Los saltitos de Daniela me despiertan y exaltan de sobre manera. A veces siento ganas inmensas de arrojarla por el balcón, pero no me atrevo a hacerlo.
- Llego una carta para ti. - Me dice mi mejor amiga.
- ¿Eh?, dios, hace años que no recibo cartas.
Tomo el sobre entre mis manos y lo hago añicos después. Deslizo el trozo de papel hasta quedar entre mis dedos, la abro con delicadeza y comienzo a leer.
Sofí, me ha encantado verte, que te lo juro. Necesito hablarte de algo, pero no me apetecería ir a tu departamento ahora, ¿te parece si nos vemos cerca de insurgentes?, prometo ser puntual.
- anónimo.
Sonrío con la sola idea de que puede ser Mario, los pensamientos retorcidos de Daniela se están haciendo realidad. Me levanto de la cama de un salto y entro al baño estallando en carcajadas.
(...)
La calle está totalmente sola, es como si no hubiera vida alguna. Me siento sobre la acera a esperar cualquier indicio de vida, pero sólo logro percibir los pasos de las personas muy lejos de mi.
- S-Sofía... - Su chillona voz es casi irreconocible. - Santo dios, que has cambiado tanto desde la ultima vez que te vi. Tus padres y Mateo han preguntado por ti hasta el cansancio.
- ¿Qué haces aquí? - Pregunto fría ignorando su anécdota.
- Llegué hace un par de semanas, tenía ganas inmensas de veros, hace tanto ya, Sofí.
- Si me largué de España fue porque no quería saber nada de ti, y tampoco quería recordar lo que pasó con Cristian.
- ¿y por qué sigues con Santiago entonces?, él es el más culpable de todo eso.
- Es una larga historia, que no tienes tiempo de oír, porque yo me largo.
Me giro sobre mis talones y corro hacía casa, prácticamente. Las lágrimas amenazan por salir de mis ojos, pero no quiero que lo hagan. Mi teléfono suena avisando que un mensaje nuevo ha llegado.
Número desconocido: Tengo una propuesta que puede ser tentadora. Tengo día libre, ¿te gustaría salir conmigo?
- Chico Ganzúa.
Yo: Justo en el blanco, la idea suena filipante. Voy camino a casa, sorpréndeme. :)
Guardo mi teléfono con la sonrisa más sincera que pude haber mostrado jamás. De un día terrible, pasó a ser uno de los mejores.
El clichémás repentino de todos, mi querida Sofi. Como buena acompañante de vida, debo decirte que eso del amor no se encuentra todos los días, así que déjate llevar.
A veces siento que mi conciencia es más directa que yo misma. ¿Cómo puede ser que alguien te guste con tan solo semanas de conocerlo? Es extraño saber que dentro de sus ojos puedes encontrar lo que hace tiempo creíste perdido, que a través de su sonrisa puedes vivir lo que desaprovechaste durante años.
Estoy más feliz que de costumbre. El auto de Mario yace esperando en las afueras del enorme edificio donde vivo. Una sonrisa particular asalta mis labios y me acerco dando saltos.
Mario luce espectacular, lleva unos jeans ajustados, una camiseta polo de color azul marino y unas converse blancas. En su rostro baila esa sonrisa que lo caracteriza.
Aquí está Daniela Ovalles, la mejor amiga de Sofía. 😏
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