Capítulo 23: "Bésame"

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Capítulo 23: “Bésame”

Y por supuesto que sentí a mi griego: más enamorado, más apasionado, más tierno y más irresistible entre mis brazos que nunca.

El tiempo que había estado sin él había sido un verdadero suplicio. El día anterior creí que moría lentamente por su ausencia y su supuesto engaño, en cambio, en ese instante en la playa, consideré que había sido salvada del abismo.

Con sólo tocarme y decirme que no me fuera porque me amaba, el griego que exploraba en aquel momento mi boca, me había devuelto a la vida. Lysander tenía el poder de darme vida, además de proporcionarme fuerza, algo de lo que nunca había gozado en mi vida.

Una fuerza que sólo merecía la pena consumir amándolo.

Se retiró de mí suavemente. Con una media sonrisa que me derritió y aceleró mi corazón, apartó varios mechones de pelo que se habían puesto en mi cara por el viento de la playa y por la emoción del reencuentro. Inmediatamente, miró a los fotógrafos, que seguían concentrados haciéndonos fotos.

—Ya podéis iros. Al fin tenéis lo que queríais. Espero que no volváis a meteros más en mi vida, ni en nuestro matrimonio— acarició el final de mi espalda.

Con su mano, acababa de pulsar un botón que me encendió un fuego interior y exterior que poco a poco terminaría absorbiéndome. Quería estar a solas con él. Nunca me cansaba de amarlo.

— Gracias por la exclusiva señor Lysander- comenzó a decir uno de los fotógrafos emocionado por las fotografías que acababa de tomar—. No les molestaremos más, aunque entenderá que es un personaje público y en los diferentes actos habrá que…

—Lo entiendo, pero no quiero que os metáis en mi vida privada.

—De acuerdo señor, nos vamos ya— terminó de decir el fotógrafo. Se alejó y sus compañeros imitaron su movimiento.

Por fin estaba a solas con mi griego, nos miramos sonriendo, pero…no estábamos solos. Cuando los fotógrafos se hubieron marchado, Karisa y Alba aparecieron.

—¡Ale! — gritó emocionada Karisa—. ¿Te gustó la sorpresa que te ha dado mi hermano? — preguntó ilusionada.

Todas las sorpresas de Lysander me gustaban, pero aquella había sobrepasado los límites del amor. Al verlo en la playa con aquel mensaje en la arena, mi corazón y mi alma me hablaron, y me dijeron que sentía mucho más que amor, algo que no podía descifrar...

—Me encantó su sorpresa— acaricié el rostro de Lysander y lo miré profundamente a sus ojos, que tenían un brillo especial—. Nunca me ha sorprendido de esta manera, no es un hombre de sorpresas— mentí descaradamente, mientras me reía de forma burlona.

Lysander puso cara de pena.

—Pero no pongas cara de tristeza, tienes toda la vida para practicar y sorprenderme— le propuse.

Quisiera poder amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora