CAPITULO 17 (Editado)

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Me dolía cada rincón de mi cuerpo, desde la punta de mi dedito más chiquito del pie hasta la punta de mis cabellos. Abrí lentamente los ojos y ¡oh sorpresa! me dí cuenta que estaba en la enfermería.

Creo que un día de estos tendré que decirle a Madame Pomfrey que coloque mi nombre en una de las camillas ya que me la paso más aquí que en mi propia habitación.

Miro a mi alrededor y me doy cuenta que en la camilla de al lado hay otra persona que esta hablando con alguien más; al detallarme en esas personas me doy cuenta que era alguien a quien durante el año había aprendido a conocer muy bien.

—Harry— dije levantándome de un salto de la camilla, pero al momento me arrepentí, ya que un mareo me devolvió de nuevo a esta. Harry y la otra persona voltearon a mirarme y pude darme cuenta que era el profesor Dumbledore.

—Elisabeth, al fin despiertas. Te estábamos esperando para poder aclarar algunas cosas— hablo el profesor Dumbledore mientras Harry se acercaba y se sentaba a mi lado mirandome detalladamente.

—¿Y que cosas habría que aclarar? — pregunté un poco preocupada de que nos pudieran expulsar por todo lo que habíamos hecho.

—Es acerca de la aventura que tuvieron estos días pasados— ay no, mis sospechas son ciertas, ¡nos van a expulsar! — no pongas esa cara, no es nada malo, claro dependiendo como lo miremos, ya Harry me ha explicado algunas cosas y quería que tu estuvieras despierta para aclarar lo demás— respire tranquila al ver que no nos expulsarán.—Cuando llegue a donde ustedes estaban, para ser más exactos cuando llegue a donde tu estabas peleando con un trol— me miro y yo me hice chiquita (aun más) ante esa penetrante mirada— aunque debo decir que ibas muy bien hasta que te distrajiste, en ese momento llegué yo y pude ayudarte con eso.

Me sonroje ante las ultimas palabras del profesor, ¿Yo, ganandole a un trol? quien lo diría.

—¿Cuánto tiempo hace que estamos aquí?

—Tres días. El señor Ronald Weasley y la señorita Granger estarán muy aliviados al saber que han recuperado el conocimiento. Han estado sumamente preocupados.

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que cerca de mi camilla había una mesa, con una enorme cantidad de paquetes, que parecían la mitad de la tienda de golosinas la otra mitad parecía tenerla Harry

—Regalos de sus amigos y admiradores —dijo Dumbledore, radiante—. Lo que sucedió en las mazmorras entre tú y el profesor Quirrell es completamente secreto, así que, naturalmente, todo el colegio lo sabe. Creo que sus amigos, los señores Fred y George Weasley, son responsables de tratar de enviarles un inodoro. No dudo que pensaron que eso los divertiría. Sin embargo, la señora Pomfrey consideró que no era muy higiénico y lo confiscó.

Me reí al imaginarme a los gemelos tratando de entrar con un inodoro a la enfermería

—Espere ¿dijo Quirrel? ¡sabia que no era Snape! — el profesor Dumbledore me dirigió de nuevo esa mirada penetrante que tanto me intimidaba— quiero decir ¿Snape, cual Snape? — ¡ya cállate Bocona! me reprochó mi conciencia y preferí hacerle caso.

Después de mi metida de pata el profesor Dumbledore nos explico acerca de la noche en la que Harry perdió a sus padres y como fue que la piedra filosofal apareció en el bolsillo de Harry, ¿que conveniente no? y tal parece que esta fue destruida, que mal, me hubiera gustado haberla visto de cerca. Había lago en todo esto que no me cuadraba y no era solamente el hecho de que cada tanto Dumbledore me dirigía una mirada como de culpa o no se si solo era mi impresión.

La señora Pomfrey era muy buena, pero tambien era demasiado estricta para mi gusto.

—Sólo cinco minutos —suplicó Harry.

—Ni hablar.

—Usted dejó entrar al profesor Dumbledore... — me uní a la petición de Harry.

—Bueno, por supuesto, es el director, es muy diferente. Necesitan descansar.

—Estamos descansando, mire, acostados y todo lo demás. Oh, vamos, señora Pomfrey...

MI QUERIDO PELI ROJO (CHARLIE WEASLEY Y TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora