Sirius Black era un chico rebelde. Imprudente, sarcástico, desordenado, bromista, casanova, sexy. Él era el sinónimo de problema. Por otro lado, Sirius Black era el chico más leal que Emma conocía. Aunque su hermano James no quería que se involucrara con él, y ella en un principio le hizo caso porque no le daba buena espina, con el paso del tiempo se dio cuenta de lo que la fachada de aquel perro ocultaba.
Todos decían que Emma era muy seria. Era una chica de 17 años, a punto de graduarse con el mejor promedio de Hogwarts, que no tenía un cuerpo de modelo talla 0 ni nada de eso. Era promedio, no resaltaba más allá de ser la hermana de James Potter y ser completamente distinta a él. De vez en cuando le gritaba en medio del comedor a su hermano cuando le hacía una broma pesada. Aunque nadie, además de los merodeadores, sabía que ella le devolvía cada una de sus bromas, y con más fuerza.
Por eso a Sirius le encantaba Emma. Desde quinto año estaba detrás de ella, y se obligó a dejar de ser tan caliente y comenzar a irse por un camino más serio que no fuera sólo una vida loca. Sabía que a Emma le importaba tener un buen futuro. A veces le molestaba su actitud de “soy más madura que tú”, y que cerrara su mundo a estudiar para ser alguien, porque no todo era estudiar. Habían cosas que no se aprendían estudiando, tenías que vivirlas, sufrirlas, aprender de ellas. Sirius quería ser quien la llevara a arriesgarse, a vivir, para que se diera contra el suelo y aprendiera de verdad. Y estaba decidido a hacerlo, porque Emma era perfectamente imperfecta para él.
Emma quería saber cómo funcionaba la cabeza de Sirius, porque cada vez que se le insinuaba o trataba de invitarla a salir volvía a intentarlo cuando lo rechazaba. Y lo intentaba cada vez de forma más acertada. No hacía un espectáculo, ni le rogaba, ni salía con alguien más. Seguía siendo su amigo, estaba semanas sin decirle nada sobre el tema y otra vez intentaba. A Emma le gustaba que le demostrara que la quería.
Así que aceptó salir con él.
Fueron a la playa a escondidas de James. Caminaron por la orilla, hablaron de temas que Emma creía que a Sirius no le importaban (como el futuro y tener una familia) y tuvieron una linda cena en un restaurante cerca de las olas. La mirada de Sirius la tenía embobada. Le hizo repetir mentalmente todos los ofrecimientos de Sirius, y darse cuenta de que todos, hasta el primero, fueron hechos con intensiones blancas y sinceras. Él quería algo con ella, pero algo de verdad.
Y ella también con él.
Así que lo intentaron.
Y funcionó.
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One-Shots de Harry Potter (Terminada)
Fanfiction¿Quieres un One-Shot con algún personaje del mundo mágico? ¡Llegaste al lugar correcto! Dime tu nombre y con quién quieres el One-Shot, el resto déjamelo a mí.
