|17| p a r t e D o s

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En la actualidad

Todos los amigos se encontraban en un bar de karaoke, lo cual el último año se había vuelto uno de los mejores sitios para reunirse, ya que tenían pizza, cerveza y música a un buen precio.

—¿Cuándo conoceremos a tu novia, Cal? —preguntó Leah con una sonrisa en el rostro. Ella decidió que ese día se enfocaría en sus otros amigos y no en Ashton, su corazón merecía un descanso.

—No es mi novia —rectificó el moreno con el ceño fruncido.

—Aún —Michael se burló. Sabían que Calum había empezado algo con alguien pues si actitud así lo demostraba, pero cada vez que le preguntaban al respecto, se limitaba a decir que era una situación complicada.

—Les prometo que si las cosas salen bien, la traeré a las noches de karaoke —afirmó, relajándose y dejando salir un pequeña sonrisa.

Siguieron hablando de temas triviales, las clases de las chicas, el trabajo de Luke, la universidad de Ashton, la nueva mascota de Michael, poniéndose al día uno con el otro. La charla cesó cuando el teléfono de Meghan sonó y ella empezó a hablar en su lengua nativa.

Joder, tío, ¿estáis de coña, cierto? —nadie entendía lo que estaba diciendo, pero el enfado en su voz era evidente. Una vez colgó, todas las miradas estaban sobre ella—. Lo siento, de verdad la estaba pasando bien pero me debo ir.

Cuando Luke estuvo a punto de ofrecerse a llevarla, Leah golpeó bajo la mesa el pie de Ashton, alentándolo a que él hablara antes.

—Si quieres te llevamos nosotros, igual ya sabes que tu casa me queda de pasada a la mía y debo llevar a Leah a su casa —se ofreció el joven, sorprendido de lo rápido que logró captar la señal de auxilio.

Meghan volvió a disculparse con todos por abandonarlos, poco después ya iban los tres en el auto de Ashton, solo escuchando como la castaña grababa notas de voz en español, discutiendo con alguien.

—Sana y salva en casa —anunció Ashton una vez estuvieron afuera.

—Gracias, ustedes son unos verdaderos superhéroes. —Les arrojó un beso en el aire antes de bajarse del auto y prácticamente correr hacia su casa.

—¿Ella está bien?

—Su familia a veces es un poco caótica —respondió Leah—. Gracias por entender mi súper señal, está en un momento incómodo con Luke y no creo que se quisiera quedar a solas con él en este instante.

Ashton puso el auto en marcha a su apartamento, aun era temprano y Leah no mencionó nada de que la llevara a su casa, así que tomó la iniciativa de arrastrarla con él.

—Las relaciones hacen todo más complicado —afirmó él con la vista fija en el camino.

—¿Es por eso que estás soltero?

—Yo estoy eligiendo estar soltero por ahora —respondió después de un par de segundos—. ¿Y tú por qué estás soltera?

—Porque es muy difícil conseguir a alguien que llegue a mi corazón y cumpla mis estándares de pasión —aunque lo dijo con un tono bromista, hablaba en serio, además de Ashton, nadie había sido capaz de entenderla así, a la vez de causarle mariposas en el estómago con solo una caricia inocente.

—Así que estándares de pasión, eh, y yo que pensé que en tu mente no habían ese tipo de pensamientos —musitó sin despegar la vista del camino, ahora más que nunca enfocándose en ello.

Leah se relamió los labios, decidida a tomar la oportunidad que se le estaba dando, haciendo uso de su arrebato de valentía respondió:

—Quiero estar con alguien que con solo mirarme finamente a los ojos, me haga sentir envuelta en él, que sepa cuáles son mis puntos débiles, ya sabes, quisiera aprender todo eso de dónde tocar —suspiró—. Mi estándares de pasión son más allá de un sujeto que ni el trasero me agarre con esmero; yo solo pido un nombre el cual suspirar mientras deseo llegar a la cúspide de placer.

—Vaya... —Ashton tragó saliva, porque su mente fue incapaz de imaginarse todos los escenarios de Leah con alguien más, solo podía imaginarlos a ellos dos juntos y eso lo jodía muchísimo—. Dicen que para poder suspirar el nombre se alguien más, debes aprender a suspirar el tuyo propio.

Leah sintió sus mejillas calientes, claramente había entendido a lo que se refería. Ashton estacionó el auto una vez llegaron a su departamento, ambos siguieron el camino hasta adentrarse en él sin decir ni una sola palabra. Una vez estuvieron dentro, Leah continuó la conversación.

—Ya lo he aprendido —afirmó la chica—. Ya sé muy bien cómo suspirar por mí misma, así que tengo un estándar cada vez más alto.

Ashton comenzó a maldecir internamente porque las imágenes en su mente cambiaron, ya él no estaba en la ecuación, ahora solo estaba Leah, suspirando y gimiendo para sí misma.

—Ojalá consigas a alguien que cumpla tus estándares, cariño —la voz le salió un poco enronquecida—. Tengo tarta de moras en la nevera, la hizo mi mamá y aun no he sido capaz de comerla. Yo sé que quieres, amas todo lo que sea dulce.

Moría por cambiar el tema, porque estaba odiando el autocontrol que tenía consigo mismo desde hace meses.

Leah aceptó la tarta, sintiéndose decepcionada, a su parecer el plan no funcionó y Ashton ignoraba una vez más sus declaraciones.

Daddy Issues |afi| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora