Capítulo 7: Sin limites de amarte

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Sus ojos me miraban con brillos, mientras yo tocaba sus labios con suma delicadeza, su rostro se torno en ese color rojo que tanto amo en ella.

Estaba mas delgada con ojeras y un rostro triste, pero sus ojos se encontraban felices, me sentía el peor hombre en el mundo, como podía hacerle esto a ella, esto es inaudito para mí, había pensado en esto, pero verla me hizo saber lo que había sufrido.

Realimente ella es mucho para mí, pero siento que ya pague el precio, que ya puedo disfrutar de la maravillosa mujer que tengo en frente, que se mantuvo allí, que se que me amara hasta su ultimo suspiro, que esas tiernas sonrisas solo las causo yo en ella, que sus sonrojos son exclusivamente míos.

Con anheló de sentirla acerque mis labios con lentitud y su rostro tomo color, bese sus labios con delicadeza para después apoderarme de ellos con desesperación, necesitaba tenerla, sentirla y escuchar su dulce voz como la mas hermosa melodía para mí.

Moví mis labios con lentitud, para después lamer sus finos labios, su boca se abrió por instinto y empecé a explorar esta con lujuria, mi cuerpo se relajo y tomo temperatura. Haciendo que me sintiera como la mas ligera pluma entre vientos, sus largas y finas manos tomaron mi espalda con fuerza, mi corazon se descontrolo al llegar a escuchar sus latidos por la placentera cercanía.

Clara gimió en mi boca, era el sonido mas exquisito que había escuchado, recorrí su espalda hasta llegar hasta su cintura, empecé a realizar caricias en su cintura, su cuerpo se tenso y se estremeció hasta apegarse mas a mi cuerpo, mientras mi lengua disfrutaba de su lugar exclusivo.

Separe mi boca de la suya, mientras que sus manos se aferraban a la tela del saco, sin dejarme ir, sonrei extasiado de su apegó, su cabeza apenas llegaba a mi cuello, su fino y delgado cuerpo estaba apegado al mío, haciéndome sentir deseado y amado por la tierna mujer entre mis brazos.

Después de unos minutos se separo y se sentó en el sillón, tomo su cabeza y fruncio el ceño, se levanto con dificultad y con pocas fuerzas trató de acercarse, con agilidad tome su cuerpo, mientras sus ojos trataban de seguir abiertos, camino despacio con mi ayuda hasta los bancos que se encuentran en la cocina.

¿No has comido? —pregunte tomando el teléfono.

¿Como lo sabes? —pregunto medio consiente.

Debes de decirme cuando estés mal —dije preocupado para después pedir comida a la habitación.

Clara

La cabeza me dolía y mi estomago exigía comida, estos meses me han pasado estas cosas, pero no me habia sentido tan mal, pero me alegraba mas que nada que él estuviera allí para mí.

Él sostenía el teléfono, mientras que su rostro se torno serió, me miro fijamente y colgó el teléfono con rapidez.

En unos minutos traerán la comida —dijo y revolvió su cabello con estrés.

El color carbón de su cabello llamaba la atención, sus ojos azules se mostraban serios y oscuros, no podía saber que pensaba, pero sabia que estaba preocupado por mí.

¿Acaso no has comido bien desde lo de la explosión? —pregunto poniéndose de frente.

Mas o menos —dije con sinceridad.

Prometeme que comerás bien de ahora en adelante —dijo con seriedad.

El Posesivo Millonario Where stories live. Discover now