El cuadro de honor

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(Por: Abi)

—Eres total y absolutamente mi ídolo. Voy a convertirme al abigailismo.

—Consideraré el nombre cuando decida fundar mi iglesia.

Ale volvió a mirar el periódico y se puso a leer el artículo por décima vez en voz alta. Considerando que solo habían pasado ocho minutos desde que lo tenía, estaba apostando en mi cabeza que se lo memorizaría para el final del día.

Una conexión especial, pero que ambos están ignorando por el bien de sus estudios. Axel planea ir a la escuela de medicina...¿sabías eso antes del reportaje? ¿Cómo diablos piensa entrar a la escuela de medicina?

—Hmm, él es inteligente.

Pero claramente había sido una pregunta retórica, ya que ella solo siguió avanzando de largo sin notar que alguien me había detenido.

Incluso sus amigos no se creen que estén siendo tan responsables pero con los exámenes a la vuelta de la esquina, tampoco es fácil ponerlo en duda —leyó Franco—. ¿Sabes de qué amigos pueden estar hablando? Pensé que era el único amigo de Axel.

—Oh, vamos, no te sientas mal, yo también pensaba que el diario de Delossi era completamente imparcial.

Franco lo consideró y luego me lanzó un recipiente que apenas logré atrapar en el aire.

—La próxima vez me alcanzas las cosas delicadamente, o te reviento esto en la cabeza —amenacé.

—Eso sería un crimen.

—¿Después de este artículo crees que me importa seguir las reglas?

—Digo que sería un crimen porque son los brownies especiales de Axel...no me pongas esa cara, no ese tipo de especial. Son solo brownies malditamente deliciosos.

Estreché mi mirada de sospecha sobre él pero Franco no titubeó.

—No sé por qué te los está mandando, quizás para celebrar el artículo, pero si tú no los quieres, me los quedaré. Solo consigo probarlos en mi cumpleaños, en el de mi hermana, y en el de su papá.

Su cara cuando se los devolví fue para enmarcarla.

—Claramente tú los necesitas más que yo, ahora que sabes que Axel tiene más amigos.

—A quién le importa —murmuró mientras se apoderaba del táper y lo escondía en su mochila—. Te veré luego, eres la mejor.

—Trataré de no decírselo a Axel.

De hecho, tenía que decirle cualquier otra cosa.

Yo: Me enviaste brownies.

Axel: ¿Franco te ha convencido de que se los dieras?

Yo: Nop, me los estoy comiendo y están buenísimos.

Axel: O careces de papilas gustativas, o se los diste a Franco.

Yo: Me ofende tu falta de confianza.

Axel: Me ofendería por tu falta de amor hacia mis brownies, pero estoy seguro de que no los has probado.

Yo: Eso no puedes saberlo. Deberías habérmelos entregado tú mismo.

Axel: Nadie prueba esos brownies y sigue escribiendo sin signos de exclamación o declaraciones de amor hacia mí.

Esperé que diera una explicación para usar a Franco de mensajero pero no recibí ninguna.

Yo: Pues acostúmbrate. ¿No leíste el reportaje de Delossi?

PROHIBIDO tener citasWhere stories live. Discover now