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15: Otra vez.

En la actualidad.

Ashton, que se encontraba en su cama envuelto en una sábana y con la cabeza enterrada en la almohada, se acordó luego de unos minutos de haberle escrito a Leah que si ella tocaba el timbre de su casa, el dolor de cabeza no tardaría en volver a aparecer.

Volvió a enviarlo otro mensaje a la ojiverde, éste indicándole que la puerta estaba abierta y que no fuese q tocar el timbre. Esto con un por favor en mayúscula, sólo para recalcarlo.

Él no supo en qué momento se había quedado nuevamente dormido, pero no fue hasta que sintió unas manos en su rostro que abrió los ojos.

En otra ocasión lo primero que habría visto sería el delicado rostro de Leah, pero en ese momento lo primero que notó fue que ella había encendido la luz de la habitación y que le estaba preguntando algo que no lograba entender porque aún se encontraba semi dormido y con un dolor de cabeza que amenazaba con volver más fuerte que antes.

Shh, calla —masculló en un gemido de dolor—. Mi cabeza —se lamentó para sí mismo.

—¿Te sientes muy mal, Ashton? —preguntó Leah nuevamente. Aunque la respuesta estaba, literalmente, frente a sus ojos, igual se lo preguntó.

—Cállate y quedate acá —se limitó a responder el rizado. Hizo un esfuerzo para arrimarse hacia un lado, dejando un espacio en la cama para Leah—. Ven.

Leah tragó saliva pesadamente. Por un momento se imaginó que Ashton no se iba a acordar de nada..., pero no pensaba que iba a sentirse de esa manera.

Se sacó los zapatos antes de acostarse en la cama de Ashton. Nunca se había sentido tan triste de estar con él.

Cerró los ojos con fuerzas cuando Ash hizo aquel típico gesto en él de abrazarla por la cintura y pegarla hacia sí.

Se preguntó a sí misma cómo estaría todo en ese momento si Ashton recordara lo que le había dicho en aquel estado de ebriedad. Aunque Leah era una persona terca, por lo que podría asegurar que Ashton se arrepentiría de lo que dijo y que todo había sido culpa del alcohol.

En ocasiones era sorprendente lo terca que Leah podía ser consigo mismo y no aceptar lo obvio.

***

En algún momento de la tarde, al tener los ojos cerrados y estar completamente en silencio, Leah cayó en los brazos de Morfeo. No supo cuánto había dormido, sólo sabía que cuando despertó, ella estaba usando a Ashton como si de una almohada se tratase.

Acurrucada en el fuerte pecho de Ashton y con su pierna alrededor de su cadera, manteniendo una casi nula distancia entre ellos. Pero el rizado no se quedaba atrás, él también abrazaba a Leah como si no quisiera que ella se levantara y se fuera.

—Ashton —lo llamó en un tono algo rasposo. Típico de cuando despertaba, su femenina voz pasaba a sonar como la de un puberto en sus peores días.

¿Uhmm? —respondió él casi un minuto después, todavía con sus ojos cerrados y más dormido que despierto.

—¿Por qué bebiste tanto, Ash? Tú no sueles hacer eso. Y mucho menos solo —enfatizó la última palabra. Con esa pregunta se arriesgó a que la respuesta involucrara a la chica que Leah había sacado de la casa de Ashton.

El rizados un poco sus ojos, estos tenían un profundo color miel, parpadeó un par de veces luego. Miró fijamente a Leah. Ashton, por su parte, amaba despertar de esa forma con ella.

—Una amiga vino, ella estaba triste porque acaba de pasar por una ruptura amorosa. Trajo bastante alcohol, así que sólo bebí, bebí, bebí y seguí bebiendo mientras la oía quejarse de su relación y maldecir a su ex —relató Ash con su profunda voz ronca. A diferencia de Leah, que esa voz la hacía sonar terrible, en Ashton ese tono de voz sonaba Increíblemente sexy.

—¿Los dos ebrios y no pasó nada entre ustedes dos? —bromeó la pelinegra. Aunque había soñado divertida, internamente Leah rogaba por una respuesta negativa por parte de Ashton.

Él acarició suavemente la cintura de Leah por debajo de su camisa, causándole un escalofrío.

—Puede que ella lo niegue, pero yo estoy seguro de que es cien por ciento lesbiana. Ha estado con más chicas de las que yo estaré en toda mi vida —explicó sin quitar sus ojos de los orbes verdes que tanto le gustaban, aunque no lo fuese a admitir en voz alta.

Los labios de Leah se entreabrieron de sorpresa. Se sintió avergonzada por un momento, había sentido celos de esa chica sin siquiera conocerla. Pero en su propia defensa, lo que ella le había dicho a Leah cuando tocó la puerta de Ashton no había hecho más que hacerla creer otra cosa.

—¿En serio? —se hizo la sorprendida—. Debe ser terrible pasar por una mala ruptura al punto que emborracharte sea la mejor opción para olvidar todo.

Ashton asintió.

—Sí, es bastante jodido, supongo. —Se encogió de hombros como pudo—. Pero estoy seguro de que estaba tan ebrio que se me soltó la lengua de más y le dije una cosa que no debería haber dicho... —dijo sin pensar mucho. Luego se arrepintió, conocía el lado curioso de Leah, ella iba a querer saber y ella era la última persona que necesitaba saber.

Si solo Ashton recordara.

—¿Sí? —Arqueó una ceja—. ¿Y acera de qué era?

—No recuerdo —mintió Ashton. Solo recordaba haber confesado que sentía algo por Leah y luego haberle pedido a su amiga que no le dijera nada a Leah, pero Ashton estaba tan ebrio en ese momento que la imagen en su mente era nula, casi ni recordaba sus palabras.

Fue el turno de Leah de probar su punto. Ella necesitaba saber si Ashton de verdad gustaba de ella y si ella realmente gustaba de él como algo más que una amistad.

Acarició la mejilla su mejilla con su pulgar, bajando este hasta el labio inferior de Ash, pasándolo suavemente por él, como un inocente tacto.

—Ashton —lo llamó bajando la voz un poco.

—¿Sí, cariño? —asintió él, sintiéndose por un momento perdido entre el tacto de Leah.

—¿Recuerdas que una vez te pedí que me besaras? —le preguntó, seguido de un batimiento de pestañas.

—Sí, lo recuerdo. ¿Por qué preguntas, Leah?

Ella tragó saliva pesadamente. Era ahora o nunca.

—Tú... ¿me besarías otra vez?

O eso deseó haber dicho. Las palabras se procesaron en su cabeza, sin embargo no abandonaron su boca.

—Leah, cariño, ¿qué me quieres preguntar?

Ella aclaró su garganta y fingió una sonrisa.

—Es que tú me agradeciste por venir a ayudarte. Entoces recordé que tú me has hecho tantos favores que te debo demasiado.

N/A:

I ONLY CALL U WHEN IS HALF PAST FIVE.

Adivinen quién parece que se la tragó la tierra.

A esta que está acá✨
Ay, no me odien :( que yo las amo.
Acá este capítulo.

Dejenme en los comentarios lo que creen que sucederá😏😏😏
Besos.
La yo sé despide.

Daddy Issues |afi| Where stories live. Discover now