Confusión [Grelliam]

Capitulo 13: Lo más bonito.

Estoy frente al desgraciado espejo que hace unos días me mostraba de forma insensible al hombre más mediocre que a Dios se le pudo haber ocurrido. Bien, hoy ha tenido misericordia porque ese hombre se ha ido y ha dejado en su lugar el reflejo mío en mis mejores días.
Tomo unas tijeras y emparejo mi barba, ¡Soy un hombre con apariencia decente de nuevo! ¡Santo cielo! Y es que Grell ha decidido que me preferiría con barba un tiempo más, solo para cambiar de aires. Si está haciendo esto solo porque siente que está con un hombre diferente juro que sentiré celos de mi mismo, y no quiero sonar enfermizo, solo es una advertencia.

Salgo del baño y me dirijo a la cocina, el tentador olor a todos los ingredientes existentes que se pueden usar en un desayuno digno de los dioses me guía, pero algo mucho más apremiante me espera y le estoy acechando desde el marco de la puerta, mirando cómo ese cuerpo que es también mío se mueve al cocinar. Cristo, no me importa llegar de nuevo tarde al trabajo solo por poder compartir un poco de fluidos corporales con Grell una vez más. Pero justo cuando me estoy acercando con todas intenciones de poseerlo aquí mismo, y con mi pantalón estrangulándome, me mira frunciendo el ceño y me dice lo que más temía, No llegaremos tarde de nuevo, es la tercera vez en la semana. ¡Joder! Levantando mis manos para asegurar que no haré ni un movimiento más, y con un suspiro de hombre derrotado, me doy la vuelta y voy a esperar en la mesa del comedor mientras reviso el periódico. La verdad es que estoy más cómodo leyendo tanto el de los humanos como el de nosotros, pero resulta que Grell me ha echado en cara que soy un anciano por leer el periódico, así que me limito a leer solo el de nosotros "Por costumbre".

Mi erección matutina sigue horriblemente presente y tengo que ponerme en una posición rara sobre la silla para que no duela tanto. Si Grell no quiere intercambiar fluidos conmigo de la forma lenta, puede introducir mi virilidad en su boca y hacerlo de la forma rápida. De igual forma sabe que el solo tenerlo de rodillas frente a mi podría hacerme acabar en un instante.
Joder, William, céntrate. Si, si, que si falta personal en Estambul, que en Noruega piden un aumento de sueldo (¡Coño, pero si ya les pagan mucho a los malditos!) que en Japón hay trabajadores de más, y en Brasil hay de menos... Imaginar los labios de Grell alrededor de mi pene no me deja pensar concretamente en lo que pienso.

Dejo el periódico de lado, pongo una mano sobre mi frente y suspiro.
Aunque mi casa ya está de nuevo en perfectas condiciones, toda mi ropa está limpia, mi refrigerador ha dejado de oler a muerto, y que en general, ha dejado de parecer casa de delincuentes, Grell me ha tenido atrapado en su casa una semana. No sé si a lo que siento se le puede calificar como síndrome de Estocolmo, pero me importa un demonio porque despertar a su lado es jodidamente lo más hermoso que puedo presenciar por las mañanas antes de ir al trabajo.

Grell viene hacia mí y deja varios platos con la comida más exquisita que alguna vez probé y vuelve a la cocina.
Debo admitir que pensé que una vida con Grell sería diferente, me refiero a que pensé que quizá saldríamos de vez en cuando a beber juntos, o a una cena, o cosas así, y sobre todo, con la personalidad que tenía, el sexo era protagonista en muchos de mis sueños sobre una vida a su lado. Pero no, si quiero hacerlo en el trabajo, No, si quiero hacerlo a la hora de la comida, No, si quiero hacerlo en algún callejón oscuro, No, Si quiero hacerle todas las perversiones que fantaseé todo este tiempo, No, ¡Carajo! Soy un hombre que no ha fornicado por mucho tiempo y que malditamente piensa en sexo por bastantes horas del día, ¿Pero quién no lo haría cuando se tiene semejante cuerpo enfrente? Es que el insensato de Grell no se pone a pensar en lo sexy que es 24/7. Hay algo que provoca que no podamos hacerlo más de 10 veces al día como Dios manda, y es bien molesto.

Mi erección desaparece gracias a que pensando sobre el tema me he irritado. Grell regresa y deja una taza de café frente a mí, le miro atontado por culpa del amor y él solo niega con la cabeza y rueda los ojos.