Capítulo 24: "Dentro de mí"

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Capítulo 24: "Dentro de mí"

El bosque en el que estaba era tétrico y oscuro. No sabía cómo había llegado hasta allí, sólo sabía que estaba sola y que hacía mucho frío. Abracé mi cuerpo porque temblaba, y traté de suspirar profundamente para relajarme. Tenía miedo y extrañaba a Lysander.

Escuché un crujido entre los árboles y me alarmé. Miré hacia la zona donde había escuchado ese sonido, y me encontré con la mirada oscura de Ulises. ¿Qué hacía allí? ¿Qué lugar era aquel? Y Lysander... ¿dónde estaba?

Sin dudarlo, moví con ligereza mis piernas y corrí con todas mis fuerzas hacia el otro extremo donde había aparecido Ulises segundos antes.

Aceleré mi velocidad por el primer camino que encontré, para evitar que ese hombre me alcanzara. Al cabo de unos minutos, noté que no me perseguía, no sentía sus pasos detrás. Parecía que me había librado de él.

Sin apenas aire en los pulmones, me paré en seco cuando llegué a un lugar lleno de luz natural, donde se podía oír el eco de las olas del mar. A mi vista le resultó difícil adaptarse a esa luminosidad, tan diferente a la oscuridad del bosque donde había visto a Ulises. Cuando al fin mis ojos pudieron ver, lo vieron a él...a mi hombre...era Lysander, y estaba esperándome en la playa, sonriente e impaciente.

Aunque unos instantes antes estaba aterrada por la mirada de Ulises, cuando me perdí en la mirada de mi griego, todo el miedo había desaparecido para darle paso a la armonía. Una armonía que sólo existía entre él y yo, un pacto que llegaría hasta el final de nuestros días.

Con la respiración irregular todavía, salí en busca de Lysander. Necesitaba abrazarlo, después del susto de Ulises. Pero, antes de llegar a su lado...el ruido de un disparo me detuvo. Asustada miré a Lysander y vi que brotaba de su pecho excesiva sangre, se derrumbaba poco a poco, hasta que cayó desplomado en la arena. Le habían disparado.

Automáticamente y con movimientos torpes por los nervios, me acerqué y sin poder parar de llorar, hundí mis rodillas en la arena y apoyé su cuerpo en mi regazo. Traté de reanimarlo en vano: grité su nombre mil veces, lo acaricié, le golpeé la cara, lo besé...y nada...sus ojos se cerraban y no había posibilidad de salvarlo. Estaba desesperada, sentí que desgarraban mi alma...me iba a quedar sola sin él, ya nunca más podría besarme, sonreírme... ¿qué sería de mí sin mi griego?

Distinguí unos pasos que se aproximaban, y alcé la cabeza. Era Ulises con una expresión de orgullo en su rostro. Además portaba en su mano una pistola y me la mostró satisfecho. Él lo había disparado. Había conseguido lo que estaba deseando hace tiempo: acabar con Lysander.

Lysander, que había estado inconsciente hasta aquel momento se movió y abrió sus ojos. La esperanza de recuperarlo volvió a mí, y mi alma se alegró de volver a ver el color de sus ojos.

-Alejandra- susurró, mientras intentaba levantar una mano y acariciarme. No pudo levantar la mano, ya no tenía fuerzas.

Cuando iba a agarrar su mano y facilitarle el movimiento de acariciarme, Ulises que seguía de pie a nuestro lado, levantó el arma y volvió a dispararle para rematarlo. Mi corazón se paralizó de forma radical, y mi respiración se cortó. Ahora si que no había marcha atrás, Lysander, mi esposo estaba muerto.

Quisiera poder amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora