《3》

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En éstas tres largas semanas, Taehyung ya se había dado cuenta de algo: no podría pasar más días sin ver a Jungkook. Se comenzaba a desesperar.

El sexo con otras personas tampoco ayudaba. Namjoon le recomendó intentarlo con Sowon, pero fue inútil, no pudo acostarse con ella, ni con nadie.

¿Algún remedio para calmar su ansiedad? Sólo Jungkook era el remedio.

—¡Cállate, no ves que estoy trabajando! —el castaño gritó a su gata, quien llevaba más de diez minutos maullando por comida. Taehyung olvidó comprarle el alimento devuelta a casa, estuvo demasiado perdido pensando en Jungkook que lo olvidó por completo.

Sin otras opciones, Taehyung estaba en la mesa ideando un plan para toparse con Jungkook. ¿El plan?: ir a la casa del chico y luego seguirlo a su instituto o trabajo, o lo que sea que hiciera después. Lo que quería era que pareciera pura casualidad cruzar caminos, ya vería cómo le metería conversa. Primero lo primero, seguirlo como cual acosador y descubrir su rutina.

Sí, así de cautivado estaba Taehyung por ese chico que apenas conoció aquel día, en tan pocos minutos.

Bueno, todo parecía perfecto, pero había un inconveniente... Tal vez Jungkook tenía novio, sí, aquel tipo que estaba con él en la esquina de su casa, ambos tomados de la mano y riendo a saber Dios de qué.

Espero sólo se trate de un amigo suyo.

Taehyung se levantó de la mesa y abrió una lata de atún, ya irritado por el berrinche de su mascota. Después de darle de comer, fue a su habitación para acostarse a dormir, mañana sería un día muy difícil, tener que ser el acosador de Jungkook le ponía los pelos de punta pero no veía otra alternativa, iba a perder la cabeza como cuando Namjoon no tiene sexo en días.

Debo estar obsesionado con Jungkook. Demasiado obsesionado.

[•••]

Al día siguiente Taehyung siguió su rutina. Partió hacia la cooperativa, desayunó con Namjoon, tuvo que ver a Sowon después de lo que pasó aquella noche... y luego, en vez de trabajar como taxista, fue hacia la residencia de Jungkook y esperó a que saliera de casa para perseguirlo.

Mierda, eres un maldito enfermo, Taehyung, se dijo a sí mismo, sonriendo por lo patético que era.

—¡Adiós, nana! —reconoció la voz de Jungkook al instante. Se incorporó en el asiento y miró hacia el chico que salía de casa a toda prisa.

—¡Alto, Jaebum debe llevarte al colegio! —la misma mujer que esa vez regañó a Jungkook, estaba de pie en el umbral de la puerta, en pijamas.

—¡Estoy bien! ¡Iré corriendo! —gritó un poco lejos de ella.

—¡Con cuidado! —alzó la mano.

—¡Tranquila! —le sonrío, alzando la mano también para después seguir con su maratón.

Con que estudia todavía. No es buena señal, Taehyung suspiró, sabiendo que cometía un error al intentar estar con un menor, aunque en el fondo eso le importara una mierda realmente.

En cuanto Jungkook estuvo lo suficientemente lejos, Taehyung arrancó el auto, lento, siguiéndole el paso sin ser muy obvio.

No pasó demasiado tiempo, al parecer el instituto del chico quedaba muy cerca. Y claro que, a juzgar por la casa de Jungkook, su colegio era para gente adinerada también.

Todos los alumnos que ingresaban traían fachas de que sus padres les mimaban con lo material, tan creídos y superficiales.

Taehyung volvió al trabajo. Ya sabía que Jungkook estudiaba, y más tarde volvería antes de que saliera del instituto. Sí, claro que sí, aún pensaba seguirlo después de clases para ver qué hacía o si volvía directamente a casa.

[•••]

—Sowon te odia —le dijo Namjoon, fumando un cigarrillo barato.

—Ya lo sé, no debes recordarmelo. Mierda, me siento como un imbécil —el castaño tiró su lata vacía de gaseosa al suelo, arrepentido de lo ocurrido esa noche cuando estuvo apunto de acostarse con ella, "su propia hermana".

—Deberías rendirte, ese chico... Jungkook, no creo que seas su tipo. Sólo míralo, es todo un niño bueno, acostumbrado a los lujos, a la buena comida, a lugares amplios, no tu asqueroso apartamento lleno de ratas y de tu inservible gata —le reprochó, dando una última calada.

Ambos hombres estaban aparcados frente al instituto de Jungkook, recostados en una pared, viendo cómo el chico conversaba jovialmente con demás alumnos. Era sociable, tal vez popular, porque todos le saludaban y reían con él, pero ¿cómo no?, Jungkook era toda una belleza, seguramente muchas chicas -y chicos- morían por él.

—Cierra la boca, sólo me hundes más —bufó Taehyung, con un poco de celos al ver a el azabache siendo abrazado por un chico de pelo rojo-anaranjado. Le quería partir la cara por poner sus manos encima de Jungkook.

No seas un posesivo, no está bien.

—Soy realista, amigo —Namjoon le palmeó un omóplato.

—Ya vete —Taehyung abrió la puerta de su taxi, mirando fijamente hacia el azabache que ya se estaba despidiendo de sus amigos—, Jungkook se está yendo.

El de cabello rosa suspiró, casi gruñendo. Tomó el hombro del castaño y alzó una ceja—: ¿En serio piensas seguirlo?

Taehyung asintió de inmediato, trepando en su auto.

—Eres un bastardo enfermo —sonrió.

—Dime algo que no sepa, Nam —asomó la cabeza ligeramente por la ventana.

—Pedófilo —recalcó, muy alto.

—De seguro tiene diecisiete años, ya está grande —frunció el ceño, sintiéndose ofendido.

—Como digas —encogió los hombros, agachando la cabeza. No había forma de hacer cambiar de opinión a Taehyung, Namjoon lo tenía claro ya—, pero cuando te arresten no me busques para sacarte de prisión.

—Eso no va a pasar, idiota —el castaño prendió el motor, hizo con la mano y arrancó sin cuidado, tras Jungkook.

—¡Suerte! —gritó, con el brazo en alto—. La necesitas.... —murmuró al final.

Nota: gracias a los que leen mi fic, sé que no es la gran cosa, pero gracias.

Time taxi ★ VkookWhere stories live. Discover now