El quidditch te comió el cerebro (Oliver Wood)

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Emilynappi

En la biblioteca de Hogwarts, Victoria leía a toda velocidad. Esperaba que eso ocultara sus nervios, pero parecía imposible.

Estaba en su último año de Hogwarts y no se había atrevido a hablar con Oliver Wood en todo ese tiempo. No sabía qué los había separado: si el hecho de que ella era de Ravenclaw y él de Gryffindor o que ella era muy tímida.

En su niñez ambos eran tan amigos que parecía imposible que se separaran, pero luego de la selección un muro invisible apareció y los separó. Que él le gustara desde tercer año empeoraba las cosas.

Sabía que él estaba por ahí, buscándola, pues un chico de Hufflepuff se lo había dicho, pero pretendió no escucharlo y corrió a la biblioteca, su refugio.

Escuchó pasos acercarse, pero se dijo a sí misma que no podía ser Oliver. ¿Por qué la buscaría en la biblioteca? Quizá el estar ahí prácticamente todo el día fuera una razón, pero prefirió descartarla.

—Victoria, tanto tiempo.

Se paralizó al escuchar su voz. Sí que había cambiado, y mucho. No alzó la vista y se preparó mentalmente para hablarle.

—Oliver, ¿qué haces aquí? ¿Peleaste con tu escoba? —levantó la vista y lo vio a los ojos—. No me digas, se molestó porque mirabas otros modelos. Suele pasar, pero probablemente pronto se le vaya el enojo.

Oliver rió, y Victoria se regañó en voz baja por sonreír tontamente.

—Tu actitud no ha cambiado.

—La tuya sí —dijo seca y volvió la vista al libro.

Estaba molesta. Los primeros años lo saludó siempre que lo veía, pero casi siempre la ignoraba. Llegó el momento en el que se cansó y simplemente dejó de intentarlo.

— ¿Por qué dices eso? —el Gryffindor tomó asiento a su lado y cerró el libro.

Lo miró de forma amenazante.

—Acabas de maltratar un libro, mundano, ¡discúlpate!

La agresividad que se podía percibir en el tono de Victoria era increíble, por lo que Oliver no protestó.

— Emmm, libro, lo siento mucho... Ehhh, no debí... ¿cerrarte?

Victoria ahogó una sonrisa.

—Oliver, eso suena muy mal y se mal piensa aún peor.

Ambos rieron por el comentario, pero el chico retomó la postura rápidamente.

—Hablaremos luego de qué tanto cambié y me disculparé con el libro si quieres, pero necesito que me ayudes a estudiar, ¡por favor!

—No —Victoria se levantó y guardó el libro con cuidado.

— ¡Oh, vamos, los EXTASIS son la próxima semana!

— ¿Y ahora quieres estudiar? —dijo en tono burlón— Estás más que tarde.

—Olvida eso —la siguió—. ¿Me ayudarás? Sé que estás lista para los tuyos.

Victoria suspiró y lo miró a los ojos, intentando no ablandarse, pero no funcionó. Al contrario, eso pareció empeorarlo.

—Mañana a esta hora. Ni un minuto más, ni un minuto menos.

Sin más, se fue.

(...)

Al otro día Victoria se preparaba mentalmente para lo que enfrentaría. No sería fácil; era Oliver Wood, y eso le preocupaba.

Vagó por los pasillos sin ánimo y cuando estuvo frente a la biblioteca entró y se sentó donde siempre, sacando sus libros. Observó el reloj muggle que tenía y se fijó en que solo faltaba un minuto para que Oliver llegara, si es que lo hacía.

Dividió los libros por temas y sacó la pluma, tinta y pergamino que había traído para que el capitán del equipo de Quidditch tomara apuntes, pues sabía que él no los traería.

Exactamente un minuto luego apareció, vestido con su uniforme de Quidditch. Se apresuró a sentarse junto a la Ravenclaw y la observó, expectante.

—Hola —saludó Victoria.

—Hola, Vic —le respondió.

—No me digas Vic —le reprendió, pasándole el pergamino, la pluma y la tinta—. Tomarás apuntes de lo que diga y subrayarán las fechas y sucesos más significativos. Intenta no manchar el pergamino con tu sudor o luego no podrás estudiar como se debe —dijo lo último de forma despectiva.

—De acuerdo, Vic —dijo Oliver, ganándose un bien golpe en la cabeza.

—Agradece que no fue en otro lado.

(...)

Para su sorpresa, Oliver sabía escuchar. Retener ya era otra cosa, pero al menos escuchaba. No le impresionó que no supiera nada sobre Historia de la Magia al otro día aunque ese fue el tema que estudiaron.

—Agradece que sabes jugar Quidditch, porque de ahí no pasas. Al parecer te golpearon con una bludger y dañaron gravemente la zona de almacenamiento de tu cerebro.

— ¡Hey, no soy tan malo!

— ¿Ah, no? Eres la primera persona que confunde a los elfos con los enanosn—respondió con una sonrisa triunfante.

—No he dormido en toda la noche, no me culpes —se defendió.

— Sí tienes la culpa, idiota —le espetó—. El quidditch te comió el cerebro... —susurró cansada y recostó su cabeza en uno de los libros.

— ¿Victoria? —preguntó Oliver minutos luego tras el silencio sepulcral que se había formado.

No obtuvo respuesta, por lo que a levantó y observó a la chica. Estaba dormida y se veía muy tierna. Oliver sonrió y negó con la cabeza, recordando los viejos tiempos cuando solía hacer eso.

(...)

Días después, exactamente luego de los ÉXTASIS, Oliver atrapó a Victoria de camino a su sala común y le dio el abrazo de su vida.

— ¡Eres la mejor, Victoria! ¡Entendí todo y no copié esta vez! —admitió ganándose una risa de la Ravenclaw.

—Me alegra, Oliver. Al menos no fracasaste como en los exámenes finales del año pasado.

Oliver se separó de ella y la miró con el ceño fruncido unos segundos.

— ¿Cómo sabes eso?

— Tengo mis contactos —Victoria le giñó un ojo a Oliver antes de desaparecer.

One-Shots de Harry Potter (Terminada)Where stories live. Discover now