Decima Cuarta Canción.

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En cuanto la Enfermería abrió sus puertas para visitantes, Draco fue el primero en entrar seguido de su madre, Narcisa. Mi novio casi corrió a mi lado, se sentó sobre mi cama y me dio un largo y fuerte abrazo. Se separó rápidamente de mi y tomó mi rostro entre sus manos, inspeccionó cada detalle de mi rostro y al final solo deposito un beso sobre mi frente.

—Me alegra que estés bien. En cuanto escuché que fuiste atacada intenté venir a verte pero no dejaban entrar a alumnos.—

—Está bien, lo entiendo. — le digo tomando su mano.

Un ramo de flores cae sobre el suelo, finalmente me acuerdo de que Narcisa Malfoy esta en la misma habitación que nosotros. Ella me mira estupefacta, parpadea varias veces antes de proferir palabra.

—Draco, ¿podrás darle esto a Snape en lo que ella y yo tenemos una charla?— Draco la mira de mala gana pero al final toma la carta, con su mano libre toma mi derecha y deposita un beso en ella.

—No tardo.— yo solo me limito a asentir y a observarlo que sale de la Enfermería.

—¿Cómo te atreves?— me pregunta Narcisa dándome una mala cara.

—No es lo que crees, si piensas que lo estoy utilizando dejame decirte que estoy intentando protegerlo.— advierto usando el mismo tono que ella. Varios años atrás, enfermé gravemente bajo el cuidado de Asher. Por supuesto él estaba desesperado, después de todo no podía dejarme morir. Hizo que Narcisa Malfoy viniera a verme ya que él no sabía que hacer, antes de que ella se marchara, la hizo prometer que no hablaría sobre mi utilizando un juramento inquebrantable.—Snape fue el que me ayudo a escapar, yo tenía pensado mantenerme discreta pero Draco... Juro que ésto pasó sin pensarlo, se me salió de las manos.

—Si el señor tenebroso se entera...— dice sentándose sobre la cama, sostiene su cabeza con ambas manos e intenta reprimir su llanto.

—Señora Malfoy, debe creerme cuando le digo que lo único que quiero hacer es protegerlo. Prometo que si esto se sale de las manos, dejaré que su familia me entregue para que él les tenga mayores consideraciones. Y si la situación no lo favorece, tengo contactos que los podrán sacar de problemas si es que él cae.— propongo con el rostro más serio que puedo esculpir sobre mi rostro.

—¿Tanto así amas a mi hijo?— me pregunta destapando su rostro, por primera vez me mira a los ojos.

—No importa si muero, con tal de que él esté bien, con eso me bastará. Como dije, la seguridad de Draco es mi prioridad y haré todo lo esté a mi alcance para mantenerlo a salvo. Usted lo cuida en casa, yo lo cuido mientras esta en Hogwarts.

—Ilay....

—Es Aria, Aria Black— le corrijo.

—¿Te haces pasar por una de mis sobrinas?— pregunta añadiendo un tono juguetón a su voz.

—Digamos que el apellido solo es coincidencia.

—Descuida, al parecer no necesitas el apellido Black para pertenecer a la familia.— cuando dice eso, mis ojos no se pueden abrir más a causa de la sorpresa.—Nuca había visto a mi hijo actuar así, es obvio que lo que tienen es una relación seria. No me meteré en medio, pero manten tu promesa.

—Lo prometo señora Malfoy, nunca lo dude.

—Narcisa. Puedes dejar las formalidades a un lado.

—Gracias.

—Ahora dime, Draco me dijo que alguien te atacó en el castillo durante la tercera prueba. ¿Me podrías decir que pasó?

—Barty Crouch Jr se hizo pasar por ojo loco durante todo el año escolar, a mitad de la prueba mi marca comenzó a doler así que intente buscar a Snape para advertirle, me encontré con ojo loco, me atacó y luego fue por Harry.— explico retirando la cobija sobre mi, para mi sorpresa aún tengo mi blusa blanca manchada de sangre.

—Por Salazar, eso debió doler.

—El dolor de la marca fue peor, no quiero que Draco experimente esa clase se dolor. No quiero que esté cerca de él.

—Y Draco... ¿Sabe?

Niego con la cabeza.

—No dar detalles también lo mantiene a salvo. Los únicos que saben quién soy es Asher, el señor tenebroso, Severus y usted por supuesto. Por esa razón adopté otro nombre, nadie puede relacionar mi verdadero nombre conmigo ya que nadie sabe como luzco. Severus y yo lo planeamos todo antes de que yo fuera aceptada en la escuela.

—Por mi hijo, lo único que puedo hacer es finjir que te acabo de conocer.

—Y creo que eso es lo mejor.— aseguro yo.

—Regresé.— exclama Malfoy deteniendose junto a su madre. —¿No fuiste mala con Aria?— pregunta arqueando una ceja.

—Claro que no, nunca trataría mal a mi nuera.— aquella palabra hace que Draco sonría.

—Me alegra ver que se llevan bien, ya que algo me dice que se verán seguido. Solo falta que mi padre te Conozca, apuesto que le encantarás.— me dice en un tono que da a entender que está orgulloso de él mismo.—después de todo los Malfoy tienen buen gusto para las mujeres. ¿No es así, mamá?

—Así es.— Draco levanta el ramo de flores que traía su madre en las manos cuando recién entró, lo deja a un lado sobre mi mesita.—Lucious fue el que me dijo que viniera, también que te diera sus saludos. Al ser la novia de Draco, no es de esperarse que tenga curiosidad en conocerte. Draco te enviará una lechuza para invitarte a cenar a nuestra mansión durante el verano.

—Muchas gracias por su invitación, estaré esperando la lechuza.— agradezco haciendo una pequeña reverencia.

—Nos veremos pronto entonces, Draco, te veremos en King Cross.

—Sí, madre.— Draco se inclina y le da un beso en la mejilla a Narcisa.—Gracias.— le susurra antes de sentarse a mi lado, pasa su brazo por mis hombros y hace que me recargue sobre su pecho. Yo solo le sonrío y me dejo llevar por el momento, acepto gustosa sus muestras de cariño. Con su izquierda acaricia cabello y con la derecha sostiene mi mano firmemente. Narcisa sonríe melancólica, lo único que puede hacer es aceptar  nuestra relación por ahora.

Se retira y lentamente se pierde de vista. Draco le da un leve apretón a mi mano para llamar mi atención.

—Estaba asustado, de verdad temí al pensamiento de no volver a verte.

—Relájate, la única razón por la que sobreviví fue por que no quería dejarte en este mundo solo.— le dice apretando suavemente su mano.—Draco, ¿tú harías lo mismo verdad?

—Sin dudarlo, Te amo, Aria.

—Draco, no me dejes sola. Nunca.

—No lo haré.

—No importa que tan mal estén las cosas. ¿Lo sabes, cierto?— pregunto después de una pequeña pausa.

—¿Qué él regresó?

—Sí, sé de tu familia Draco. Sé lo que pasará. Pero no me importa, estaré contigo pase lo que pase.

—¿Aunque estemos en bandos opuestos?

—Yo te cuidaré a mi manera.

—Yo también, Aria.

—A pesar de el resultado después de la guerra, buscaré la manera para que estemos juntos. Pero prometeme algo.

—Lo que sea.

— Ellos jamás pueden saber quién soy.

Singing For You [D.M] #2Where stories live. Discover now