que las experiencias en su vida no habían sido muy buenas, y tal vez eso era lo que lo hacia actuar así, algo en ella sentía que con ella podía ser diferente, que ella podía ser la indicada.

- Quiero que seas siempre mía - Hablo el moreno sacándola por completo de sus pensamientos y concentrándose en las palabras del ojos claros - Como esas relaciones de novio y novia, ya sabes.

- Que romántico - Bromeó la delgada, pero agradecía su esfuerzo por querer hacer las cosas bien - Desde nuestro primer beso fui tuya, aún que tú no te ayas dado cuenta.

Una sonrisa se formo en los labios del ojos claros, dirigió su mirada hacia ella atrayéndola nuevamente a su pecho acariciando la delicada piel de los brazos y espalda de la delgada. Miles de dudas habían en su cabeza y una de ellas era el no saber si estaba haciendo bien en tener una relación formal con ella, hace mucho no tenía una y estaba tan acostumbrado a no tenerlas que la sensación de compromiso le hacia sentirse extraño, ya que él queriendo una relación seria significaba una cosa, y era el a verse enamorado tanto de alguien como para no pretender estar con esa persona sólo una noche, si no el mayor tiempo posible y no precisamente en una cama, por que así era con ella. Ella lo hacia feliz sin necesidad de tenerla gimiendo su nombre, sabiendo que era una felicidad real por lo tanto sabia que tenía que decirle la verdad lo más pronto posible, una parte de él quería hacerlo pero la otra no, ya que el miedo de estar enamorado de ella y después enterarse que ella estaba a su lado únicamente por interés lo afectaba, pero estaba cociente que ya no podía alejarse de ella y peor aún después de lo que había pasado entre ambos, algo en ella se sentía sincero.