Su nueva obsesión [Jikook]

[39]

[Taehyung Pov]

Estaba tan nervioso. Mis manos sudaban y creí que no podría ponerme peor.

Llegué desde temprano al hospital pero no pude verlo.

Hoseok estaba ocupando con sus consultas matutinas y eso me entristeció. Quería agradecerle lo amable que era conmigo.

Le había llevado algo para almorzar pero ya estaba frío.

Tal vez debía irme y no perturbar su trabajo pero en verdad en verdad deseaba agradecerle todo su apoyo.

- ¿Joven Kim?.

Escuché a una de las enfermeras preguntar por mi así que me acerqué hasta ella que sonriente me recibió.

- El doctor Jung se acaba de desocupar y me dijo le diera el paso. Lo espera en el consultorio.

Le sonreí en agradecimiento y ella me indicó donde estaba el consultorio de Hoseok así que me dirigí hasta ahí.

Ya no había gente en los pasillos y podía respirarse la tranquilidad. Eso de ser médico seguramente era algo agotador.

Toqué levemente la puerta pero en ese instante se abrió dejándome verlo.

Me sonreía.

Se veía tan impecable e impresionante en esa bata blanca.

- Taehyung -acarició mi cabello y le sonreí- perdona por hacerte esperar tanto.

Me dijo haciendo que pasara.

Él se sentó en la esquina del escritorio y yo frente a el en uno de los asientos.

Seguía sonriendome mientras miraba la bolsa de plástico en mis manos.

- ¿Es comida?.

Preguntó un tanto entusiasmado y le sonreí en respuesta colocando la bolsa en el escritorio.

- Quería agradecerte lo que estas haciendo por mi -le dije sacando los recipientes- pero creo que ya está todo frío.

- Puedo colocarlo en el microondas. Aunque no tenías que traerme nada me siento agradecido. Muero de hambre.
Me dijo sonriendo mientras llevaba las charolas hasta el microondas para calentar la comida.

En verdad me sentí feliz de verlo tan ansioso por comer.

- Ya he dejado el colegio.

Dije mientras él se volvía a sentar con las charolas en las manos. Destapó una de ellas y comenzó a comer llevando grandes bocados a su boca.

- Sólo es cuestión de días -me dijo sonriendo- ya tengo todo listo Tae, pronto podrás iniciar en el colegio que elegí para ti.

Me sonrió mientras llevaba otra cucharada a su boca causandome algo de gracia ver sus mejillas regordetas.

- Está delicioso.

Dijo con la boca llena y volví a reír.

Hoseok era alguien muy agradable y amable.

Yo de verdad quice agradecer todo lo que estaba haciendo por mi.

Cuando terminó de comer me dijo que me entregaria las charolas luego, cuando las hubiese lavado. Era una persona muy peculiar.

- ¿Tienes algo que hacer hoy en la noche?.

Preguntó y no pude evitar sentir el pequeño vacío en mi pecho.

Negué con la cabeza y el me sonrió.

- ¿Puedes esperarme un rato más?. Ya casi termino mi turno. Vayamos a ver una película a mi casa.

Me agradaba mucho pasar el rato con él, era alguien tan dulce y amable. Me gustaba sentirme bien con él.

Sólo asentí y Hoseok sonrió.

Me pregunté cómo es que siempre tenía una bella sonrisa en el rostro. Parecía alguien muy positivo.

La tarde cayó tan rápido que no supe en qué momento me quedé dormido en la recepción del hospital pero si supe quién me despertó.

Hoseok me movía levemente el hombro mientras llamaba mi nombre.

Me volvió a sonreír cuando abrí los ojos y pude verlo de rodillas frente a mi. Ya no llevaba su bata blanca. Ahora parecía una persona normal.

- Lamento haberte hecho esperar -me dijo sonriendo- si estas cansado podemos dejarlo para después.

Me levanté inmediatamente y le sonreí de vuelta.

- Estoy bien. En verdad quiero ver esa película.

Contesté sonriendo y se puso de pie frente a mi.

Acarició mi rostro logrando tensarme. Me resultaba extraño el tacto de alguien más.

Fuimos hasta su casa que no estaba tan lejos del hospital.

Ahora todo, incluso él me parecía tan familiar. Me gustaba tanto la forma en que se dirigía a mi.

- Te quedarás también.

Me dijo mientras sonreía y colocaba su chaqueta en la entrada. En verdad no quería incomodar.

- No es necesario, sólo veamos la película y regresaré a casa.

Hoseok negó con la cabeza y se acercó hasta mi para tomar mis mejillas y mirarme a los ojos. Sus bellos ojos avellana me buscaban.

- Te quedaras conmigo esta noche ¿ok?. No acepto un no.

Le sonreí y él me abrazó.

Extrañamente mi cuerpo se estremeció al sentir su calor tan cerca. La sensación de bienestar que me daba me gustaba. La sensación de sus suaves manos en mi cabello me estremecía al grado de confundirme. ¿Qué era esa clase de sensación?.

Colocó una película de las miles entre las cuales eligió y me senté en la alfombra.

Hoseok veía detenidamente desde lejos mientras preparaba palomitas.

Cuando se acercó hasta mi se sentó en el amplio sofá y después de un momento en el que se quedó paralizado observando la pantalla, me dijo que me sentará junto a él.

En verdad no quería incomodarlo pero aún así lo hice.

Estuvimos viendo la película hasta tarde y mis ojos estaban cerrándose inconscientemente.

Me sentía cansado pero aún así no quice dormir. Sentía que era de mala educación ya que Hoseok aún estaba completamente despierto.

Podía sentir su mirada en mi.

Cuando abrí los ojos lo encontré mirándome. Al parecer la película ya tenía tiempo que había terminado.

Llevó su mano hasta mi mejilla y la acarició dulcemente. No dejaba de mirarme. Me sentí extraño. Como si lo conociera de toda la vida.

- ¿Por qué eres tan bello?.

Lo escuché preguntar y no pude contestar.

Me sentí en alguna clase de mundo paralelo cuando se acercó hasta mi y dejó un pequeño beso en mi mejilla, luego uno más en la comisura de mis labios logrando dejarme inmóvil. No pude reaccionar, volvió a dejar otro pequeño beso y luego otro hasta que llegó a mis labios.

Me miró a los ojos unos segundos y volvió a besarme en los labios pero esta vez tomando mi rostro delicadamente para levantarlo un poco.

No me negué. Él me besó lentamente buscando profundidad. Le di paso y en cuestión de segundos lo tuve sobre mi besandome mientras acariciaba mi rostro suavemente.

Sabía que estaba cometiendo otro error.

Lo sabía.

Lo supe cuando dejé que su beso pasará a mi cuello logrando hacerme cerrar los ojos, dejándome sentir ese escalofrío recorrerme el cuerpo.

Si ya estaba en el infierno, ¿por qué no dejarme consumir por las llamas?.