Capítulo 32.

1.8K 122 2
                                    

Narra Sofía. 🔹

Dejo caer mi mochila sobre la butaca y me siento, son los últimos días antes de terminar el penúltimo año de universidad, y eso me pone nerviosa, porque en menos de un año, seré toda una periodista...espero.

Después del incidente con Santiago anoche, Leo se encargó de golpearlo un poco, llegó en el momento justo. Él también venía ebrio, pero no idiota. Nada me hizo más feliz que ver al "Grandioso", Santiago Coronel tirado el el piso agonizando.

- ¡Sofía! - Grita Daniela. - Te tengo una sorpresa para más especial.

- Habla, no me dejes así. - La animo.

- Es Emiliano, mierda...¡Que me ha pedido que me case con él! - Grita.

Me quedo estática en mi lugar, con los ojos desorbitados. Daniela y Emiliano, después de mucho insistir, ellos me dijeron que habían salido ya hace un año, pero por razones que aún no conozco, decidieron decirnos que habían estado saliendo hace algunos meses.

Y ahora se iban a casar, ¡Joder, mi mejor amiga se iba a casar!

- ¡Daniela, estoy tan feliz por ti! - Digo y la abrazo.

- Estoy que me muero. - Me dice. - ¿y tú?, Mario ni si quiera te ha pedido que sean novios. Es tonto.

- Eso ya lo sé, pero me dijo que será pronto, quiere hacerlo especial, sólo por ser yo, ¿lo imaginas?, lo lindo que será ir por la calle y decir "Hey, Mario Alberto Bautista Gil es mi novio", ¡Mi novio! - Exclamo con emoción, yo esta vez.

(...)

Después de pasar 5 horas en el colegio, salgo como una bala para ir a casa de nuevo, hay varias coas que arreglar antes de mi salida con Mario.

Ya saben, el enorme dilema del "¿Qué usar para salir con un chico que te tiene malditamente enamorada?

Difícil, lo sé.

Daniela  Leo sacan y arrojan ropa de un lado a otro buscando algo bueno, son un poco más de las 7 y estoy meramente nerviosa por lo qué pueda pasar en esa cita, puede que me pida ser su novia de una maldita vez.

- ¡Este es hermoso! - Dice Leo mostrándome un vestido negro con algunas flores color rosado. - Usa una cazadora de mezclilla, unas botas negras estilo minero, y ya está.

- ¡Woah!, jamás creí que tuvieras un lado que supiera de moda, Leo. - Le halago.

- Sólo, trata de no decirle a personas, raros, alíens, profesores, marginados, feos, chicas y cualquier cosas que se mueva o emita un sonido.

Yo río y tomo la ropa entre mis manos para ponérmela. Maquillo mi rostro y pongo algunas gotas de perfume, saco un bolso pequeño para poder poner algunas cosas que tengo que llegar y el timbre suena.

Salgo corriendo de mi habitación, con mis mejores amigos tras de mí. Al abrir la puerta, me encuentro con un Mario, perfectamente vestido, para la ocasión, claro.

Lleva un jean ajustado, una camiseta azul y una chaqueta negra, unas vans del mismo color y su cabello está ligeramente desordenado.

- La quiero aquí no más de las 11:00 PM, nada de alcohol, nada de fiestas y no la toques hasta que estés seguro de que te casarás con ella. - Advierte Leo.

Mario toma mi mano y nos vamos.

Danger. ‹‹ Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora