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Una Mirada + Cumpleaños.

Minseok sintió los rayos de sol en su cara, ya era de día—era su cumpleaños—pero él quería dormir un poco más—así se acabaría más rápido—entonces se dio la vuelta quedando cara a cara con Jongdae, su respiración golpeaba contra su rostro y aunque quería dormir, la curiosidad le ganó, él quería ver el rostro tranquilo de Jongdae mientras dormía, era uno de sus pequeños placeres, lo que no esperaba era que al abrir los ojos encontraría a Jongdae observándolo fijamente.

No hubo buenos días ni beso mañanero, solo ellos dos observándose tan profundamente que no parecía que acabaran de despertar, estaban muy concentrados y eso era algo suyo, desde siempre.

Y siempre puede sonar como mucho tiempo, mucha intensidad, pero era la verdad, se conocieron así, compartiendo un profundo contacto visual y tanto Minseok como Jongdae recuerdan ese momento a la perfección.

Minseok tenía 17 años y para ser más exactos él estaba cumpliendo 17 años el día que «conoció» a Jongdae y antes del momento él la estaba pasando fatal como en cada cumpleaños y es que Minseok nunca encontraba un buen motivo para celebrar ese día, solo lo encontraba deprimente y vacío. Por eso y por falta de interes en las matemáticas el chico no quería ni prestar atención a la clase y se encontraba con la cabeza reposando entre sus brazos en su pupitre, solo estaba escuchando a medias lo que decía el profesor. Hasta que se obligó a escuchar algo que era importante.

Un chico se había cambiado de clase. Jongdae se había cambiado de clase porque detestaba a todos sus compañeros y aunque todavía tendría que verlos por los pasillos no sería tan seguido.

—Joven Kim, puede sentarse en el siento vacío detrás de la joven Hwang y es bienvenido a su nueva sección.

Mierda, ese es el asiento a mi lado. Pensó Minseok, y se molestó porque él estaba en una esquina y ese asiento a su lado estaba vacío y le gustaba eso de no tener compañía innecesaria.

Dejó de escuchar lo que decía el profesor y empezó a hacer un berrinche interno. De seguro es otra persona con ganas de molestarme por uno de mis escritos en el periódico escolar.

No necesito a otra persona llamándome el llorón del diario.

No necesito a otra persona llamándome "el chico que puede hacer que las flores se marchiten con sus escritos"

Y sobre todo Minseok no necesitaba a otra persona burlándose de su orientación sexual.

Dejó de hacer su berrinche porque la curiosidad picaba en su mente, tal vez no se vea tan intimidante como los demás, puede ser alguien bueno, o simplemente alguien que no me moleste.

Minseok se dio por vencido y giró su cabeza, su mirada se clavó fijamente en los ojos del chico, se sintió comprendido sin saber como era eso posible, el chico estaba en la misma posición que él (y por supuesto estaba tan fastidiado como él) eran las únicas dos personas en la clase en esa posición, como si estuvieran cansados de todo, y la mirada de cada uno era pesada, ninguno de los dos había visto antes a una persona con una mirada así y aunque no lo sabían en aquel momento, eso significaba que en el fondo se entendían jodidamente bien. Cabe destacar que desde que conoció a Jongdae sus cumpleaños nunca fueron iguales otra vez porque a pesar de que los seguía odiando amaba las cosas que hacía Jongdae para cambiar eso.

Aquel día ahora muy lejano Jongdae pudo ver en los ojos de Minseok angustia, fatiga, odio, tristeza y aún así no apartó la vista de ese chico de ojos hermosamente tristes. Minseok, pudo ver lo mismo en los ojos de Jongdae y decidió perderse en ellos. Se convirtió en una tradición aún cuando no se dirigían las primeras palabras.

Se sentía como una mejor forma para comunicarse, sin tener que pronunciar dolorosas palabras.

Y todavía su tradición no ha cambiado, Jongdae puede clavar sus ojos en los de Minseok y saber que es entendido sin necesidad de explicarse.

Para ellos una mirada vale más que mil palabras.

Enough ; Chenmin | Xiuchen  Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon