Anécdota 45

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Anécdota de @QueenOnFire12

Resulta que a mí me gusta un chico desde hace mucho tiempo; es hermoso. Él es hijo de la amiga de mi madre, así que como consecuencia suele venir a mi casa.

Ayer, al maldito Andrés se le ocurrió venir. Mi madre y su amiga nos dieron la gran idea de que saliéramos a comer; cerca de mi casa hay un local de Mc' Donalds, de modo que fuimos ahí.

No voy a mentir, mi corazón se acelera con una simple sonrisa de mi crush. Cuando estábamos comiendo, sentí un dolor de mierda en el vientre.

—Voy al baño, ya vengo —avisé.

Él asintió y usó su móvil mientras me iba. Toqué la parte trasera de mis jeans y me aterró el hecho de sentir algo húmedo en ellos. A toda velocidad entré al baño y me miré en el espejo.

¡Demonios!

Mis jeans estaban totalmente manchados, por suerte nadie vio nada ya que los únicos que nos encontrábamos ahí éramos él y yo

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Mis jeans estaban totalmente manchados, por suerte nadie vio nada ya que los únicos que nos encontrábamos ahí éramos él y yo. Yo no traía cartera, suéter o algo que me ayudara a cubrir la mancha. ¡Era una genia! Como no tenía otra opción, decidí llamarlo.

—Necesito que vengas, ¡urgente!

—Está bien —respondió notablemente confundido.

Cuando llegó, golpeó la puerta preguntando qué pasaba; junté todo el valor que pude y dije "Me manché, necesito ayuda". Él se desesperó y dijo que lo esperara, después de unos minutos me avisó que ninguna de las empleadas tenía una toalla o pantalón para prestarme. Me tapé la cara, avergonzada y escuché un "Tengo una idea; sal". Le hice caso.

—No sé si te va a gustar, pero es la única manera en la que te puedo ayudar.

Reí nerviosa cuando se colocó detrás de mí, rodeando mi cintura y pegándose a mí lo más posible. Fuimos caminando así, él detrás de mí, como si fuéramos una pareja de novios. De la impotencia comencé a llorar. Malditos cólicos, los odio.

—No llores. Debo confesarte algo ahora mismo —se apresuró a decir.

—¿Qué?

—Me gustas...

Como sabrán, al llegar a la mesa alguien tenía sus jeans manchados por delante

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Como sabrán, al llegar a la mesa alguien tenía sus jeans manchados por delante. Me disculpé y le agradecí.

¡Adivinen quién tiene novio!

Sí, yo, y debo decirlo... ¡Gracias maldito, Andrés!

 ¡Gracias maldito, Andrés!

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La Doncella de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora