Electricidad [NamJin]

I can see the stars [capitulo 13]

La noche era fría en la playa pero dentro del cuarto el ambiente era cálido, puse mi mano frente a mis ojos y la observe fijamente, el hermoso anillo en mi dedo corazón brillaba intensamente, los pequeños diamantes adornaban con elegancia al diamante mayor que tenía incrustado en medio de estos, lo miraba atentamente sin poder creer aún que estábamos comprometidos, sentí a NamJoon sentarse a mi lado pero seguí con mi vista fija, tomo mi mano, lo mire y la besó justo en el anillo.-Amor, vas a romperlo si lo miras tan intensamente-. Bromeo y soltó una risa leve, le sonreí.-Es que aún no me la creo Nam-. Me atrajo hacia su regazo y ambos miramos mi mano.-Pues créelo Jinnie, muy pronto seremos una pareja casada-. Beso mi mejilla tiernamente mientras entrelazaba nuestras manos, le sonreí y bese suavemente sus labios, solo una pequeña presión, nos separamos y puse mi dedo en su hoyuelo izquierdo lo que lo hizo reír de repente.-Espero con ansias-. Le dije dándole un beso inocente.

Desenlazo nuestras manos y llevo las mías a su cuello para que lo abrazara, me alzo suavemente para que quedara sentado en su regazo pero ahora con mis piernas abrazando su cadera, me sonroje al instante en que nuestros ojos se conectaron, estando frente a frente abrazó mi cintura y la acarició suavemente, me acerque y bese su nariz, rio leve y termino mordiendo su labio inferior en una acción tan sexy que me quito la respiración.

Bese su mejilla, hice un pequeño camino de besos hasta que llegue a sus labios los cuales bese con ternura, tome su labio inferior con los míos y lo jale suavemente, el ritmo de nuestro beso era lento, abrí un poco mis labios y su lengua encontró su camino para danzar junto a la mía, se entrelazaron y bailaron juntas en un beso profundo, disfrutamos algunos minutos del beso hasta que nos faltó el oxígeno, nos separamos solo un centímetro, nuestras respiraciones chocaban y NamJoon soltó pequeños jadeos, este beso había sido un poco más intenso de los inocentes besos a los que estábamos acostumbrados.

Mi novio tenía los ojos cerrados y las mejillas sonrojadas. Solté su cuello y puse mis manos en su pecho, en un acto de valentía y por la excitación del momento hice de nuevo un camino de pequeños besos en su mejilla pero esta vez me dirigí a su cuello, sentí como sus manos temblaron levemente en mi cintura cuando succione despacio dejando una ligera marca en su bronceada piel, un pequeño jadeo salió nuevamente de sus labios y sonreí un poco.-Jinnie-. Dijo con la voz un poco más ronca de lo normal, me empujo suavemente y puso sus manos en mis mejillas.-Amor, si sigues haciendo eso no voy a poder controlarme-.Una pequeña sonrisa se escapó y mordí mi labio inferior en un intento de parecer provocativo.

.-Dios, Jin, me pones difícil resistirme a ti-. Dijo con los ojos cerrados y las manos en mis mejillas las cuales quite y las lleve a mi cintura de nuevo.-No te resistas Nam, enserio quiero hacer esto-. Moví suavemente mis caderas sobre su regazo y eso fue todo lo que necesite para encenderlo, soltó un gemido bajo y sus labios se apoderaron de los míos ferozmente, subí mis manos a su cabello y tome algunos mechones entre mis dedos, mordió mi labio inferior y solté un sonoro gemido que resonó en la habitación, mi cuerpo comenzaba a calentarse rápidamente y ni si quiera me di cuenta el momento en que mi cadera y la suya se habían comenzado a mover rítmicamente provocando una deliciosa sensación, sus frías manos se colaron debajo de mi playera, se movían de forma sensual en mi espalda lo que me hacía temblar de excitación, solté su cabello y baje mis manos a su pecho, comencé a desabrochar los botones de su camisa sin interrumpir nuestro beso, pase las manos sensualmente en su pecho desnudo y sus jadeos vibraron en mis labios, tomó el borde de mi playera y comenzó a subirla, nos separamos y vi el fuego en su mirada, puso una sonrisa de lado y levante mis brazos, mi playera desapareció rápidamente y fue a caer en algún lugar de la sala, puse mis manos en sus hombros y sus labios se posicionaron en la línea de mi mandíbula, sus labios y de vez en cuando su lengua dejaron un húmedo rastro hasta mi hombro izquierdo, el vaivén de nuestros cuerpos no se detuvo en ningún momento y sentía la presión de su erección contra la mía.