Capitulo 4.

1.6K 159 19
                                    


Andrea POV

Me asuste mucho cuando vi a Samuel tirado en el pasto, casi no supe cómo reaccionar pero gracias a Dios y a la ayuda de Nico pudimos llevarlo dentro de la casa. Me preocupa la forma en la que quedo inconsciente, y el dolor de cabeza, solo espero que no sea nada malo. Pudimos traerlo hasta el sofá, traje un poco de alcohol y un algodón para darle a oler un poco, gracias a Dios despertó.

Nicolás: Papi –dijo abrazándolo cuando vio que despertaba, estaba tan asustado como yo.

Andrea: Samuel, ¿estás bien?

Samuel: Si –con una mano en su cabeza, creo que aun se sentía mareado- ¿Qué paso?

Nicolás: Papi, te dolía la cabeza y mientras fui por mi mama te caíste, ¿ya no te duele la cabeza?

Samuel: No campeón, gracias –dijo mostrándole una sonrisa mientras trataba de levantarse, pero yo me apresure a ayudarlo, aun no se veía totalmente compuesto.

Andrea: Yo te ayudare, aun no te ves bien –el asintió mientras comenzábamos a caminar.

Lo lleve hasta nuestra habitación y lo acosté en la cama para que pudiera descansar, solo que Nico no se quiso separar de el y este se lo permitió. Era extraño ver a Samuel de esa manera con Nico, y conmigo también, actúa como si en verdad le gustara estar con nosotros, a diferencia de antes que ponía cualquier pretexto para alejarse, ahora si quería estar cerca...

Nicolás: Mami –dijo mientras corría por toda la casa hasta llegar a la cocina donde yo estaba preparando la comida.

Andrea: Hey, deja eso –advertí antes de que le pusiera la mano a unos pastelitos.

Nicolás: Pero yo quiero... se ven deliciosos.

Andrea: Son para tu papa, pero si quieres puedo prepararte unos cuantos, ¿está bien? –dije y el asintió sonriendo.

Nicolás: Mami, sabes que papi me dijo que me quería mucho.

Andrea: Siempre te lo he dicho que tu papa te quiere, es solo que a veces no está de humor –dije mientras comenzaba a prepararle los pastelitos.

Nicolás: Antes pensaba que no, eso me ponía muy triste, pero ahora sé que si me quiere y estoy feliz –dijo abrazándome por detrás y los dos comenzamos a reír.

Andrea: Samuel –dije entrando con una bandeja con comida- ¿ya despertaste? Te traje el almuerzo –vi que no estaba en la cama pero escuche el sonido de la ducha y supuse que era el- Samuel no necesitas ayuda? –pregunte cuando escuche que cerró el grifo de la ducha, pero el no respondió, por un momento me asuste al pensar que pudo haberse desmayado otra vez, así que en un impulso abrí la puerta y... madre mía esta... ¡está desnudo! –perdón, no fue mi intención –dije volteando casi al instante de tapar mis ojos.

Samuel: Somos marido y mujer, ¿Por qué te avergüenzas?

Andrea: No debí entrar así, lo siento –me dispuse a salir, pero sentí las manos mojadas de Samuel que sostuvieron mi brazo impidiéndome avanzar, me giro lentamente y esta vez si tenía una toalla puesta.

Samuel: No quiero que te comportes así –dijo y lo mire incrédula- se supone que no soy un extraño para ti, o acaso hay algo que esté haciendo mal...

Andrea: No, Samuel enserio discúlpame, este ni yo misma me entiendo a veces...

Samuel: Entonces ya deja eso –dijo acercándose más, ¿lo va a hacer? ¿me besara así no más? –¿puedo besarte?

Andrea: ¿Enserio me lo estas preguntando?

Samuel: Es que quiero besarte pero no quiero hacer las cosas mal esta vez, ¿puedo? –su mirada era profunda, casi igual que la de aquella vez, pero en que he estado pensando... enserio quiere besarme, me siento tan estúpida en cómo he actuado con el todo este tiempo, sin pensarlo más lo tome de la nuca y lo bese.

Al principio quedo sorprendido por mi iniciativa, sentí como dibujaba una sonrisa de satisfacción mientras yo atrapaba sus labios con los míos, y así empezamos a besarnos, el me elevo tomándome por la cintura haciendo que envolviera mis pies alrededor de su cintura, hasta que sin darme cuenta ya me estaba acostando en la cama.

Samuel: ¿Y Nicolás? –susurro mientras no dejaba de besarme.

Andrea: Esta jugando en la casa del vecino –sentí como de repente quito mi blusa.

Samuel: Entonces si podemos hacer esto –levante mi cabeza viendo como el quitaba mis pantalones, acto seguido quito la toalla que lo cubría dejándolo nuevamente descubierto.

Andrea: Samuel –alcance a decir antes que el estampara nuevamente sus labios con los míos, pero aun me sentía extraña, no sé porque, lo cierto es que me sentí tan bien cuando empezó a acariciarme que se me olvido todo, absolutamente de todo...

Samuel beso mi cuello, luego paso a mis senos, sus besos eran intensos, apasionados, sentía como marcaba sus manos en mi piel, mis piernas, mi abdomen. Después comencé a dejar besos por su pecho, su torso, acariciaba sus músculos, me encanta, lo amo y me vuelve loca la manera como me acaricia todo el cuerpo.

Samuel: Andrea, eres tan hermosa –susurro mientras sentía sus labios en el lóbulo de mi oreja- quiero hacerte el amor, quiero que seas mía...

Andrea: Hazlo Samuel, soy tuya –no hizo falta nada mas, Samuel quito mis bragas jalándola hasta romperlas algo que no me importo, lo único que quería era sentirlo, que estuviera dentro de mi, que fuéramos uno solo...

Y así lo hizo, con un rápido movimiento me penetro, su mirada llena de deseo y lujuria hacían que me perdiera, lo único que quería en ese momento es que empezara a moverse y que los dos nos perdiéramos en ese abismo de pasión en el cual nos encontrábamos. Empezaron sus movimientos, fuerte y rápido, salía y entraba de mi con fuertes embestidas, me hacia gemir muy alto, de vez en cuando escuchaba sus gruñidos, se veía tan varonil, tenía todo el cuerpo mojado por el sudor, hasta caían gotas de su frente. De un momento a otro, sus embestidas fueron mas rápidas, me aferre fuertemente a su cuerpo, estaba a punto de llegar, de experimentarlo que posiblemente sería el mejor clímax que haya experimentado, todo se movía a mi alrededor, me sentí en las nubes cuando de repente sentí una explosión que me hizo vibrar, sintiendo los espasmos de mi venida al instante el se derramo dentro de mí, esto había sido increíble.

Samuel: Andrea –dijo con la respiración totalmente agitada, su cuerpo cayo totalmente lánguido encima del mío, sin llegar a lastimarme, sentía como sus músculos comenzaban a relajarse- te amo.

De repente mi corazón se acelero, no sé cómo podía ser posible si ya lo estaba bastante, pero se sentía agradable, Samuel me había dicho que me amaba, más feliz no podía estar.

Andrea: Yo también te amo Samuel –dije envolviendo mis manos alrededor de su cuerpo, dejándome llevar por lo bien que me sentía en sus brazos.

............................................................................................................

Wepa! Hace un poquito de calor, literalmente jajajaja

Como ya ven, Andrea no pudo resistirse más, ella ama a su hombre, y demostrara más en los siguientes capítulos, y de Samuel? Ya veremos. Muchas gracias por esperarme, ya pronto tendré que ponerme al día, hasta estoy retrasada con esta historia, pero ya habrá tiempo de escribir. Hasta la próxima.


Regalo de Navidad #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora