One-Shots de Harry Potter (Terminada)

Mundo de Barbies (Fred Weasley)

HappyGirl2102

La chica con el cabello rubio caminaba con gran egocentrismo por el gran comedor. No digo que sea fea, al contrario, preocupaba su salud si seguía con su insana obsesión por verse bien.

Se había hecho varias operaciones y su cabello no estaba en su color natural. Sus ojos llevaban lentillas y un color rosado/violeta se encargaba de darles vida.

Suspiré y negué. ¿Realmente ella fue mi mejor amiga? ¿Cuándo cambió tanto? No quiero creer que fue el hecho de tener novio, porque el Hufflepuff era la persona más amable y tierna que pudieras conocer, y tampoco quiero creer que fue el llegar a Hogwarts, pues estábamos en nuestro cuarto año y los tres anteriores era totalmente diferente.

No, nada de eso era. El torneo de los tres magos era el culpable. Desde que se enteró de ello en verano y supo que vendrían estudiantes de otras escuelas, simplemente dejó de hablarme y se juntó con otras chicas.

La vi sentarse unas sillas a la derecha y retiré la mirada. Centré mi atención en la conversación que Harry entabló conmigo hasta que los gemelos Weasley traspasaron el umbral de la puerta.

Se acercaron corriendo y se sentaron a mis lados, dejándome en medio. Sonreí y deposité un beso en la mejilla de cada uno.

— ¡Buenos días, Marina! —dijeron a la vez.

—Buenos días, chicos —dije tomando zumo de calabaza.

—Oye, la próxima semana tenemos salida a Hogsmead, ¿te gustaría venir conmigo? —dijo Fred de repente.

Asentí.

—Claro, Fred, con gusto.

George tosió falsamente.

— ¿No querrás decir "nosotros", hermano?

—No, lo dije bien.

Reí y negué mientras discutían. Noté el débil sonrojo que se apoderaba de mis mejillas y para distraerme seguí hablando con Harry.

(...)

— ¡Presta atención, Harry! —exclamé golpeando su mano con una regla— ¡Tenemos tres meses antes de la primera prueba y tienes que practicar!

Si bien muchos creían que Harry había puesto su nombre en el cáliz (algo que no podía hacer), yo era la nota discordante. Se podía ver en su expresión cuando lo nombraron la sorpresa, y luego los nervios, además del miedo. Habían puesto su nombre en el cáliz.

Ron no le creía, y Hermione estaba intentando convencerlo de que Harry decía la verdad, pero era inútil. Además, ella debía ayudar a Harry con las pruebas, por lo que no tenía tiempo. Así que le propuse yo encargarme de ayudar a Harry mientras ella convencía a Ron.

—Pero son tres meses... —se comenzó a quejar.

— ¿Y? ¡No sabes lo que te espera! Aunque yo sí —le giñé un ojo.

Harry se sorprendió y soltó la pregunta atropelladamente.

— ¿Tú... Qué?

—Dragones, Harry —le dije sentándome—. Charlie me lo dijo. Pasé este verano en casa de los Weasley y me envió una lechuza. Soy su confidente, aunque no lo creas, y sabe que no lo traicionaría... Al menos en otras circunstancias. Tú solo debes parecer sorprendido cuando te lo digan en el torneo.

Él asintió y abrió un libro que tenía cerca. Alcé una ceja al ver que era mi libro muggle y se lo quité.

—Idiota, este libro no es de hechizos. ¡Lo harás bien, no estés tan nervioso! Hay varios hechizos para combatir al dragón, así que tienes que dominarlos. Tengo un truco bajo la manga que funcionará mejor, pero te lo diré el día de la prueba.