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06: Vamos, llora, pequeña.

Hace un año y medio.

Una invitación.

Una invitación para una boda.

Para la boda de su padre.

Esto junto a la nueva noticia, la prometida de su padre estaba esperando un bebé.

Dos noticias que Leah no tomó para nada bien.

Ese mismo día fue la fiesta de Jannet, una chica del Instituto de Leah.

Meghan, que estaba regresando de haber ido al baño, vio a un chico del curso más avanzado muy cerca de Leah, con claras intenciones de besarla.

En otro oportunidad no le hubiese tomado importancia, pero ese día no lo iba a dejar pasar. Leah estaba ebria por primer vez en sus dieciséis años.

Tomó paso hacia su mejor amiga; no podía permitir que un chico sacara provecho de la ebriedad de Leah.

Cuando el chico rubio estuvo a nada de besar a su amiga, tomó a Leah por los hombros y la apartó.

-Yo sé que estás necesitado, pero evita ir por las ebrias, puede que recuerden al algo al día siguiente. Evitales ese trauma. -le guiñó un ojo de manera burlona al chico y se llevó a Leah, la cual tambaleaba y se reía sola—. ¿Qué voy a hacer contigo?

Fue difícil conducirla entre el montón se gente que había en esa casa, pero como pudo la llevó a rastras hasta el patio delantero. Por lo menos no había tanta gente como dentro de la casa.

-Leah, ¿cuántos dedos tengo aquí? -elevó su mano, enseñando dos de sus dedos.

-Eh, cuatro. -Leah soltó una carcajada. De pronto se lanzó a abrazar a Meghan-. Megyyyyy, me quiero iiiir.

-Dame tu teléfono -pidió Meghan. Leah lo que hizo fue pasarle su pequeño bolso de fiestas. Meghan lo desbloqueó y entró a los contactos-. Joder, si llamo a tu madre te matará y luego a mí. -chasqueó la lengua-. ¡Ya sé!

Marcó el número y espero que contestara.

-¿Leah, qué pasó? -contestó Ashton con su voz ronca adormilada.

-Hey, Ashton, es Meghan, la amiga de Leah -le recordó.

-Meghan, no es que no me agradezco hablar contigo, pero... ¿por qué diablos llaman a las -hizo una pausa- casi cuatro de la madrugada? Algunas personas dormimos. Solo digo.

-Todo tiene un motivo, querido Ashton. Necesito que vengas acá junto a tu lindo coche a recoger a Leah a casa de los Bradford, los de la calle doce detrás de las mini tiendas. Hubo una fiesta acá y solo te diré que la tengo colgada de mí en este instante y ambas usamos tacones. ¡Ayuda si no nos quieres terminar buscando en el hospital con un tobillo lastimado!

Ashton tardó un poco en procesar la información.

-Ya voy para allá -dijo y luego agregó-. En este instante las odio tanto a ambas...

-Como sea, Ashton, puedo sobrevivir más a tu odio que a la caída en tacones -recordó Meghan al sentir el balanceó de Leah que por poco le hizo perder el equilibrio—. ¡Quédate quieta por dos segundos! —exclamó en vano.

Veinte minutos después Ashton estaba aparcando frente a la casa, entre él y Meghan subieron a Leah al asiento trasero. Meghan quitó los zapatos de su amiga y se quedó con su bolso antes de subir al asiento del copiloto con Ashton en su lugar nuevamente.

-Perdón por interrumpir tu hora de sueño de belleza, pero cuando un chico la quiso besar, y mucho peor, ella ni se inmutó de eso, supe que ya había sido suficiente por hoy -habló Meghan rompiendo el silencio.

Daddy Issues |afi| Where stories live. Discover now