- ¿Qué clase de sorpresa? - Sueno más interesada de lo que quiero.
Leo hace un par de parloteos brillantes mientras Daniela y yo sonreímos como un par de idiotas. Asiento ante cada idea que sale de la cabeza de mi mejor amigo y mi sonrisa se ensancha.
(...)
Son un poco más de las 10:30 PM, pero eme aquí, frente la casa de Mario, con un enorme cartel que tiene una foto pegada. Las cámaras de seguridad la han tomado cuando el trato de calmarme el día que Katina regreso. Es una foto simple, ambos estamos sentado en la acera y él me mira...
Es linda...
Trepo por la pared intentando no romper mi cara. Leo sirve de escalera...
- ¡BOO! - Dice alguien a nuestras espaldas.
- ¿Q-qué haces aquí? - Pregunta Daniela.
Mierda, es Santiago...
- Vivo aquí, bueno, en esta misma calle. ¿Viniste a ver a ese bastardo?
- No es algo que te interese. - Respondo fría.
- Claro, porque es un estupidez. - Dice quitándome el cartel.
Lucho conté el para que me lo de, Leo y Daniela se han quedado callados, he rogado que lo hicieran. Mi baja estatura no me permite hacer mucho, hasta que mis pies reaccionan por sí solos y patean la entrepierna de Santiago.
Fue lo peor que he hecho en mi vida, he olvidado lo violento que puede ser este imbécil. Ahogo un grito cuando su mano se estrella contra mi mejilla, vaya que arde, carajo. Sujeta mi brazo con fuerza bruta y no puedo hacer nada, Daniela y Leo se han ido, creo.
Continúa siendo la misma bestia salvaje de siempre. Mis muñecas están enrojecidas y creo que estoy sangrando, externa he internamente, si, así es.
Santiago se separa de mí como por arte de magia, pero no, sólo es...¡DEMONIOS, Mario!
La única reacción que tomo es hiper ventilar, estoy inmóvil, asustada, cohibida. ¿Dónde mierda es Leo cuando se le necesita?
- Para ya, Mario. - Digo en un grito bajo. Ninguno me escucha.
Los hermanos de Mario llegan para separarlos, no sé cómo ni por qué, mi mirada se centra en la pelinegra que está atrás de Santiago, es Katina.
- ¿Qué diablos haces aquí? - Cuestiono.
- Es por tu bien, no le hagas daño a más chicos, Sofía. - Dice en un murmuro entrecortado.
- Deja tu de meterte en mi vida, dejan ustedes dos de meterse en algo que no les importa. Se supone que me fui de España para no verte más, y aquí estás. - Digo gritando.
Las cosas se han calmado con Santiago y Mario, pero ahora yo no puedo contener las ganas de golpear a Katina, por soplona, y todo. Trato de lanzarme a golpearla y arrastrarla, pero algún par de manos fuerte me sostienen de la cintura.
Lucho contra el agarre, pero me es imposible siendo un Hobbit, como dice Leo. Me calmo un poco y suspiro antes de girarme, encontrándome con Mario a una distancia bastante corta, mirándome a los ojos.
¿Qué hace este chico para ponerme tan nerviosa?
Holaaaa, por aquí tenemos a Leo, el mejor amiga de la rebelde de Sofía. No solo lean, voten & comenten. 💘
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