Capítulo 10: Un detallé

15K 969 67
                                    


Cerre la puerta de la oficina y tiré el cuarto vaso de café en la papelera.

Estoy más estresada que nunca primero Wilson se fue a un viaje de negocios con chicle  ácido y Susan hace unos días dio a luz.

Por lo poco que se el padre no estuvo y mis padres fueron los que estuvieron allí, mi madre fue la que llamo para avisarme.

He echo más trabajo que nunca y ayer me dijeron que Wilson no tenía nada pendiente como para irse a un viaje de negocios.

Lo que me dio pruebas de que allí  está pasando algo, sólo trato de no pensar nada, pero no puedo evitar sentir la furia a todo a dar.

Pienso que hay algo detrás, él no me sería infiel, nada malo ha pasado entre nosotros.

¿O será que porque perdió la memoria ya no siente lo mismo por mí?

No, no lo creo, aunque hay una voz pequeña que me indica que me calme, pero el instinto es mucho más grande.

Tomé el ascensor y apreté la planta baja, mis ojos se sentían tibios y mis labios secos, mi cuerpo débil y cansado de la silla de la oficina y mis ojos ya en el límite de tanto ver la pantalla.

Las puertas se abrieron y salí de allí, lo único que quiero es descansar y tomarme un gran vaso de agua fría, me dirigí al estacionamiento  y allí estaba él con un rostro cálido le abrió la puerta a su secretaria para que entrará en su auto.

No se había percatado que estaba allí, por lo que se introdujo en el auto en segundos, mi rostro se volvió rojo de la furia.

¿Por qué no me avisó que llegó?
¿Acaso no soy suficiente para él como para que me haga esto?

Las lágrimas brotaron de mis ojos con furia y tristesa, me sentía  decepcionada, yo siempre le he sido fiel, me sentí tonta, estúpida y utilizada, había trabajado sin fin, mientras el se revolcaba con otra.

Tomé las llaves del auto y lo abrí, lo arranqué con adrenalina y rapidez, conduje lo más rápido que pude, evitando autos y pasandome uno que otro semaforo, por lo que tuve más de dos multas y casi golpeó a un policía.

Un suspiro se esbozó de mis labios al llegar al edificio, entre y me fui directo al ascensor, tome el pañuelo del bolsillo y seque las lágrimas, doble el pañuelo y lo puse de nuevo en el bolsillo, presione mi piso y en un corto tiempo ya había llegado a este.

Abrí la puerta y no había ninguna empleada por el lugar, lo cual me aliviaba mucho.

Camine con lentitud hasta la sala donde me senté a esperarlo, me serví un vaso de agua y lo puse en la mesa de enfrente.

En menos de una hora la puerta se abrió, sus pasos eran sigilosos y a la vez rápidos.

Estaba con un pantalón y una camisa doblada, dejando a la vista los fuertes brazos que posee, el cabello negro azabache era iluminado por la noche de Dubai, la nariz perfilada se amoldaba a las fracciones masculinas y fuertes que se encontraban relajadas, las pestañas adornaban los ojos azules que se veían como los diamantes mas claros y brillantes, aunque sabía que algo se esconde allí, unas ojeras que eran difícilmente vistas, pero lo conozco bien como para saber que las ojeras le salen solo cuando se trasnocha por estrés.

¿Me extrañaste amor? —pregunto feliz.

Este hombre no me va a joder así de fácil.

—No me avisaste que llegabas hoy, ¿Por que sera? —pregunte mirándolo asesinamente.

El Posesivo Millonario Where stories live. Discover now