《6》

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—Pero qué mierda —comentó Namjoon, al apenas poner un pie en el apartamento de Taehyung.

Decir que estaba sucio le quedaba muy bajo. Apestaba a horrores, una mezcla de queso y pies, orine de gato o heces.

Namjoon avanzó un poco más, pateando algunos desperdicios. Tanteó en la pared hasta topar el interruptor. Cuando la luz se encendió, la boca del pelirosa pareció topar el suelo.

—¡Taehyung, esto es una pocilga! —miró al nombrado, quien ya estaba recostado en su sofá con las piernas separadas y los brazos estirados.

—Lo sé, por eso pedí tu ayuda, genio.

—Tardaremos años en limpiar este desastre —avanzó más, observando el "hogar" de su amigo.

Parecía como si un camión de basura se hubiera estrellado y esparcido todo su contenido. A cualquiera le causaría repulsión respirar el edor que desprendía el apartamento, pero Taehyung se veía acostumbrado.

—Primero necesitaré una mascarilla, guantes, detarjente, desinfectante, cepillos... ¡Oye, imbécil, párate de ahí!

Taehyung se sobresaltó del sofá, al parecer se había quedado dormido de lado. Y es que, rayos, eran las cinco de la mañana.

—Jungkook vendrá a las dos de la tarde, ¿no? Después del colegio. No tenemos mucho tiempo, comprende. Te estoy haciendo un favor, así que colabora.

—Bien, papá, no te alteres —el castaño se levantó con pereza.

Namjoon empezó a hacer una lista de productos de limpieza para comprar, mientras que Taehyung sólo observaba y contaba todo el dinero que gastaría.

Maldición, lo que hago por Jungkook.

[•••]

—Bien, manos a la obra —suspiró el pelirosa, ya con las comprar hechas. Cargaba puesta una mascarilla y guantes de látex en cada mano.

Taehyung vio la hora en su celular, ¡y marcaban las ocho de la mañana!. Sin miramientos, tomó una bolsa de plástico y empezó a rellenarla de basura.

Namjoon sonrió con satisfacción al ver el entusiasmo de su amigo, aunque la razón principal fuese el sexo, al menos limpiaría por primera vez en mucho tiempo su asqueroso apartamento.

(•••)

Condones usados de hace tres meses por aquí, cajas vacías de pizzas por acá, la alfombra llena de moho que debieron tirar, polvo, comida en descomposición, algunas heces fecales de Cat... todo era un completo chiquero.

Namjoon se estaba arrepintiendo de haber aceptado en ayudarlo, ya eran las once y apenas habían acabado de limpiar la cocina y el living, todavía les quedaba el baño y la habitación.

La habitación al parecer era lo más difícil.

Once y media.

Doce.

Doce y media.

Una de la tarde.

Una y media.

—Mierda, Nam, nos queda media hora —el castaño corrió con las bolsas repletas de basura hacia la puerta, dispuesto a ir y echarlas a la calle.

—¡Muévete, aún nos queda ordenar tu ropa!

Una y cuarenta.

Taehyung volvió al apartamento después de haberse deshacido se las bolsas de basura. Estaba fatigado y sudoroso, agotado, nunca había hecho tanto esfuerzo físico desde hacía unos diez años, estar todo el día postrado en un asiento como taxista no era algo muy sano.

—¡Namjoon, iré por Jungkook! —gritó desde la puerta, tomando las llaves que gindaban de un clavo alado del umbral— ¡Cuando vuelva asegúrate de no estar aquí!

—¡Me debes una! —respondió desde la habitación, ya guardando las últimas prendas en los cajones.

Taehyung cerró de golpe y corrió hacia las escaleras, bajando de salto en salto.

[•••]

Detuvo su taxi enfrente del instituto de Jungkook. Algunos estudiantes ya estaban saliendo, el jolgorio adolescente se empezó a dispersar y Taehyung simplemente esperó paciente.

—¡Señor Kim! —desde lejos, el castaño pudo visualizar la cabellera negra del chico.

Al acercarse, Taehyung le abrió la puerta del lado copiloto.

—¿Listo para conocer a Cat?

Dicha aquellas palabras, el taxista recordó que no había bañado a la gata, sólo la encerró en el baño para que no escapara como acostumbraba.

Diablos, esa pulgosa...

—Estoy listo —sonrió el pequeño, emocionado y colocándose el cinturón de seguridad.

—¿Tanto te gustan los gatos? —Taehyung arrancó el auto, mirando de soslayo a Jungkook.

—Síp —asintió frenéticamente—. Mi hermano mayor no me deja tener mascotas, mucho menos gatos. Dice que me pueden infectar con sus enfermedades —rió sin muchas ganas, observando el parabrisas.

Tu hermano es un maldito exagerado, pensó el castaño, pero claro que no tenía la intención de decirle aquello.

—Te cuida mucho, ¿eh?

—Así es —suspiró, haciendo un mohín—. Es muy sobre protector conmigo.

—¿De veras? —tragó saliba, imaginando a un tipo robusto y fornido.

Me haría mierda.

—Sí, de veras... a veces es fastidioso, se comporta como mi madre.

¡Vaya, haría buena pareja con Namjoon que es como mi molesto padre!

—¿Ah, sí? Yo tengo un amigo que parece mi padre —inquirió el castaño, sonriendo.

Jungkook forzó una sonrisa.

—Señor Kim, ¿tiene padres? —drásticamente, su semblante cambió a uno serio.

—Claro, ¿tú no? —por breves segundos arrugó el entrecejo.

—No —respondió el azabache, girando la cabeza hacia la ventana.

—Lo siento —suavizó la voz.

—Ah, no importa, señor Kim. Fue hace mucho.

Time taxi ★ VkookWhere stories live. Discover now