Obliviate [II]

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Y es que es imposible abandonar

este sentimiento que algunos consideran fútil

por las sombras de un quizás

ya teñido de desconsuelo.


Abrázame, Diosa de los Hombres,

y devuélveme la felicidad que ansío

aunque eso signifique mi propia muerte

y que mi corazón estalle en pedazos.


Porque soy capaz de morir por el que más quiero,

y resucitar si por su amor vivo;

y abandonar a mi corazón, que entre tanto gentío

ya no se escucha el rumor de las olas.


Haré caso por una vez a mi razón,

y obliviaré, aunque de forma incierta,

todo atisbo de sentimiento que ahondase;

toda gana de ti que me quedara.


Es lo típico de morir por alguien

al que jamás podrás amar en tu vida.

Tan duro, tan tangible;

que quema como alcohol en una herida.


Tal vez esto solo sea una pesadilla.

En clave de poesíaWhere stories live. Discover now