AGOSTO [1]

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Se ahogan mis palabras

en este mes tan febril,

cargado de recuerdos

e iracundos llantos del pasado.


Donde aprendí que la vida

no es fácil como nos la describieron

en los libros de fantasía.

Que no solo había príncipes y princesas.


Descubrí entonces que era algo así

como un camino de rosas

llenas de espinas.

Era como el tacto de un algodón que pincha.


No me gusta agosto porque me trae recuerdos

que soy incapaz de borrar.

Miradas ahogadas, profundos desvelos

y suspiros de luna llena.


Y ya lloverá en septiembre,

cuando mi pobre corazón yerto

deje de latir por aquel alma que un día

siempre quise.


Y en octubre perecerá, enterrado entre recuerdos,

aunque el mismo 31 vuelva a encenderse

para recordarme que olvidar es casi tan difícil

como perdonar a todas las sombras de tu vida.


Me falta el aire

en este mes tan febril,

cargado del frío del invierno

y del calor de las ánimas.


Donde aprendí que la vida

puede tornarse del color que quieras.

Pero que ni con todos los rotuladores

podrás pintar los días grises.


Descubrí entonces que era algo así

como el lienzo de un artista

al que se le acaba la pintura.

Es una obra incompleta y funesta.


No me gusta agosto porque me trae recuerdos

que me ahorcan a cada paso.

Conversaciones prohibidas, nombres y llantos,

y alguna que otra sonrisa.


Y ya lloverá en septiembre,

y las lágrimas arrastrarán de mí la pena

que un día llevé arraigada en el corazón,

insuflada por el aire del bombín de la vida.


Y en octubre perecerá, enterrado entre recuerdos,

mi sentimiento más liviano de la amistad,

para convertirse de nuevo en rencor

y más entrado el año en un profundo olvido.


Solo tenía que repetir dos veces mis versos

para darme cuenta que todo se repitió,

así como lo hice en este poema.

A pesar de todo, el mundo sigue girando.


Encuentras a personas nuevas, que te ayudan.

Que te consuelan, que te quieren, que te alivian.

Que no saben de tu pasado, pero no les importa.

Que solo te quieren por lo que les has mostrado.


Que te aman, entre la sombra y el alma,

como a ciertas cosas oscuras.

Y dar las gracias a todos esos poetas,

que algún día dijeron estas solemnes palabras.


Pues mis versos derivan del alma, sí.

Pero muchos de ellos son su presencia,

que algún día caló hondo en mi interior

y que jamás pude llegar a borrar.


Gracias a ti, si estás leyendo esto,

y si algún día llegare a salir a la luz.

Pues no soy más que un pequeño fragmento

de todo lo que esconde el sentir de este poeta...


Gracias.


En clave de poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora