Usted ha recibido una invitación de parte de Andsig4 para continuar el trayecto que inició en Oh, Andrés.
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Estaba en 6to de primaria y yo en ese entonces tenía un crush. Este chico se llamaba Diego, y era muy gentil.
Un día aterricé en el queridísimo país llamado La Dama de Rojo, y pues, todo pasó así.
Me tocó con él para hacer una danza contemporánea, y claro, me puse unos leggins negros para evitar que se viera algo si me manchaba. Bueno, comenzando la coreografía todo iba bien, relax, pero hubo un momento en que por culpa de los cólicos me senté; él se arrodilló frente a mí.
—¿Te duele algo? —me preguntó.
Hay veces que te preguntan cosas tan estúpidas cuando pasan, y bueno, mi respuesta debió ser: "Pues claro, me duele el útero y estoy sangrando por la vagina y voy a morir desangrada, ¿eso es suficiente para decir lo que me pasa?"
Pero no respondí nada, se me aliviaron los cólicos. Cuando me levanté para continuar, vi una mancha en la silla; me quería morir.
No lo vio, pero volvimos a ensayar. Llegó el momento de montarme en su espalda, tenía miedo, y sí, lo que no quería que pasara... pasó.
Manché su camiseta blanca, nueva.
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Pues él no me dijo nada, que era normal y que su hermana (que tiene mi misma edad porque son mellizos) tenía algunas precauciones por si acaso. Yo estaba en plan: "Dios, qué pena"
Me cambié y seguimos con el baile, que por cierto nos quedó muy bien, incluso ganamos.
Hasta ahora sigo muriéndome de vergüenza cada que lo veo, pero él parece no recordar el incidente.
