Discovery Channel

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(Por: Axel)

—Pensaste que nos habían secuestrado, ¿a que sí?

Franco me rodó los ojos.

—No eres tan importante —aseguró.

—Ya quisieras.

Franco me pasó su cubo de rubik para que lo desordenara y echó una mirada a la puerta. Ya habían pasado quince minutos desde que salí.

—¿Abi estará bien? —Se me escapó.

Mi mejor amigo soltó una risotada.

—¿Abi estará bien? —Me imitó—. Nuestra pequeña sádica no tiene nada de qué preocuparse. Probablemente a estas alturas está amenazando de muerte a Fátima.

—No me des esperanzas.

—Si ella puede ganarte en tu propio juego, seguro que puede igualar a la directora.

Se me escapó una sonrisa al recordar que Abi ni siquiera había considerado dejarme salir un fin de semana para aplacar los rumores de que no salía con nadie por ella.

—Si insistes una vez más, voy a pensar que tú organizaste todo para librarte de tu promesa, Cruz.

—Estás loca, Lester.

La pelea duró una media hora más, pero esas tres líneas cerraron el caso.

—No me sorprende, así es como la conocí.

—De hecho, la conociste en primer año, cuando ella argumentó en tu contra en un debate. Estuviste molesto por semanas después de que te hiciera perder.

Lo conocía lo suficiente para saber que no mentía, pero tampoco recordaba nada de ese episodio.

—No tengo ni idea.

—Quizás lo borraste de tu memoria para evitar el trauma —sugirió Franco quitándome el cubo.

—¿Por qué haría eso?

—No lo sé, pero te empieza a gustar —señaló Franco sin preocuparse por suavizar el golpe—. Y estás babeando completamente por la siguiente pelea con ella, puedo verlo en tu cara.

—Es divertido pelear con ella —murmuré—. Si fuera por eso, a ti también te gustaría.

—Creo que me gustaría si no supiera en el fondo que a ti te gusta más y realmente me aburren los triángulos amorosos —dijo Franco sin apartar la vista de su cubo.

—¿De qué mierda estás hablando?

—Del futuro, llámame visionario —se echó a reír y me preocupó seriamente qué había pasado con él mientras duraba mi entrevista.

Lamentablemente, no tuve tiempo de interrogarlo, porque Abi salió en ese momento.

—Ha sido una pesadilla —dijo cuando nos alcanzó. Empezó a caminar y ni siquiera volteó para verificar que la seguíamos aunque, por supuesto, lo hicimos—. Pensé que mis primeros tratos con la prensa serían cuando empezara a salir con un miembro de la familia real o algo así.

—Pero yo soy realmente guapo.

—Y realmente humilde, por supuesto.

—Por supuesto —confirmé sin cederle terreno.

—¿Y entonces? —Interrumpió Franco—. ¿Fátima sigue viva?

Abi se echó a reír.

—Por supuesto que sí. Ella es lista, totalmente brillante, y muy, muy sutil.

PROHIBIDO tener citasWhere stories live. Discover now