Me restregaba su erección sin reparos y yo trataba de apartarlo.
-Por favor, no. No me hagas esto- él se encogió de hombros y besó mi cuello. Se demoró ahí y succionó con fuerza. No pude evitar gemir por lo que me hacía, me estaba dando placer no consentido.
Se apartó de mi y me miró.
-Voy a comerte enterita esta noche, te voy a tomar en esa mesa y luego en mi habitación y de ahí no vas a salir hasta mañana, cuando estés bien cogida- su brutalidad al hablar me hacía sentir humillada.
-Eres muy vulgar- se encogió de hombros y me tomó del brazo con brusquedad. Me jaloneó y dejo en una silla.
-Tú me haces ser así - me sentí muy ofendida con su comportamiento. No me gustaba como me estaba hablando.
-Por favor no me obligues a estar contigo- pedí con voz temblorosa. Necesitaba que él no intentara hacerme suya.
Algo me decía que si yo tocaba su cama, aparte de humillarme cada vez más, me iba a hacer mucho daño.
-Creo que aún no has entendido que aquí no tienes ni voz ni voto, que eres una mantenida y que esta es la única manera de que yo sienta que hago justicia por lo que le hiciste a mi vida- negué con la cabeza y me esforcé en retener las lágrimas que querían caer de mis ojos.
-Puedo pagarte de otra manera, puedo trabajar en la hacienda o en otro lugar yo... - no me dejó terminar su estruendosa risa.
Lo observé reírse de mi por lo menos por dos minutos y luego se calmó.
Tenía muchas ganas de lanzarle la copa con agua en la cara, pero lo más probable es que no me dejaría ver más a mi hijo o que me golpeara.
-¿De qué? ¿No ves que eres una coja, una lisiada? No sirves. ¿Ok? - se puso de pie y caminó hasta la mesa auxiliar y tomó una bandeja que en ella había.
La tomó y empezó a burlarse de mi forma de caminar.
-No hagas eso- pedí.
-¿Cómo sería? Ah si... Señor aquí le traigo su cena- se acercó hasta mi cogeando y luego estrelló la bandeja en el suelo haciendo que yo brincara de miedo-... no sirves para nada... no eres más que un estorbo y lo único que veré si puedes hacer y que me interesa que hagas, es follar - susurró a mi oído.
Me alejé de él lo más que pude y me abracé a mi misma.
- ¿Lo comprendes? - asentí-. Ahora vamos a comer y luego follaremos- bajé la mirada y esperé a que él se alejara de mi.
Cuando tomó asiento en su lugar, respiré un poco más tranquila.
La comida fue llegando poco a poco y cuando trajeron mi plato, decidí comerlo. Lo había traído la madre de Olivia.
Era sopa.
Además ella no parecía querer hacerme daño.
La tomé poco a poco. Todo bajo la atenta mirada de mi esposo.
-No recuerdo que fueras zurda- lo miré a los ojos -. Bueno... la verdad, no me interesaban tus habilidades motoras, sino más bien sacarte de mi casa- bajé la mirada al siguiente plato que tenía delante de mi.
Eran chuletas de cerdo con ensalada de lechuga romana.
No lo iba a negar, la comida estaba deliciosa, pero la hubiera disfrutado más si las circunstancias fueran distintas.
Adrede estaba alargando más la cena, comiendo lentamente para así ganar tiempo.
-Eso no funciona... igual te deseo- bajé la mirada y sin poder aguantarlo más, sollocé.
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Serie Inocente #4: Cautiva Inocencia.
RomanceElla no recuerda nada de su vida antes de despertar del coma y ni siquiera sabe su nombre ni que está casada y tiene un hijo con él. Él, no está muy contento con ella ya que la acusa de haber destruido a su familia y está dispuesto a hacerle paga...