Capítulo 5

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Estaba por llegar a la habitación de Amaya cuando escuché a Alicia hablar. Estaba contándole a Amaya como había conocido a Marcos.

Cada poco que la escuchaba, más y más rabia y odio hacia ella sentía. 

Maldita ramera.

-"...mientras estabas en la universidad,  procuré cuidarte y por eso decidí estudiar lo mismo que tú, para poder estar cerca y cuidarte, pero en una gira que tuvimos,  él interceptó el bus que nos transportaba y en medio de un tiroteo te secuestró.  No sé de qué se valió,  pero logró que te casaras con él - sollozó.

Así que mi Amaya estaba casada.

Negué con la cabeza.  Esto no podía estar pasando.

Maldita fuera Alicia y Marcos.

Sin poder soportarlo más,  entré en la habitación.  Tenía sólo dos preguntas por hacer.

-¿Por qué mi padre? - pregunté mirándola fijamente a los ojos.  Quería acabar con ella.

-Marcos es el dueño de Mi pequeña Morena... la hacienda vecina - vi como Amaya se tensó al escuchar el nombre de la hacienda y al verla así de destrozada quise poder abrazarla y consolarla -. Necesitaba poder relacionarme con tu padre para poder estar cerca de Amaya sin que Marcos pudiera hacer mucho ya que tu padre y él tenían negocios en común. Necesitaba poder ver a mi hermana - negué con la cabeza.  Esto era demasiado.

-¿Por qué yo? - pregunté destrozado.

La odiaba tanto.

-Me enamoré de ti... - negué. Ella estaba enferma.

-¡Amor! - me mofé.

-¡Si! ¡Amor!- se puso de pie y caminó hasta donde me encontraba.

-Eso no es amor... tuviste que drogarme para poder meterme en tu cama y luego le dijiste a mi padre que me había drogado y que abusé de ti - ella puso los ojos en blanco.

-¿Tú hiciste eso?- ella desvió la mirada y su padre negó con la cabeza - Eres una vergüenza. No sabes como me has avergonzado.
-Yo lo hice porque lo amo. Tú no me prestabas atención y yo ya no podía reprimir lo que sentía.  Necesitaba tenerte de alguna manera - cubrí mi rostro con ambas manos.

Maldita fuera.

Amaya negó con la cabeza.

-Responde una cosa antes de que pierda el control... ¿Cómo se llamaba?- preguntó ella.

No entendía a qué se refería.

-Su nombre era Damian - el cuerpo de Amaya empezó a temblar y las lágrimas se deslizaron sin problemas por sus mejillas.

Su llanto desgarrador llenó la habitación y fui testigo de su dolor.  Su padre la abrazó y cuando Alicia se iba a acercar.

-¡No te acerques! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Te odio! - el rostro de Alicia se convirtió en una mueca de dolor al escuchar las palabras de su hermana.

-¡Perdóname! - iba a acercarme cuando Amaya con sólo mirarme me hizo saber que no quería que me acercara.

-Váyanse ahora - ordenó el padre de la mujer que amaba.

Decidí darle su espacio y abandonar la habitación.

¡Maldita sea!

Fui hasta mi habitación y decidí darle su espacio.  Ella necesitaba tranquilidad y yo estaba muy alterado.

En mi cama,  estaba acostado mi pequeño.  Sonreí al verlo.  Él me había unido a Amaya y ella me había enseñado a quererlo.

Me acerqué y me acomodé a su lado en la cama.

Serie Inocente #4: Cautiva Inocencia.Where stories live. Discover now