Los tontos tienen un punto de quiebre

2.3K 153 139
                                    


Capítulo 3

"Los tontos tienen un punto de quiebre".

Aquél día había un clima en verdad agradable, un poco frío pero no lo suficiente para tener que abrigarse al salir de casa. A cualquiera le habría apetecido sentarse a comer algún alimento acuoso y caliente para entrar en calor. No fue la excepción con aquellos dos hermanos Matsuno quienes habían querido preparar un tazón de ramen instantáneo y habían terminado en desastrosas condiciones. El ramen no sólo se había enfriado si no que ambos habían terminado atados y sin poder soltarse durante varios minutos, todo debido a que estuvieron bufoneando con la comida.

Tanto Osomatsu como Jyushimatsu ya no se retorcían, pues habían llegado a la conclusión de que era imposible soltarse, ya se habían resignado a esperar que alguien llegara a auxiliarles y les ayudara a desatarse.

Por el contrario, ahora hablaban de cosas sin sentido para matar el tiempo.

- Y entonces. La pelota salió del campo e hice un homerun. –Decía Jyushimatsu muy animado.

- Oh, ya veo, ya veo. –Contestó Osomatsu en un tono un poco monótono, no porque no le interesara la historia si no porque no tenía nada para agregar. No le molestaba. Habían ocasiones en las que le gustaba sólo escuchar lo que sus hermanos tenían por decir. En especial con Jyushimatsu siempre se portaba como un buen hermano mayor.

- Y luego, lancé otra pelota y la batee con mucha fuerza pero terminó impactando en la ventana de un edificio, así que salí corriendo de ahí. -Terminó el relato con una cara compungida pues había recordado aquel momento de terror.

- Jaja. Ya veo. –Contestó Osomatsu y se quedó unos segundos observándole. Mordió su labio inferior mientras se decidía a hablar o no.

Al final decidió romper el silencio con una pregunta que quería hacerle desde hace bastante tiempo pero no hallaba el momento ni el valor para hacerla.

- Jyushimatsu, ¿Recuerdas a la chica de aquella vez? La que nos contaste que salvaste... Eh... –Hizo una pausa antes de continuar aún con la duda de si debía seguir la conversación o no- ¿Cómo has estado desde ese momento? Porque si estás triste, Niisan te llevará a las carreras de caballos... Claro que tú pagarías tu propio boleto...

Era una pregunta bastante curiosa de hacer en aquella situación. Estaban amarrados y se retorcían como lombrices debido a sus ataduras, por lo que Jyushimatsu lo encontró muy gracioso. Así era su hermano mayor, preocupándose por cosas serias en momentos inoportunos pues casi nunca leía el ambiente de las situaciones, y para colmo no dejaba de ser tacaño ni siquiera cuando estaba genuinamente preocupado.

- Estoy bien. –Dijo siendo muy directo y sincero.- Ya no estoy triste. Cuando la recuerdo a veces sí me pongo triste porque no sé si ahora es feliz o si aún siente ganas de suicidarse... pero luego ya no estoy triste porque estoy seguro de que ahora estará bien en donde quiera que esté. –Sonrió al decir esto último mostrándose muy orgulloso al hablar.

A Osomatsu le sorprendió aquella respuesta tan sincera y optimista, pues esperaba algo más romántico o que le confesara que estaba deprimido. No pudo evitar sonreír él también. Estaba feliz y pensó que el hecho de no decirle a su hermano menor el secreto que sabía de aquella chica había sido la mejor decisión que pudo haber tomado.

- Ya veo... eso es bueno. –Sonrío apretando los dientes y cerrando los ojos.

El mayor estaba aliviado. Pasaron unos minutos mientras continuaban con aquella plática sobre temas aleatorios, cuando la puerta corrediza de la habitación fue abierta. Choromatsu e Ichimatsu se asomaron por ésta poniendo una cara de asombro y de resignación al ver a sus hermanos tirados en el piso con sogas alrededor de sus cuerpos.

Los tontos se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora