43. Alguien diferente. [Parte I]

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Me desperté cuando sentí algo blando impactar contra mi cara, y me envolví aún más en mis sábanas, negándome a levantarme.

― Oh, vamos, Annie. ― le oí decir a una voz parecida a la de Luke.

Después, oí el sonido de una puerta abriéndose y pasos. Y luego sentí algo... frío. Demasiado frío.

Salté del susto y rodé de la cama, cayéndome al suelo junto con algunas de mis sábanas, y gruñí.

― Listo, gracias por el cubo con cubitos de hielo y agua fría, Jay. ― agradeció otra voz, y estaba segura de que era Diana.

Me apoyé sobre la cama para levantarme —a pesar de que sólo conseguí sentarme— y le dirigí una mirada asesina a la chica pelirroja que ahora se encontraba en el suelo riéndose.

Tanto Diana como Luke iban bastante arreglados, lo cual me confundió al principio, hasta que recordé algo.

― Cuando dije que iría al baile, no recuerdo haber firmado para esto. ― me quejé, y Luke me ayudó a levantarme.

― Y nosotros tampoco, llevamos por lo menos media hora tratando de despertarte. ― se pasó una mano por el pelo y suspiró.

Tiré las sábanas a un lado y éstas cayeron al suelo, pero no las presté ninguna atención y, en vez de eso, me dirigí a la cocina, evitando a Diana.

― ¿Por qué me habéis despertado tan temprano? Todavía son las... ¿tres de la tarde? ― dirigí mi mirada al reloj, y abrí tanto los ojos que temí que se me cayeran en cualquier momento.

― ¿Y te parece que despertarse a las tres de la tarde es temprano? No te queda mucho para prepararte para el baile, casi no tengo tiempo para hacer mi magia. ― replicó Diana, siguiéndome mientras me dirigía a la cocina.

― No eres mi hada madrina, no soy una princesa, y esto no es Cenicienta, corta el rollo. ― solté, dando por terminada la conversación, y me llevé una galleta a la boca.

Me senté en una de las sillas, dispuesta a terminar de desayunar, mientras Diana y Luke hablaban sobre el supuesto amigo con el que iba a vivir.

― Ambos sabemos que tú eres la pasiva de la relación, Luke, no lo niegues. ― insistió Diana, causando que me atragantara de la risa y que Luke le golpeara en el hombro.

― ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? No estamos saliendo. ― protestó éste, pero empezó a sonrojarse y Diana negó con la cabeza, riéndose.

― Mira, hasta llevas uke en tu nombre; no niegues la evidencia. ― empecé a reírme aún más y Luke rodó los ojos.

Justo cuando terminé de desayunar, sonó el timbre y entró Skylar, la cual, al parecer ya estaba preparada para el baile, también llevaba una bolsa y si tenía algo que ver con Diana, no quería saber nada de ello.

Subí sola a mi cuarto, dejando a los tres hablando de lo que fuera de lo que estuvieran hablando, y entré en mi baño, dispuesta a ducharme. Me quité el pijama, entré en la ducha y encendí el grifo de agua fría.

Y justo en ese momento, tuve que acordarme de que no tenía pareja para el baile. Sí, Chris me pidió que fuera con él y todo eso, pero al fin y al cabo, no volvió a hablarme desde ese día, así que eso quizás quería decir que debería buscarme otra pareja.

Pero a estas alturas, no quedaba nadie sin pareja, excepto algunos chicos que eran demasiado tímidos como para pedírselo a la chica que les gustaba, y tampoco es como si quisiera ir con alguno de ellos.

Suspiré: los bailes definitivamente no eran lo mío. Y menos cuando sabía que tendría que estar por lo menos seis horas sentada en un rincón comiendo cualquier tipo de comida basura mientras escuchaba canciones románticas y aguantaba a los mismos idiotas de siempre. Irónicamente cliché.

No soy tu princesa.©Where stories live. Discover now