18. Sueños

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Un joven se acercó al sitio en busca de algo para beber y luego se sentó en la mesa contigua a la de Rafael. Este lo observó de reojo mirar la fila y sonreírle a la muchacha que había hecho una pregunta hacía un momento. La jovencita iba última en la fila en la que había aproximadamente unas treinta y cinco personas.

—¿Es tu novia? —preguntó Rafael al chico.

—Sí —asintió el joven, al parecer orgulloso de la respuesta.

—Es bonita —añadió Rafael.

—Lo es, gracias. —El muchacho comenzó a tamborilear los dedos sobre la mesa y luego fijó la mirada en Rafael—. ¿Es usted la persona a la cual la escritora le dedicó el libro? —preguntó.

—Bueno, podríamos decirlo así —asintió Rafael sonriendo—. Aunque no fue mi intención...

—Debe de quererlo mucho para haberle escrito y dedicado un libro —añadió el chico interrumpiéndolo.

—¿Cómo te llamas? —inquirió Rafael acercándose al chico y sentándose en la misma mesa.

—Levi, un gusto —saludó pasándole la mano—. ¿Usted?

—Rafael —respondió Rafa estrechándosela—. Pero no me llames de usted, me haces sentir viejo —bromeó. Levi rio por aquello.

—Está bien. —El silencio si hizo durante algunos segundos entre ellos, pero el muchacho parecía algo inquieto y no podía quedarse quieto durante mucho tiempo, por lo que terminó hablando poco tiempo después—. Mi novia, Lucette... tenía muchas ganas de venir. Se enteró por las redes sociales del lanzamiento y creo que lo que más le llamó la atención fue una entrevista que le realizaron a la escritora en una revista en donde ella habló de sus inicios, es decir, de cómo desde joven soñó con escribir un libro. Mi chica está escribiendo uno —comentó orgulloso mirando ahora a Rafael.

—¿De verdad? —preguntó él ante el ímpetu y el orgullo del muchacho. Por un segundo se vio reflejado en aquel joven.

—Sí... es muy buena, la verdad —explicó Levi—. Creo que se encontró a ella misma en el sueño de Carolina. Supongo que en parte también es su sueño.

—Bueno, pues entonces lo que tienes que hacer es apoyarla y creer en ella. Las chicas a veces necesitan que le recordemos lo geniales que son —explicó Rafael sonriente.

—Están juntos hace mucho tiempo entonces, ¿no es así? —preguntó Levi.

—Sí y no... Somos de esa clase de personas que están juntos desde siempre, incluso cuando no lo hemos estado... incluso cuando creíamos estar separados —reflexionó Rafael observando a Carolina a la distancia. Ese era uno de esos momentos en los que ese amor que los había unido se le hacía eterno, tanto que los años separados no parecían haber sido más que minutos.

Lo que tengo para ti © (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora