Octava Canción

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Cuando Harry venció al Dragon en la primera prueba, el alivio de Aria se elevó a los cielos. En ese momento supo que tal vez había subestimado un poco a Harry, después de todo había peligros más grandes que un dragón, incluso quedo asombrada ya que Hermione le dijo que habían estado practicando el hechizo accio solo un día y hora a pesar de eso lo había conseguido.

Por otro lado, el baile de navidad estaba tan cerca, el profesor Flitwick había dado una breve clase de baile, los gemelos le habían contado como McGonagall hizo lo mismo con Ron, entonces Aria pensó que Snape debía estar haciendo lo mismo con los alumnos de Slytherin, no pudo evitar reír pero desde aquel día en el que pelearon, no habían vuelto a dirigirse la palabra, incluso la ignoraba en su clase, como si no existiera.

Ya habían pasado dos días desde que se había anunciado el baile pero el Malfoy no había comentado nada al respecto, incluso por un momento dudó que se lo preguntara. En esos dos días, dos chicos de Ravenclaw y uno de Drumstrang ya la habían preguntado para el baile, ella amablemente los rechazó diciendo que ya tenía pareja, aunque no fuera cierto, mantenía la esperanza de él se lo preguntará, después de todos estaban....

—¿saliendo? Bueno... definitivamente hay algo entre nosotros pero... no sé lo que es.

Musitó Aria entre dientes mientras caminaba por el pasillo vacío, ya hacia demasiado frío como para andar rondando el castillo, todos estaban en sus salas comunes o en el gran comedor  junto a la gran chimenea, cogiendo calor.

Ella era la única que no le importaba congelarse, necesitaba enfriar su mente por un momento. De un momento a otro, observa la nieve caer desde la venta, todo luce hermoso, blanco y puro. Se pregunta como sería pasar navidad junto con su familia, abriendo regalos y cenando juntos, sacude la cabeza intentando hacer desaparecer aquellos pensamientos insanos, ella ya no tenía familia, nunca podría descifrar el significado del amor maternal, aunque al recordar al señor Lovegood tratandola como a una  hija, al igual que la señora Wesley la hacen imaginar si así la hubieran tratado sus padres.

—¿Pensando en lo infinito?— pregunta una voz que la asusta de repente, sus reflejos de mortifaga hacen que de un solo moviendo desenfunde su varita y apunte al responsable de perturbar sus pensamientos. —Wow, tranquila. Soy yo— dice Aleksandar alzando las manos haciéndose el inofensivo.

Aria se relaja y baja su varita, suelta una risa nerviosa y mira al chico un poco avergonzada.

—Lo siento, me tomaste por la guardia baja.— se excusa rascando su nuca.

—No te preocupes, a veces hago lo mismo.— murmura recargandose de la ventana de la cual Aria observaba el paisaje.

—¿Y... Que haces aquí afuera? Solo un loco andaría por allí con este frío.— comenta a lo último.

Aleksandar arquea una ceja tratando de hacer notar la ironía.

—¿Estas loca?— pregunta.

—Como no tienes idea— dice soltando una sonrisa cuando termina de hablar. —en fin, cambiemos de tema. ¿Ya te ligaste a una francesa? El baile es dentro de poco.

—No, no son las francesas las que me interesan.— comenta.

—Oh, ¿es de Hogwarts? Si ya tiene pareja te puedo presentar a una amiga, es muy linda y simpática... mucha personalidad por cierto.— comenta pensando en Luna.

—¿Que te parece si vas conmigo? Nadie te ha preguntado aún ¿o sí?— Aria agacha la mirada y vacila, no sabe que responder.

—Mmmm, pues la verdad... — se queda pensando en las palabras que preferirá pero nada sale.

Singing For You [D.M] #2Where stories live. Discover now