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La habitación estaba casi a oscuras de no ser por la tenue luz del día filtrándose por el ventanal, pero no siendo de mayor ayuda debido a que espesas nubes grises cubrían la ciudad y anunciaban una tormenta próxima a comenzar.

Sehun se apoyó en una de las murallas con su costado, observando detenidamente al peliblanco depositar con sumo cuidado a su compañero sobre el único mueble dentro de aquellas cuatro paredes: una cama. Luhan miraba el lugar donde anteriormente se encontraba el mismo chip que Donghae le había dicho le instalaban a los infectados y creados con tal de controlar sus malintencionadas acciones.

El cuerpo del pelinegro estaba impregnado de un olor que, si bien conocía, no podía recordar a quien correspondía. Las cosas ya estaban volviéndose tétricas de sólo pensar que algún tipo estaba detrás de ellos, los soldados alterados, con tal de dañarle o acabar con su vida.

Meneó la cabeza frustrado, sabiendo que aquello no era probable porque los enemigos no eran tan estúpidos como para usar a uno de sus compañeros para asesinarle porque era simplemente imposible. Una gota de sangre que llegara a sus papilas gustativas y todo su sistema enloquecería en busca de sangre, de carne y sin importar de quien se tratase.

Más bien, pensó con amargura, la mente maestra detrás de lo de Yixing tenía intenciones de matar a este, haciendo que le atacara para así no tener más remedio que seguir sus instintos y devorarle sin importar si era su compañero o no.

Sin embargo, nuevamente lo habían subestimado.

—Debemos irnos, Luhan. —anunció Sehun, acercándose unos cuantos centímetros al más bajo.

Una suave brisa se coló por la ventana del pasillo, ingresando a la habitación debido a que la puerta estaba abierta, pasando por Sehun, quien apenas y la notó, y finalmente por Luhan, despabilándole gracias a un aroma extraño que se filtró por sus fosas nasales.

—Bien, Yixing estará bien aquí hasta que despierte.

Sin mirar atrás, ambos salieron de la habitación, asegurándose una vez más que ya no hubiese más infectados o sobrevivientes dentro del edificio.











—Hemos fallado.

Suho fríamente contempló cómo su superior golpeó con fuerza el teclado de la computadora frente a él, soltando maldiciones a diestra y siniestra.

—Debí suponerlo, maldición. ¡Se trata del gran experimento! ¡Claro que no me podía esperar menos!

Caminó de un lado a otro, frustrado hasta las pelotas, revolviéndose los cabellos bruscamente mientras intentaba idear algo para su plan B.

Las cosas se estaban complicando más de lo debido y ya estaban contra el tiempo, todos estaban contra el tiempo. Si quería revelar la red de mentiras del gobernador y abrirles los ojos a los ciudadanos debía hacerlo ya, antes de que los terroristas hicieran su gran ataque y todos sus intentos fueran en vano.

Las personas estaban en contra del enemigo equivocado, aunque no menos culpable de todas las atrocidades de las cuales fue víctima la humanidad.

—Ahora tendrás que marcharte de aquí si no quieres ser comida para Zhang, Suho —habló ya más tranquilo, sintiéndose un poco menos agobiado por los problemas—, te conseguiré algo para que puedas salir de la ciudad y estés a salvo.

Experimento 0111 » hunhan.Where stories live. Discover now