《Prólogo》

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Narrador.

Era época de Navidad, sí.

La conmoción afuera porque se acercaba tan esperada fecha irritaba a Taehyung. La gente que trepaba a su taxi siempre venía cargada de bolsas de compras, bultosas bolsas que a veces le golpeaban la cabeza cuando sus clientes trepaban.

Es sólo una excusa para gastar dinero innecesariamente, pensaba el castaño casi gruñendo. Había demasiado tráfico, todo por la estúpida Navidad.

El semáforo se puso en verde, pero ningún vehículo se movió. Taehyung bufó golpeando el volante, luego asomó la cabeza por la ventana y gritó más que furioso—: ¡Mueve el culo, idiota!

—¡No ves que no puedo, imbécil! —el de al frente le respondió con el mismo tono de voz.

Taehyung se dedicó a pitar.

—¡Señor, no sea escandaloso! —la mujer que llevaba en la parte trasera de su taxi le había dado un manotazo en el hombro.

—Lo siento, es sólo que... —antes de que Taehyung pudiese seguir hablando los vehículos comenzaron a circular, liberando su estrés al fin.

Luego de aparcar el auto y dejar a la mujer en su punto de destino, el castaño hizo ademán de arrancar e irse de ese lugar, sin embargo, un grito chillón le detuvo en el momento justo.

—¡Taxi, pare, por favor! —era una chica de al menos diecinueve años, bastante atractiva y sobre todo, provocativa, ese pequeño vestido resaltaba sus curvas y dejaba a la vista de todos sus esbeltas piernas.

Taehyung se mojó los labios, gustoso de tener a una bella dama en su taxi.

—¿A dónde la llevo, hermosa? —intentó no sonar como un pervertido, aunque lo fuera.

Cuando la chica le dio la dirección, Taehyung notó que comenzaba a lloviznar.

Sin más preámbulos, arrancó el auto.

Tal vez la dama lo hizo a propósito, tal vez no, pero cruzó las piernas mostrando más sus muslos a la vez que se bajaba el escote enseñando más busto.

Si no fuera soltero, no estaría baboseando a la linda chica detrás de mi. ¡Taehyung, concéntrate en la carretera, no en sus tetas! El castaño llevaba una lucha mental en su cabeza, tanto así que cuando la chica le dijo "pare, es aquí" no oyó.

—¡Oiga, señor, deténgase! —el grito le hizo volver a la Tierra. Frenó en seco, sacudiendo a la pobre muchacha.

—Lo siento —sonrió apenado. La mujer le dio su dinero y abrió la puerta del coche.

—Tarado —murmuró ella al bajarse y cerrar de un portazo.

—Puta —bufó Taehyung, ahora sintiendo recelos.

De verdad, la Navidad lo ponía de mal humor y no tenía idea del por qué, simplemente la odiaba. Ah, bueno, podía ser por el hecho de que siempre se llevaba mal con su clientela, como hace unos momentos y como ayer, y antes de ayer.

Taehyung miró su reloj de muñequera, eran las diez en punto, momento perfecto para largarse a casa, darse un baño y dormir para mañana despertar y seguir con la misma mierda de rutina de taxista de todos los días.

Afuera llovía, las gotas de agua eran constantes y escándalos en su parabrisas, las personas corrían de un lado al otro en busca de refugio, las llantas de los autos peligraban en resbalar por el fuerte aguacero.

Unas calles más recorrió el castaño hasta que el semáforo le detuvo. Suspiró, sabiendo que en casa no encontraría a nadie, sólo a esa estúpida gata mimada que ni le quería.

—¡Taxi! —una, extrañamente, dulce voz afónica hizo que Taehyung mirara hacia ambos lados. Sólo pudo divisar, entre la lluvia, a un chico pelinegro correr hacia su auto—. ¡Taxi! —volvió a gritar, ésta vez más cerca.

Taehyung no entendía por qué gritaba tanto si estaba detenido debido al semáforo.

Cuando el chico abrió la puerta y trepó, salpicando un poco de agua en el trayecto, aparte de estar empapado de pies a cabeza y por eso mojar los asientos, Taehyung abrió la boca levemente por la belleza que estaba detrás suya. ¡Era incluso más bello que la zorra que trepó antes!

—¿A dónde lo llevo? —sonó amistoso, deseando no terminar insultandose también con el pequeño chico.

—¡N-no lo sé...! ¡Sólo arranque, arranque! —inquirió exarcebado y con pánico.

La desesperación del pelinegro provocó una sensación de malestar en Taehyung, se veía asustado y, por la forma en que miraba hacia atrás, también parecía como si algo o alguien le estuviese siguiendo.

De inmediato el castaño arrancó apenas se puso en verde el semáforo.

Mientras manejaba, una cuestión empezó a formularse en su cabeza:  ¿a dónde llevaría al chico y por qué se veía tan aterrado?

Time taxi ★ VkookWhere stories live. Discover now