One-Shots de Harry Potter (Terminada)

Cartas (Ron Weasley)

@yandere-baby

La Slytherin corría por los pasillos tirando, sin querer, a los estudiantes más pequeños. Gritaba un "lo siento" y seguía su camino. Llegó a la clase de pociones antes que cualquier otro y dejó la carta que tenía en manos en el lugar de Ron Weasley.

Se sentó unos lugares hacia la izquierda y esperó, hasta que el nombrado entró, extrañamente, solo y temprano.

Tomó asiento y miró la carta con el ceño fruncido. La idea de Cristina no era que supiera quién era, pero el sello de Slytherin en la carta y que fuera la única en el aula la acusaba.

El pelirrojo abrió la carta.

¡Hey, Weasley!

Te parecerá extraño ver esta cartay que esté con el sello de Slytherin aún más. Pero, ¿a que no adivinas? ¡Tienes admiradora secreta! Ay, pero qué cursi.

En fin, recibirás una carta mensual, pelirrojo, así que acostúmbrate. Sí, mensual porque quiero, puedo y es gratis.

Hasta la próxima carta, pelirrojo.

¡No me extrañes! O bueno, sí, extrañame.

-C

Ron guardó la carta con cuidado y miró a Cristina. Sonrió, y la chica se sonrojó bajando la cabeza y cubriéndola con sus manos.

Ron rió y sintió mariposas en el estómago. ¿Cómo no la había notado antes?

(...)

Cristina se había pasado todo el mes en problemas. Primero, fue expulsada del equipo de Quidditch por tirarle con la snitch a Cho Chang cuando la misma salía del campo. Segundo, peleó con Draco Malfoy, su mejor amigo, por haber leído la carta que estaba preparando para Ron.

Esa pequeña discusión fue interrumpida por Ronald Weasley, quien defendió a Cristina con uñas y dientes hasta terminar lanzándole un Petrificus Totalus.

Cristina acabó más roja que el cabello de Ron ese día, pero al menos habló con él unos minutos, hasta que el Weasley tuvo que irse porque Harry Potter requería su ayuda.

Cristina corrió por los pasillos como siempre que iba a pociones y entró en la mazmorra. Sorprendentemente ahí estaba el pelirrojo, esperando con toda la calma del mundo. Se volteó y vio a la chica petrificada en la puerta, lo que le hizo sonreír.

-Creo que ya no hace falta que dejes las cartas para que no sepa que eres tú, ¿o sí? -preguntó con burla, levantándose y tomando la carta.

La chica se dirigió a su asiento, para ver al Weasley de lejos.

¡Hey, Weasley!

Creo que te enteraste de todos los problemas en los que me metí, ¿verdad? Sí... De hecho toda la escuela lo sabe.