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Concordia parvae res crescunt, discordia maximae dilabuntur*


Su Barrett M82 bien posicionada y su vista sobre el peliblanco a través de la mira. Si disparaba ahora, mientras el experimento terminaba de matar a ese creado, lo más probable fuese que se diera cuenta y esquivara la bala, localizando su posición y yendo por él como el plato de postre.

Tragó saliva ruidosamente, de pronto sintiendo temor de ser descubierto.

Yifan volvió a concentrarse, esperando el momento indicado para disparar, mas su instinto le hizo rodar por el suelo hacia el lado para encontrarse con Jang empuñando su katana y golpeando justo el lugar donde antes estaba.

—Que aburrido eres, Wu.

Con un movimiento ágil, sacó el arma de su cinturón y apuntó a la chica, sin dudar a la hora de apretar el gatillo. Maldijo cuando las balas rebotaron y cayeron al suelo gracias a la katana.

—Hagamos esto por las buenas, ¿Si? —Espetó la rubia, pasando su índice por el filo de su arma sin hacerse daño— Tú dejas esa mierda de "captura al experimento" y yo te dejo vivir.

Enarcó una ceja, una sonrisa irónica asomándose en sus labios.

— ¿Y por qué no mejor te pego un tiro en la cabeza y así dejas de joderme?

Miu miraba de manera apacible al castaño, jugando con su katana sin mostrar reacción con respecto a su pregunta.

—Segunda oportunidad, Wu.

Dejó escapar una carcajada ruidosa, levantándose del suelo y limpiándose el polvo del uniforme. Enderezó su espalda y le miró despectivamente.

—No quiero perder tiempo, nena, así que mejor desaparece o tendré que matarte.

Muy en el fondo, estaba inquieto. Si bien le habían informado que el experimento tenía sus perros guardianes, jamás se imaginó que los mejores del ejército fuesen aquellos y precisamente los que usualmente eran temidos por sus personalidades fuertes y nada temerarias a la vida.

Su inquietud se multiplicó por mil cuando la apacibilidad de la chica se desvaneció, siendo reemplazada por una mirada turbia y una sonrisa sin emoción concreta que la pudiese definir.

—De verdad me caías bien —Habló fríamente—, pero lástima que seas un traidor y que yo no dé terceras oportunidades.

Sacó el arma de su cinturón y comenzó a disparar contra Yifan, fracasando gracias a la rapidez que el alto poseía al esquivar las balas.

Cesaron los disparos y miró aburrida como Yifan lograba escaparse y bajar de la azotea. Se había resignado a tener que perseguirlo hasta acertar alguna bala con alguna parte de su cuerpo, sin embargo, varias balaceras se escucharon a lo lejos.

Mirando a las demás azoteas, se percató que sus compañeros de misión atentaban contra la vida de otros soldados, los que identificó como más traidores.

—Vaya mierda —Siseó—. Vinimos a matar al creado y terminamos con una matanza entre nosotros mismos.










Experimento 0111 » hunhan.Where stories live. Discover now