《7》

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Taehyung abrió la puerta de su apartamento, haciéndose a un lado para que Jungkook entrara primero.

El azabache en cuanto ingresó, no pudo evitar recorrer el lugar detalladamente con los ojos, sonriendo por lo ordenado que estaba todo, disfrutando del agradable aroma a manzana y canela que desprendía el ambiente, sobre todo, el hecho de que realmente era el apartamento de un hombre soltero.

—Su hogar es muy bonito, señor Kim —comentó, avanzando hasta el sofá del living.

—Gracias —cerrando la puerta.

Jungkook tomó asiento, mordiendo su labio inferior y golpeando sus rodillas con las manos, impaciente, muy impaciente—: ¿Y Cat?

—Ah, ella... —Taehyung miró hacia la habitación, sabiendo dónde se encontraba encerrada su mascota— Ya la traigo, espera aquí.

El taxista fue al baño de su recamara, temiendo porque a la gata le diera sus típicos ataques de rabia y saliera disparada hacia la ventana con el propósito de huir. Pero para su sorpresa, la gata estaba durmiendo a un lado del váter. Aprovechando la vulnerabilidad de Cat, la tomó del lomo y la acunó en el pecho.

Taehyung regresó al living y se sentó con cuidado alado del chico, quien pareció sobresaltarse sin poder contener la emoción.

—Ella es Cat —la presentó.

—¡Es muy linda! —sonrió ampliamente, mostrando sus blancos dientes y sobre todo, esos delanteros de conejo que le hacían lucir peligrosamente tierno.

La gata se removió en los brazos del castaño y de un brinco se posó en el regazo de Jungkook, para después recostarse allí a seguir con su siesta.

—Te quiere —comentó Taehyung.

—¿Verdad? Ah, es tan peludita, es tan linda... —comenzó a acariciarla, mirándola con ternura—. Señor Kim, ¿piensa bañar a Cat? —cuestionó, sin despegar la vista de la pequeña felina, mientras le rascaba detrás de las orejas.

—Claro, después pienso hacerlo.

—Sí, porque está bastante sucia—rió bajito, alzando la vista hacia el castaño.

Taehyung se contagió, riendo involuntariamente. Y es que ese chico le encantaba, tanto, tanto... Era tan bello,  precioso, portando unos tentadores labios carnosos y naturalmente rojizos. Taehyung tragó saliva, tomando muy despacio la nuca de Jungkook.

La cercanía entre ambos eran de pocos centímetros, y es que el castaño estaba inclinado hacia el azabache sin haberse dado cuenta siquiera de lo que estaba a punto de hacer, solamente lo deseaba en ese momento, deseaba poder comerle la boca al azabache.

—¿Señor? —rayos.

—Dime —susurró, con la esperanza de poder continuar acercándose a la boca del menor.

—¿Qué... está... haciendo? —las mejillas de Jungkook estaban tintadas de un rojo intenso hasta las orejas, con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas.

La gata saltó hacia el piso para luego huir por la ventana, justo en el momento propicio.

—Ah, ¿no es obvio?  —el castaño agarró a el menor de la cadera con su mano libre, acercándolo con cuidado. 

—Pero... —se sostuvo de los hombros de Taehyung, sin oponer resistencia alguna pero deteniendo lo cerca de ambos rostros.

—¿Qué ocurre? ¿Acaso tienes miedo de besarme? No voy a morderte, pequeño —plantó un rápido beso en los labios de Jungkook, y éste cerró los ojos hasta arrugar los párpados.

Taehyung sonrió de lado por lo adorable que fue esa reacción y volvió a besarlo, sin embargo ésta vez sus labios se presionaron por largos segundos, como un infantil beso, de un par de niños sin experiencia.

En el fondo, Tae tenía miedo, no quería que Jungkook se asustara, que huyera, que lo odiara, intentaba ser lo menos brusco posible, no parecer tan desesperado aunque realmente lo estuviera, y mucho. 

—¿Qué tal? —el taxista se lamió los labios, separándose apenas milímetros del menor, podían chocar sus narices todavía y la afligida respiración del pelinegro.

Jungkook abrió los ojos con lentitud y luego jadeó—: Fue mi primer beso.

¿En serio?

—Lo siento, no tenía idea —tragó saliva inconscientemente. Soltó la cadera y la nuca de Jungkook, para acomodarse correctamente, con la mirada en la pared de enfrente, un poco preocupado de lo que vendría después.

—No importa —encogió el cuerpo en el sofá—, pero... ¿por qué me besó?

—Yo... —sin mirar al menor, Taehyung rascó su cabeza por la parte de atrás y agachó la mirada, formulando una buena respuesta— mierda... Jungkook... —murmuró, con el nerviosismo claro en la voz.

  —Señor Kim, creo que debo irme ahora —de repente, el azabache se puso de pie—. Lo lamento, hyung —sostuvo el hombro del mayor y se inclinó. Por reflejo Taehyung alzó el rostro y se estrelló con la sorpresa de que Jungkook le había plantado un beso en los labios, casto pero deliciosamente cálido.

  —¿Eh? ¿Qué? ¿Por qué? —balbuceó, meneando un poco la cabeza de lado y lado, confuso.

—Hyung, lo lamento —pareció repetir en un susurro antes de correr hacia la puerta y salir por ésta apresurado.

Taehyung simplemente quedó en la nada, en blanco, arrugando el entrecejo y tocándose los labios con el pulgar.

—No te disculpes, Jungkook —dijo al aire, y se dejó en el sofá completamente rendido. 

Time taxi ★ VkookWhere stories live. Discover now